Nueva York, Estados Unidos.
A 24 años de cárcel por conspirar para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos fue condenado Fabio Lobo ayer en el Palacio de Justicia Thurgood Marshall ubicado en el distrito de Manhattan, Nueva York.
El equipo periodístico de Diario LA PRENSA que se encuentra dando cobertura al caso en Nueva York estuvo presente en la audiencia de sentencia en la que la jueza de distrito Lorna Gail Schofield expresó a Fabio Lobo que “al sentenciarlo a 24 años de cárcel sentamos un precedente y enviamos un mensaje para disuadir a otros que quieran hacer lo mismo que usted. Las drogas han sido un azote para los Estados Unidos y tenemos que detenerlo”.
De poco sirvieron los ruegos de Lobo a la jueza. “Le suplico que me dé la pena mínima”, expresó el hondureño llorando en la corte. “Pido perdón a mi familia y al pueblo de Honduras, a
Estados Unidos. Mis hijas me necesitan”, dijo
Lobo.
La jueza le contestó “no tengo duda que si tuviera otra oportunidad viviría conforme a la ley. Lo pensé mucho, pero en su caso las pautas de sentencia que se recomiendan son tan grandes…”, manifestó Schofield.
Adicional a los 24 años de cárcel, al hijo del
expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa (2010-2014) se le impusieron cinco años de libertad vigilada y una multa de $50,000. También la jueza determinó una orden de decomiso de bienes por valor de $260,000.
En la audiencia de ayer, que comenzó a las 4:30 pm (2:30 pm hora Honduras) estuvieron presentes familiares de Fabio Lobo, incluida su esposa y la hija mayor del hondureño. Además estuvo presente un abogado de Porfirio (Pepe) Lobo, padre de Fabio, quien aclaró que “Pepe Lobo no está acusado de nada en este caso, solo ha sido mencionado y por eso tiene representación legal dándole seguimiento al caso”.
Fabio Lobo fue capturado en Haití el 21 de mayo de 2015 en un operativo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que lo investigaba por tráfico de drogas. Lobo se declaró culpable en mayo del año pasado, pero sin lograr un acuerdo con la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, que es la que lo acusó, y tras varias postergaciones de su sentencia, finalmente ayer fue condenado.
Tal como ya había adelantado en exclusiva el equipo periodístico de Diario LA PRENSA que es el único medio hondureño que se encuentra dando cobertura al caso en Nueva York, la sentencia contra Fabio Lobo fue mucho mayor a la pena mínima de 10 años que pedía la defensa del hondureño. Antes de la audiencia de sentencia de ayer, LA PRENSA ya había revelado que la jueza había dicho al defensor de Fabio. “Él (Fabio Lobo) se enfrenta a mucho más que 10 años”. La jueza de distrito cumplió su palabra y ayer sentenció al hondureño a un total de 24 años de prisión.
Encadenado
Faltaban 15 minutos para el inicio de la audiencia de sentencia de ayer cuando ingresó Fabio Lobo, llevado por dos oficiales estadounidenses, a la sala 1106 en el piso 11 del imponente Palacio de Justicia Thurgood Marshall.
Lobo vestía un overol azul de prisionero y caminaba con dificultad, ya que estaba encadenado de pies y tobillos. Al entrar observó que dentro del salón ya esperaban los abogados defensores, fiscales, intérpretes, sus familiares y miembros de la prensa.
Sonrió con nerviosismo a su familia, pero en ningún momento se le permitió hablar con ellos ni que se les acercara. Al sentarse le quitaron los grilletes de las manos.
Fue llevado directamente al área de la Corte donde están los involucrados en el caso. Delante de él estaban sentados los fiscales Emil Bove III y Matthew Laroche, de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, la cual ha dirigido la acusación contra Lobo.
Por su parte, el abogado defensor,
Manuel Retureta, se sentó al lado de Lobo y estuvo platicando con él. Trataba de darle ánimos. Lobo estaba ansioso. Se ponía y se quitaba una y otra vez unos lentes de marco negro y grueso, que tenían cristales semioscuros.
Finalmente, la jueza de distrito, Lorne G. Schofield, ingresó a la sala y a Fabio le dieron audífonos para que un intérprete le tradujera todo lo que se hablara en la sala.
“Estamos aquí para imponer una condena al señor Fabio Lobo, quien ya se declaró culpable”, dijo con autoridad la jueza.
Añadió: “Para definir la sentencia me he basado en los informes de la Fiscalía y de la defensa. También he repasado las cartas de la esposa e hija de Fabio Lobo. Tengo su historial de trabajo y su grado académico. Tengo el salario de su esposa y las deudas que tienen”, indicó Schofield.
El mismo informe que tiene la jueza lo poseen la defensa y la Fiscalía. Para dar una condena en Estados Unidos hay un edición de pautas que sirve de guía para determinar las sentencias.
Schofield explicó: “Su historial delictivo es de categoría uno, lo que le significa 38 puntos en el nivel de delito, le agregué dos puntos por ser gerente o supervisor en el tráfico de drogas, le agregué dos puntos más por participar directamente en el tráfico de drogas y dos puntos más por posesión de armas y le quité tres puntos por declararse culpable”, detalló la jueza.
Antes de dar la sentencia, Schofield dio la oportunidad a los fiscales y la defensa de que dieran una última argumentación.
El fiscal Emil Bove III fue directo con su mensaje: “La cantidad de droga en la que estuvo involucrado de traficar el acusado (Fabio Lobo) es asombrosa. Son más de cuatro toneladas. El impacto de esa droga en Estados Unidos sería terrible”. El defensor Retureta consideró que la Fiscalía era “exagerada” en sus afirmaciones.
Clamor
Lobo llevó una carta, la cual pidió que le dejaran leer a la jueza. “Tengo tres años preso, he sufrido lejos de mi familia por mi error. Le fallé a mi padre, a mi madre, a mi familia”, dijo y rompió a llorar frente a la jueza de distrito.
La jueza se vio conmovida, pero no redujo la sentencia que ya había determinado. “Su caso fue muy grave. Usted como hijo del entonces presidente de Honduras usó sus grandes influencias con altos funcionarios del Gobierno para facilitar el tráfico de drogas. La defensa dice que usted no se convirtió en millonario por estos delitos, pero eso es secundario. Como hijo del Presidente fue a las mejores escuelas, fue juez, notario. Al evaluar todo esto debo imponer una sentencia que ponga un precedente para todos esos que como usted disfrutan de estos beneficios, pero aún así rompen la ley”.
La jueza pidió a Lobo ponerse de pie: “Lo sentencio a 24 años de cárcel. Una multa de $50,000 y libertad vigilada de cinco años”, expresó.
Luego la jueza se dirigió a Cinthia de Lobo, esposa de Fabio Lobo. “Siento mucho este infortunio para su familia, pero espero que entienda que el problema de las drogas es grave en este país y debemos disuadir a quienes piensen en cometer este delito. Sé que no es consuelo, pero espero esté al lado de su esposo en esta etapa difícil. No creo que sea un mal hombre”, dijo la jueza mientras la esposa de Lobo se limpiaba las lágrimas.
Así terminó la audiencia. Los policías volvieron a encadenar a Lobo y lo sacaron de la sala sin darle oportunidad de acercarse a su familia y lo volvieron a llevar al Centro Correccional Metropolitano, Nueva York (MCC), donde está preso desde 2015, pero de donde será trasladado a otra prisión, la cual no ha sido definida todavía.
A 24 años de cárcel por conspirar para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos fue condenado Fabio Lobo ayer en el Palacio de Justicia Thurgood Marshall ubicado en el distrito de Manhattan, Nueva York.
El equipo periodístico de Diario LA PRENSA que se encuentra dando cobertura al caso en Nueva York estuvo presente en la audiencia de sentencia en la que la jueza de distrito Lorna Gail Schofield expresó a Fabio Lobo que “al sentenciarlo a 24 años de cárcel sentamos un precedente y enviamos un mensaje para disuadir a otros que quieran hacer lo mismo que usted. Las drogas han sido un azote para los Estados Unidos y tenemos que detenerlo”.
Sépalo
Además deberá pagar $50,000 de multa y $266,000 de compensación
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La jueza le contestó “no tengo duda que si tuviera otra oportunidad viviría conforme a la ley. Lo pensé mucho, pero en su caso las pautas de sentencia que se recomiendan son tan grandes…”, manifestó Schofield.
El enviado especial de LA PRENSA presenció en exclusiva el fallo contra el hijo del expresidente hondureño Porfirio Lobo Sosa. Fue sentenciado en el Palacio de Justicia Thurgood Marshall
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En la audiencia de ayer, que comenzó a las 4:30 pm (2:30 pm hora Honduras) estuvieron presentes familiares de Fabio Lobo, incluida su esposa y la hija mayor del hondureño. Además estuvo presente un abogado de Porfirio (Pepe) Lobo, padre de Fabio, quien aclaró que “Pepe Lobo no está acusado de nada en este caso, solo ha sido mencionado y por eso tiene representación legal dándole seguimiento al caso”.
Fabio Lobo fue capturado en Haití el 21 de mayo de 2015 en un operativo de la Administración para el Control de Drogas (DEA) que lo investigaba por tráfico de drogas. Lobo se declaró culpable en mayo del año pasado, pero sin lograr un acuerdo con la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, que es la que lo acusó, y tras varias postergaciones de su sentencia, finalmente ayer fue condenado.
Tal como ya había adelantado en exclusiva el equipo periodístico de Diario LA PRENSA que es el único medio hondureño que se encuentra dando cobertura al caso en Nueva York, la sentencia contra Fabio Lobo fue mucho mayor a la pena mínima de 10 años que pedía la defensa del hondureño. Antes de la audiencia de sentencia de ayer, LA PRENSA ya había revelado que la jueza había dicho al defensor de Fabio. “Él (Fabio Lobo) se enfrenta a mucho más que 10 años”. La jueza de distrito cumplió su palabra y ayer sentenció al hondureño a un total de 24 años de prisión.
La esposa de Fabio Lobo estuvo en la corte. La jueza, tras dictar su sentencia, le pidió que se pusiera de pie para escuchar el porqué de su decisión de condenar a Lobo.
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Faltaban 15 minutos para el inicio de la audiencia de sentencia de ayer cuando ingresó Fabio Lobo, llevado por dos oficiales estadounidenses, a la sala 1106 en el piso 11 del imponente Palacio de Justicia Thurgood Marshall.
Lobo vestía un overol azul de prisionero y caminaba con dificultad, ya que estaba encadenado de pies y tobillos. Al entrar observó que dentro del salón ya esperaban los abogados defensores, fiscales, intérpretes, sus familiares y miembros de la prensa.
Sonrió con nerviosismo a su familia, pero en ningún momento se le permitió hablar con ellos ni que se les acercara. Al sentarse le quitaron los grilletes de las manos.
Fue llevado directamente al área de la Corte donde están los involucrados en el caso. Delante de él estaban sentados los fiscales Emil Bove III y Matthew Laroche, de la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, la cual ha dirigido la acusación contra Lobo.
Heide B. Fulton, encargada de Negocios de la Embajada de EUA, se refirió en Twitter a las fuertes condenas que recibieron los hermanos Valle y Fabio Lobo.
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Finalmente, la jueza de distrito, Lorne G. Schofield, ingresó a la sala y a Fabio le dieron audífonos para que un intérprete le tradujera todo lo que se hablara en la sala.
Permiso
Schofield determinó que el testimonio del narco Devis Rivera Maradiaga era “creíble” y que Fabio Lobo puede ser considerado como un “gerente o supervisor” en el esquema criminal.
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Añadió: “Para definir la sentencia me he basado en los informes de la Fiscalía y de la defensa. También he repasado las cartas de la esposa e hija de Fabio Lobo. Tengo su historial de trabajo y su grado académico. Tengo el salario de su esposa y las deudas que tienen”, indicó Schofield.
El mismo informe que tiene la jueza lo poseen la defensa y la Fiscalía. Para dar una condena en Estados Unidos hay un edición de pautas que sirve de guía para determinar las sentencias.
Schofield explicó: “Su historial delictivo es de categoría uno, lo que le significa 38 puntos en el nivel de delito, le agregué dos puntos por ser gerente o supervisor en el tráfico de drogas, le agregué dos puntos más por participar directamente en el tráfico de drogas y dos puntos más por posesión de armas y le quité tres puntos por declararse culpable”, detalló la jueza.
Lo hundió el Cachiro
Rivera relató en la corte que Fabio Lobo protegió a Los Cachiros cuando su padre era presidente a cambio de sobornos, por ejemplo, en dos embarques de cocaína que terminaron en EUA.
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El fiscal Emil Bove III fue directo con su mensaje: “La cantidad de droga en la que estuvo involucrado de traficar el acusado (Fabio Lobo) es asombrosa. Son más de cuatro toneladas. El impacto de esa droga en Estados Unidos sería terrible”. El defensor Retureta consideró que la Fiscalía era “exagerada” en sus afirmaciones.
Clamor
Lobo llevó una carta, la cual pidió que le dejaran leer a la jueza. “Tengo tres años preso, he sufrido lejos de mi familia por mi error. Le fallé a mi padre, a mi madre, a mi familia”, dijo y rompió a llorar frente a la jueza de distrito.
Pepe está destrozado: abogado
Brian Bieber, un abogado estadounidense contratado por Porfirio Lobo, afirmó: “Pepe Lobo está destrozado de que su hijo se haya apartado del camino de una vida en la legalidad y que esencialmente haya desperdiciado más de 20 años de su vida”, dijo a periodistas.
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La jueza se vio conmovida, pero no redujo la sentencia que ya había determinado. “Su caso fue muy grave. Usted como hijo del entonces presidente de Honduras usó sus grandes influencias con altos funcionarios del Gobierno para facilitar el tráfico de drogas. La defensa dice que usted no se convirtió en millonario por estos delitos, pero eso es secundario. Como hijo del Presidente fue a las mejores escuelas, fue juez, notario. Al evaluar todo esto debo imponer una sentencia que ponga un precedente para todos esos que como usted disfrutan de estos beneficios, pero aún así rompen la ley”.
La jueza pidió a Lobo ponerse de pie: “Lo sentencio a 24 años de cárcel. Una multa de $50,000 y libertad vigilada de cinco años”, expresó.
Luego la jueza se dirigió a Cinthia de Lobo, esposa de Fabio Lobo. “Siento mucho este infortunio para su familia, pero espero que entienda que el problema de las drogas es grave en este país y debemos disuadir a quienes piensen en cometer este delito. Sé que no es consuelo, pero espero esté al lado de su esposo en esta etapa difícil. No creo que sea un mal hombre”, dijo la jueza mientras la esposa de Lobo se limpiaba las lágrimas.
Así terminó la audiencia. Los policías volvieron a encadenar a Lobo y lo sacaron de la sala sin darle oportunidad de acercarse a su familia y lo volvieron a llevar al Centro Correccional Metropolitano, Nueva York (MCC), donde está preso desde 2015, pero de donde será trasladado a otra prisión, la cual no ha sido definida todavía.