San Pedro Sula, Honduras
La soledad del lugar, la presencia de la muerte y el deterioro de las tumbas del cementerio de La Puerta en San Pedro Sula son suficientes para darle al camposanto fundado en 1915, el ambiente decadente y siniestro que aviva las historias de miedo en su interior.
Tumbas que dejan ver restos humanos, otras sin lápidas y unas pocas en mejores condiciones, matizan los relatos y crónicas de quienes afirman haber sido asustados por los espíritus que se niegan a dejar el plano terrenal o por quienes median hacia el más allá.
'Una bruja venía a practicar su magia negra en una de las tumbas, hacía un círculo con puros e invocaba a los malos espíritus', cuenta Mario Buendía, uno de los supervisores del cementerio.
El supervisor asegura que apenas hace unos meses tuvo el tenebroso encuentro con la mujer practicaba magia negra en las tumbas. 'Esa mujer llegaba varias veces al cementerio para hacer magia negra, hasta que me acerqué a ella y le dije que por favor dejara descansar las almas de los muertos' revela el supervisor.
Ante la negativa de la mujer de abandonar el panteón, Don Mario pateó los puros con los que la 'bruja' realizaba círculos para hacer sus invocaciones y la corrió del cementerio. 'Te maldigo a vos y a toda tu familia, me las vas a pagar' le respondió alterada la pécora, que hasta ahora no ha regresado a La Puerta.
Sin embargo, Don Mario ingoró los mal habidos deseos de la mujer pues asegura estar protegido por Dios. 'Trabajando en esto he vivido muchas experiencias, pero siempre me invoco a Dios y se que él me protege de todo mal' comenta el trabajador municipal.
Desde la fachada frívola, el cementerio es propicio para los relatos de apariciones que algunos aseguran que han sucedido en este sitio y que son dignas de la trama de una película de terror.
Una mujer de blanco
Pero esta no es la única experiencia paranormal que ha vivido el hondureño, Buendía narra que en una ocasión se encontró con una mujer de vestido blanco y cabellera negra deambulando por los pasajes del cementerio. El supervisor cuenta que siguió a la mujer y le hablaba, pero esta nunca le respondió ni le mostró su rostro, hasta que comprendió que se trataba de un alma en pena.
Aunque Don Mario no es ningún experto en el tema, dice conocer la diferencia entre un alma en pena y un espíritu maligno. 'Se muy bien cuando es un alma en pena o un ángel caído, las almas en pena no hacen daño, pero los malos espíritus hasta lo golpean a uno y le dejan marcas en la espalda' explica.
Para cualquier otra persona los relatos anteriores serían motivo suficiente para no regresar a un trabajo, pero para Don Mario ya es algo completamente normal. Además cuenta que siempre está acompañado de varias personas, entre ellos albañiles y guardias del cementerio.
'Mis compañeros también han visto cosas raras, han sentido presencias que los dejan helados y hasta han visto niños corriendo entre los pasillos del cementerio que luego desaparecen de la nada. No solo en el cementerio de La Puerta, también en Los Laureles y el cementerio general Apóstol San Pedro. 'Hay muchas vivencias en estos cementerios' comparte el valeroso sampedrano.
La soledad del lugar, la presencia de la muerte y el deterioro de las tumbas del cementerio de La Puerta en San Pedro Sula son suficientes para darle al camposanto fundado en 1915, el ambiente decadente y siniestro que aviva las historias de miedo en su interior.
Tumbas que dejan ver restos humanos, otras sin lápidas y unas pocas en mejores condiciones, matizan los relatos y crónicas de quienes afirman haber sido asustados por los espíritus que se niegan a dejar el plano terrenal o por quienes median hacia el más allá.
'Una bruja venía a practicar su magia negra en una de las tumbas, hacía un círculo con puros e invocaba a los malos espíritus', cuenta Mario Buendía, uno de los supervisores del cementerio.
El supervisor asegura que apenas hace unos meses tuvo el tenebroso encuentro con la mujer practicaba magia negra en las tumbas. 'Esa mujer llegaba varias veces al cementerio para hacer magia negra, hasta que me acerqué a ella y le dije que por favor dejara descansar las almas de los muertos' revela el supervisor.
Ante la negativa de la mujer de abandonar el panteón, Don Mario pateó los puros con los que la 'bruja' realizaba círculos para hacer sus invocaciones y la corrió del cementerio. 'Te maldigo a vos y a toda tu familia, me las vas a pagar' le respondió alterada la pécora, que hasta ahora no ha regresado a La Puerta.
Sin embargo, Don Mario ingoró los mal habidos deseos de la mujer pues asegura estar protegido por Dios. 'Trabajando en esto he vivido muchas experiencias, pero siempre me invoco a Dios y se que él me protege de todo mal' comenta el trabajador municipal.
Desde la fachada frívola, el cementerio es propicio para los relatos de apariciones que algunos aseguran que han sucedido en este sitio y que son dignas de la trama de una película de terror.
El cementerio 'La Puerta' fue fundado en 1915.
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Una mujer de blanco
Pero esta no es la única experiencia paranormal que ha vivido el hondureño, Buendía narra que en una ocasión se encontró con una mujer de vestido blanco y cabellera negra deambulando por los pasajes del cementerio. El supervisor cuenta que siguió a la mujer y le hablaba, pero esta nunca le respondió ni le mostró su rostro, hasta que comprendió que se trataba de un alma en pena.
Aunque Don Mario no es ningún experto en el tema, dice conocer la diferencia entre un alma en pena y un espíritu maligno. 'Se muy bien cuando es un alma en pena o un ángel caído, las almas en pena no hacen daño, pero los malos espíritus hasta lo golpean a uno y le dejan marcas en la espalda' explica.
Para cualquier otra persona los relatos anteriores serían motivo suficiente para no regresar a un trabajo, pero para Don Mario ya es algo completamente normal. Además cuenta que siempre está acompañado de varias personas, entre ellos albañiles y guardias del cementerio.
'Mis compañeros también han visto cosas raras, han sentido presencias que los dejan helados y hasta han visto niños corriendo entre los pasillos del cementerio que luego desaparecen de la nada. No solo en el cementerio de La Puerta, también en Los Laureles y el cementerio general Apóstol San Pedro. 'Hay muchas vivencias en estos cementerios' comparte el valeroso sampedrano.