San Pedro Sula, Honduras.
La noticia de que pronto al menos 200 familias del bordo Río Blanco serán trasladadas a un predio ubicado en la aldea Las Minas de El Progreso, Yoro, no es alegría para algunos pobladores. La principal interrogante que los habitantes hacen es si habrá oportunidades de trabajo en la zona adonde los reubicarán.
El presidente del patronato del bordo, José Juventino Martínez, dijo que están de acuerdo con la reubicación, pero al menos el 70% de los que viven en el bordo no quieren irse fuera de la ciudad. “No estamos en contra de la reubicación, pero queremos que busquen la posibilidad de algún terreno aquí en San Pedro para que nos reubiquen; la mayoría no quiere irse de la ciudad y dejar sus trabajos”.
Los pobladores consultados por LA PRENSA sobre el tema opinaron que están dispuestos a ser trasladados si se les ofrecen las condiciones necesarias para una mejor vida; la cercanía con la ciudad y el fácil acceso a diferentes servicios es lo que los hace no querer irse de allí. María Argentina Alberto considera que de cambiarse es para prosperar. “Sabemos que aquí no tenemos un pedazo de tierra segura, pero creo que lo deben trasladar a un lugar donde uno pueda trabajar para progresar”, indicó la mujer que desde hace 12 años vive en el bordo.
Proyecto
De acuerdo con autoridades de Convivienda, serán más de 200 familias las que reasentarán durante la primera fase del proyecto que se planea empezar en los primeros días de octubre. En el proyecto tienen previsto reinsertar económicamente a los pobladores.
Para la Comisión de Acción Social Menonita (Casm), organización que por más de diez años trabaja con los habitantes de los diferentes bordos de la ciudad, hay muchas razones del por qué las personas no quieren salir de esos lugares. César Cárcamo, director regional de la organización, argumentó que la principal razón es la ubicación.
“Ellos viven cerca de la ciudad, por lo que tienen mayor acceso a transporte, educación y a los trabajos; ahora con el proyecto de reasentamiento deben irse fuera de la ciudad, eso para ellos es difícil porque significa empezar desde cero”. A criterio de Cárcamo se debe hacer conciencia a los pobladores sobre los beneficios que tendrán de vivir en otro lugar, además de hacerles ver que esos lugares no son habitables. El bordo de Río Blanco es una de las zonas vulnerables donde se concentra el mayor número de pobladores; actualmente más de 1,000 lo habitan.
La noticia de que pronto al menos 200 familias del bordo Río Blanco serán trasladadas a un predio ubicado en la aldea Las Minas de El Progreso, Yoro, no es alegría para algunos pobladores. La principal interrogante que los habitantes hacen es si habrá oportunidades de trabajo en la zona adonde los reubicarán.
El presidente del patronato del bordo, José Juventino Martínez, dijo que están de acuerdo con la reubicación, pero al menos el 70% de los que viven en el bordo no quieren irse fuera de la ciudad. “No estamos en contra de la reubicación, pero queremos que busquen la posibilidad de algún terreno aquí en San Pedro para que nos reubiquen; la mayoría no quiere irse de la ciudad y dejar sus trabajos”.
Los pobladores consultados por LA PRENSA sobre el tema opinaron que están dispuestos a ser trasladados si se les ofrecen las condiciones necesarias para una mejor vida; la cercanía con la ciudad y el fácil acceso a diferentes servicios es lo que los hace no querer irse de allí. María Argentina Alberto considera que de cambiarse es para prosperar. “Sabemos que aquí no tenemos un pedazo de tierra segura, pero creo que lo deben trasladar a un lugar donde uno pueda trabajar para progresar”, indicó la mujer que desde hace 12 años vive en el bordo.
Proyecto
De acuerdo con autoridades de Convivienda, serán más de 200 familias las que reasentarán durante la primera fase del proyecto que se planea empezar en los primeros días de octubre. En el proyecto tienen previsto reinsertar económicamente a los pobladores.
Para la Comisión de Acción Social Menonita (Casm), organización que por más de diez años trabaja con los habitantes de los diferentes bordos de la ciudad, hay muchas razones del por qué las personas no quieren salir de esos lugares. César Cárcamo, director regional de la organización, argumentó que la principal razón es la ubicación.
“Ellos viven cerca de la ciudad, por lo que tienen mayor acceso a transporte, educación y a los trabajos; ahora con el proyecto de reasentamiento deben irse fuera de la ciudad, eso para ellos es difícil porque significa empezar desde cero”. A criterio de Cárcamo se debe hacer conciencia a los pobladores sobre los beneficios que tendrán de vivir en otro lugar, además de hacerles ver que esos lugares no son habitables. El bordo de Río Blanco es una de las zonas vulnerables donde se concentra el mayor número de pobladores; actualmente más de 1,000 lo habitan.