24/11/2024
12:22 AM

Escudo naval obliga a narcos a cambiar rutas del Atlántico

Por Panamá, Costa Rica y el Pacífico han aumentado el cruce de embarcaciones de coca desde Venezuela y Colombia, al disminuir las rutas tradicionales usadas por el crimen organizado

    Trujillo, Colón

    Operaciones contra el narcotráfico y contrabando, patrullaje, vigilancia y dar una rápida respuesta son parte de las tareas encomendadas al escudo naval que ejecuta la Fuerza Naval de Honduras (FNH) en el Atlántico.

    Lo hacen con tres patrulleras y cinco lanchas rápidas que permanecen al acecho. De día y de noche surcan las aguas en todo el paralelo 15, para detectar embarcaciones sospechosas.

    Un equipo de LA PRENSA incursionó en la faena detrás de embarcaciones sospechosas. Pero los grupos criminales han cambiado su modus operandi. Ahora cruzan por rutas más cortas y el bloqueo marítimo les ha obligado a usar más la costa. A los cayos e islotes es donde está llegando la droga.

    “La actividad de las embarcaciones ha bajado. La vigilancia ha replegado el operar de los carteles en el Caribe. No es que no esté pasando, sino que ahora el paso es más discreto y manejan menos cantidad de droga en las embarcaciones”, explicó Tomás Cantarero, comandante de la patrullera Lempira.

    Además, “la ruta la han modificado y ahora sus destinos para desembarcar la droga es Panamá y Costa Rica. Pero el Pacífico también es otro punto de su interés”, dijo el oficial.

    18% crecieron cultivos de coca Colombia informó que en el 2016 se dio un incremento de cultivos de cocaína en ese país, por lo que se prevé que los traficantes buscan sacar el producto a EUA.

    Se repliegan

    La lucha que Honduras ha emprendido contra el narcotráfico, saturando el Atlántico, ha logrado que las rutas tradicionales de los carteles cambien y busquen alternativas. De ahí que entran en la ecuación otros países con nuevas rutas —o al menos rutas no tan conocidas o utilizadas— como es el caso de Costa Rica.

    “La interdicción que hacemos de embarcaciones ha cerrado los espacios tradicionales, con la unión de las marinas de Guatemala, Nicaragua y el apoyo incondicional de Estados Unidos. Se han cerrado las posibilidades de paso. Pero los carteles no desmayan y experimentan nuevas rutas”, dijo un agente de inteligencia de Honduras.

    “Prueba de ello es que hay dos bandas que luchan por el control de territorio en Limón, zona portuaria de Costa Rica, que es el punto donde está llegando la droga”, señaló el agente. Y es que, según los oficiales hondureños, la operación sella el espacio marítimo con el trabajo de un grupo de 50 navales que se desplazan en mar abierto, mientras en puntos estratégicos hay destacamentos de efectivos de la Infantería Naval y Ejército que apoyan las tareas de vigilancia.

    Autoridadades informaron que en el Golfo de Fonseca ahora se da el paso de lanchas rápidas. La FNH tiene vigilancia.

    Interceptan

    Tras detectar la presencia de embarcaciones sobre las que existen sospechas de que están involucradas en operaciones del narcotráfico, las cinco lanchas rápidas saltan para darles persecución.

    A bordo de cada patrullera van tres elementos de la Infantería de Marina, armados. Ellos están capacitados en combate y buscan persuadir a la tripulación, hasta que los inmovilizan o detienen para ser inspeccionados.

    “Toda embarcación que infrinje las normas nacionales e internacionales es requerida. Muchas veces se dan los enfrentamientos mar adentro, cuando son sorprendidos, pero cumplimos el deber de dar la vigilancia y frenar a los traficantes”, explicó el comandante Cantarero.

    De acuerdo a datos extraoficiales, para el 2017 se espera que entre Colombia, Bolivia y Perú se produzcan alrededor de dos mil toneladas de cocaína, de las cuales las autoridades calculan que el 90 por ciento serán enviadas por la vía marítima, por lo que la vigilancia es clave y extrema en el Atlántico.

    La vigilancia

    Desde el departamento de Colón hasta la zona de La Mosquitia, en Gracias a Dios, hay siete puestos de avanzada.

    Sectores como Cabo Gracias a Dios, Raya, Palacios, Caratasca, Patuca, Brus Laguna y Evans están acordonados. La información que manejan los navales es que en estos puntos no solo hay paso de droga, sino que hay depósitos para almacenamiento de cocaína y de gasolina.

    “En este corredor están utilizando Cayo Sur, Cayo Savanah, que son puntos de interés para las organizaciones criminales. En estos perímetros se redoblan los esfuerzos porque no queremos dejar espacio para que los grupos operen a sus anchas”, explicó Jesús Benítez, comandante de la Fuerza Naval de Honduras.

    Solo de Colombia a Honduras hay más de 580 millas náuticas. La geografía hace posible que en estos puntos, antes que no habían controles, la droga rebotara a sus anchas.

    “Ahora los carteles buscan puntos de reabastecimiento paras las pequeñas cantidades de droga que trasladan cuando deciden utilizar la zona del paralelo 15”, informaron las autoridades.

    Intercambio de información

    Una táctica clave para el logro de la detención de embarcaciones, zonas de almacenamiento y rutas ha sido el intercambio de datos e información entre las fuerzas navales de los países vecinos con Estados Unidos y Colombia, que interactúan de forman conjunta para el trabajo de intercepción.

    “Cada vía de agua representa para los narcos el equivalente de cientos de kilómetros de autopistas para transportar sus drogas y por eso solo nos queda unirnos para bloquearles el paso. Ha sido un proceso que desde el 2014 genera frutos y ante la férrea vigilancia que mantenemos en el Atlántico, no han tenido más que modificar sus estrategias”, dijo Cantarero.

    Por eso Costa Rica -desde el 2013 hasta la fecha- reporta que las embarcaciones sospechosas se han duplicado al pasar de 125 en el 2016, a las 254 registradas en el 2017.