Tegucigalpa, Honduras.
Varios minutos después de haber despegado del aeropuerto Toncontín, el helicóptero en el cual viajaba Hilda Rosario Hernández Alvarado (de 51 años), hermana y mano derecha del presidente Juan Orlando Hernández, se estrelló en una zona montañosa de la Reserva Biológica de Yerba Buena, a unos 55 kilómetros de esta capital.
En este helicóptero, tripulado por el teniente de aviación Iván Esaú Vásquez Portillo (piloto) y el subteniente Gerson Alcedín Díaz Nolasco (copiloto), viajaban, además, la capitana de infantería Patricia Valladares (edecán), Nahún Lagos y Marco Banegas (personal de seguridad).
Seis horas después de que perdiera contacto con la torre de control y luego de intensas búsquedas, por tierra y aire, las Fuerzas Armadas localizaron la nave accidentada en una zona inaccesible de la reserva, ubicada en Lepaterique, Francisco Morazán, y confirmaron la muerte de Hernández, su edecán, los dos miembros de su seguridad personal y los dos pilotos.
La institución castrense indicó que la aeronave Ecuriel AS350 B-3, con matrícula FAH-905, alzó vuelo a las 09:34 am con destino a la base aérea José Enrique Soto Cano de Comayagua, donde arribaría a las 09:55 am, es decir, unos 21 minutos después del despegue.
El tiempo transcurrió y la aeronave nunca llegó a Comayagua. Esta situación obligó a la torre de control a activar la alerta.
Rastreo
Un informe firmado por el teniente de aviación Walter Yanuario Paz, comandante de la base aérea Hernán Acosta Mejía, consigna que a las 9:36 am (dos minutos después del despegue), los pilotos del helicóptero intentaron en dos ocasiones establecer comunicación con la torre de control de Toncontín, pero no lo lograron porque “se escuchaba comunicación de otras aeronaves”.
Posteriormente, a las 09:46 am, la torre de control del Toncontín registró que la aeronave azul se encontraba a 10,000 pies de altura y a 12 millas náuticas al oeste del aeropuerto capitalino.
El controlador de tráfico aéreo (CTA), tras recibir la información de los pilotos, les recordó que “para ascender a una altitud mayor (...) debe solicitarlo” y les advirtió que tenía otra aeronave en ascenso en ese mismo sector.
Un minuto después (09:47), el controlador les consultó si habían escuchado esa advertencia y ellos respondieron que “afirmativo” y después les pidió los vectores (guías de ubicación), pero los dos pilotos no contestaron.
Más tarde, cuando transcurrió el tiempo estimado de llegada, la tripulación no volvió a entrar en contacto con la torre de control de Toncontín para informar sobre el descenso en la base militar de Comayagua. Al no recibir ningún tipo de reporte, la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) activó el protocolo de seguridad y envió dos helicópteros (un Bell 412 y un Bell 429) a sobrevolar la ruta que tenía trazada el helicóptero que transportaba a Hernández.
Los dos helicópteros militares sobrevolaron la zona en varias ocasiones y durante más de cinco horas hasta detectar el fuselaje entre los árboles de la reserva Yerba Buena, específicamente en la montaña Azacualpita.
Los pilotos demoraron en encontrar los restos de la aeronave debido a que la niebla que cubría el bosque les limitaba la visibilidad.
Testimonio
Mientras dos helicópteros buscaban desde el aire, patrullas militares recorrían las carreteras y caminos e indagaban a los habitantes que lograron escuchar el estruendo. “Pasaban las 9:30 de la mañana, escuchamos que el helicóptero venía del lado de Amarateca, pero con un sonido raro, no como el de los otros helicópteros que pasan todos los días.
Como que algo se estaba cayendo. Después solo fue una explosión y todo olía a gas. Estaba lloviendo, no vimos el helicóptero caer”, contó José Martínez, un labrador de la aldea El Rincón de Dolores. Anoche, militares, policías y un equipo de Medicina Forense se desplazaron al lugar del siniestro para realizar investigaciones y retirar los seis cuerpos.
Julisa Villanueva, directora de Medicina Forense, instó a través de los medios de comunicación a los médicos que conocían a las víctimas a visitar esa institución. “Vamos a necesitar la presencia de los odontólogos que en vida pudieron verlos. Allá tenemos nosotros en la sede forense equipo de psiquiatría, sicólogos y médicos que estarán listos para recibirlos para que nos ayuden con el llenado de estas fichas y hacer con mayor diligencia el trabajo forense de identificación”, dijo.
Hasta las 11:00 pm de ayer, las autoridades no habían informado sobre las causas del accidente. El presidente Juan Orlando Hernández, consternado por la desaparición de la mujer que lideraba su campaña, se limitó a poner un símbolo de luto en su Twitter y luego una foto de su hermana.
Varios minutos después de haber despegado del aeropuerto Toncontín, el helicóptero en el cual viajaba Hilda Rosario Hernández Alvarado (de 51 años), hermana y mano derecha del presidente Juan Orlando Hernández, se estrelló en una zona montañosa de la Reserva Biológica de Yerba Buena, a unos 55 kilómetros de esta capital.
En este helicóptero, tripulado por el teniente de aviación Iván Esaú Vásquez Portillo (piloto) y el subteniente Gerson Alcedín Díaz Nolasco (copiloto), viajaban, además, la capitana de infantería Patricia Valladares (edecán), Nahún Lagos y Marco Banegas (personal de seguridad).
Seis horas después de que perdiera contacto con la torre de control y luego de intensas búsquedas, por tierra y aire, las Fuerzas Armadas localizaron la nave accidentada en una zona inaccesible de la reserva, ubicada en Lepaterique, Francisco Morazán, y confirmaron la muerte de Hernández, su edecán, los dos miembros de su seguridad personal y los dos pilotos.
La institución castrense indicó que la aeronave Ecuriel AS350 B-3, con matrícula FAH-905, alzó vuelo a las 09:34 am con destino a la base aérea José Enrique Soto Cano de Comayagua, donde arribaría a las 09:55 am, es decir, unos 21 minutos después del despegue.
El tiempo transcurrió y la aeronave nunca llegó a Comayagua. Esta situación obligó a la torre de control a activar la alerta.
Hilda Hernández, hermana del presidente Juan Orlando Hernández.
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Rastreo
Un informe firmado por el teniente de aviación Walter Yanuario Paz, comandante de la base aérea Hernán Acosta Mejía, consigna que a las 9:36 am (dos minutos después del despegue), los pilotos del helicóptero intentaron en dos ocasiones establecer comunicación con la torre de control de Toncontín, pero no lo lograron porque “se escuchaba comunicación de otras aeronaves”.
Posteriormente, a las 09:46 am, la torre de control del Toncontín registró que la aeronave azul se encontraba a 10,000 pies de altura y a 12 millas náuticas al oeste del aeropuerto capitalino.
El controlador de tráfico aéreo (CTA), tras recibir la información de los pilotos, les recordó que “para ascender a una altitud mayor (...) debe solicitarlo” y les advirtió que tenía otra aeronave en ascenso en ese mismo sector.
Un minuto después (09:47), el controlador les consultó si habían escuchado esa advertencia y ellos respondieron que “afirmativo” y después les pidió los vectores (guías de ubicación), pero los dos pilotos no contestaron.
Más tarde, cuando transcurrió el tiempo estimado de llegada, la tripulación no volvió a entrar en contacto con la torre de control de Toncontín para informar sobre el descenso en la base militar de Comayagua. Al no recibir ningún tipo de reporte, la Fuerza Aérea Hondureña (FAH) activó el protocolo de seguridad y envió dos helicópteros (un Bell 412 y un Bell 429) a sobrevolar la ruta que tenía trazada el helicóptero que transportaba a Hernández.
Los dos helicópteros militares sobrevolaron la zona en varias ocasiones y durante más de cinco horas hasta detectar el fuselaje entre los árboles de la reserva Yerba Buena, específicamente en la montaña Azacualpita.
Los pilotos demoraron en encontrar los restos de la aeronave debido a que la niebla que cubría el bosque les limitaba la visibilidad.
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Testimonio
Mientras dos helicópteros buscaban desde el aire, patrullas militares recorrían las carreteras y caminos e indagaban a los habitantes que lograron escuchar el estruendo. “Pasaban las 9:30 de la mañana, escuchamos que el helicóptero venía del lado de Amarateca, pero con un sonido raro, no como el de los otros helicópteros que pasan todos los días.
Como que algo se estaba cayendo. Después solo fue una explosión y todo olía a gas. Estaba lloviendo, no vimos el helicóptero caer”, contó José Martínez, un labrador de la aldea El Rincón de Dolores. Anoche, militares, policías y un equipo de Medicina Forense se desplazaron al lugar del siniestro para realizar investigaciones y retirar los seis cuerpos.
Julisa Villanueva, directora de Medicina Forense, instó a través de los medios de comunicación a los médicos que conocían a las víctimas a visitar esa institución. “Vamos a necesitar la presencia de los odontólogos que en vida pudieron verlos. Allá tenemos nosotros en la sede forense equipo de psiquiatría, sicólogos y médicos que estarán listos para recibirlos para que nos ayuden con el llenado de estas fichas y hacer con mayor diligencia el trabajo forense de identificación”, dijo.
Hasta las 11:00 pm de ayer, las autoridades no habían informado sobre las causas del accidente. El presidente Juan Orlando Hernández, consternado por la desaparición de la mujer que lideraba su campaña, se limitó a poner un símbolo de luto en su Twitter y luego una foto de su hermana.
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