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Protestas de la Alianza preocupan a varios sectores

  • 19 enero 2018 /

Habitantes del litoral atlántico y occidente temen que las tomas de carreteras los dejen, como en diciembre, sin comida, dinero y combustibles. La cosecha de café será golpeada.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Si la Alianza cumple la amenaza de mantener protestas y tomas de carreteras durante los próximos días, varios millones de hondureños se quedarán sin abastecerse de alimentos básicos o correrán el riesgo de adquirirlos a precios elevados.

    Manuel Zelaya Rosales, coordinador de la Alianza, mantiene vigente una convocatoria para que sus simpatizantes ejecuten un “paro nacional” con la intención de ejercer presión y obtener beneficios en una negociación con el Gobierno.

    Primero, hoy sábado, “a partir de las seis de la mañana, movilización nacional en todas las vías públicas donde debemos resistir durante todo el tiempo”, instiga Zelaya por medio de una carta que mantiene en Twitter.

    “Esta vez, la escasez será más grave porque serán más días de paro”, teme Carlos Alemán, quien, en diciembre, a causa de los bloqueos no logró proveer su hogar, como todos los habitantes de Tocoa, Colón, de productos alimenticios básicos, “como pan, sardinas, harina de maíz para tortillas”.

    “En diciembre, ese paro nacional dejó a muchos negocios con los estantes vacíos y con muchas personas sin alimentos en sus casas”, recuerda Alemán, presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Tocoa.

    Grandes, medianos y hasta pequeños comercios serán afectados.
    Las pulperías, tiendas y supermercados de Colón, Atlántida, Gracias a Dios, Islas de la Bahía y el occidente quedaron varios días del mes pasado sin productos, los camiones proveedores no transitaron por las carreteras a causa de las tomas violentas.

    El temor sobre el desabastecimiento que ocurrirá en los próximos días no es una conjetura. Para Edgardo Menéndez, propietario de camiones, esta situación “será una realidad” considerando las nefastas acciones de la Alianza contra los transportistas.

    En diciembre, los miembros de la Alianza, además de no permitir la circulación, en la costa norte incendiaron y quemaron camiones distribuidores de productos.

    Menéndez, actual presidente de la Asociación de Transportistas de Petróleo del Norte ( Atrapeno) y coordinador del transporte pesado, es del criterio que la estrategia de la Alianza es errónea porque “afecta a los más pobres, hasta los mismos miembros de la Alianza que salen a protestar”.

    Este empresario advierte que gran parte de hondureños “se quedará sin alimentos, entre ellos los perecederos como pollo, carne, verduras, sin combustibles, sin medicinas y sin dinero. Todo se lleva por transporte terrestre, hasta el dinero de los bancos”.

    Las manifestaciones y tomas de carreteras mantienen en crisis negocios turísticos.
    Algunos exaspirantes a cargos de elección popular de la Alianza, los que solicitaron el anonimato, le explicaron a LA PRENSA que el objetivo de los miembros de la cúpula de esa organización política es “meter presión golpeando la economía para negociar” porque “saben que no sacarán a Juan Orlando de la Presidencia”.

    La estructura que lidera la Alianza, según esos integrantes, decidieron basar la estrategia “causando caos y golpeando la economía” en vista de que no tenían documentación (solo contaban con el 80% de las copias electorales) para argumentar el triunfo que reclama Salvador Nasralla.

    Sector cafetalero

    En el occidente, los productores de café, que superan los 40,000 (en un 90% pequeños), creen que la Alianza les asestará un golpe brutal si bloquea las carreteras.

    Miguel Pon, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Café de Honduras (Adecafeh), advierte que los productores más afectados serán los que tienen las fincas en zonas arriba de los 900 metros sobre el nivel del mar. “Son cafés que están saliendo ahorita y esos son los de mayor calidad. Los productores deben secar el café y en este momento es más difícil porque está nublado y hay llovizna. Entonces, tienen que llevarlo a los beneficios, donde están las secadoras, y si hay tomas no podrán hacerlo”, explica Pon. “También el precio está malísimo”.

    Los caficultores -dice Pon- perderán la cosecha si les impide el transporte de cortadores, pues, los granos se sobremaduran y caen al suelo, donde se pudren.