San Pedro Sula, Honduras.
Los hospitales psiquiátricos de Honduras han registrado en los últimos meses un aumento en el número de adolescentes que han intentado suicidarse y han observado un incremento en la cantidad de jóvenes que han llegado con heridas en los brazos y en las piernas.
Estas conductas limítrofes no son nada extrañas en los psiquiátricos de cualquier parte del mundo, pero en Honduras, el incremento de estos casos inquieta a los profesionales de la salud mental, pues la tendencia se presenta en un momento que autoridades policiales de muchos países han activado una alarma contra el juego macabro Ballena Azul.
Ballena Azul, llamado también en inglés Blue Whale Challenge, es un juego que surgió en Rusia en 2015 a través de la red social VKontakte (vk.com), y ahora es promovido, desde el anonimato, por medio de Facebook, Twitter, WhatsApp, Instagram y otros sitios virtuales.
Desde esas redes, los promotores reclutan a niños y adolescentes para que participen en un juego colectivo que, una vez que aceptan, los obligan a ejecutar 50 acciones, llamadas retos. El último consiste en suicidarse.
Este juego consiste en un reto incitando al menor a realizar ciertas acciones que consisten en ver películas de terror, cortarse los brazos y subir dichas fotografías a Internet, siendo la última de las pruebas el suicidio.
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El niño o adolescente que acepta participar debe realizar un reto cada día durante 50 días. Si acepta entrar a Ballena Azul está obligado a herirse con un cuchillo uno de los brazos hasta formar el código F57.
Una vez que se ha dibujado ese código, el participante debe enviar una foto al administrador del grupo de la red social (Facebook o de Whatsapp) con el hashtag #F57.
“Hemos visto un incremento de casos de adolescentes que presentan este tipo de personalidad. Ellos se caracterizan por tener un pobre control de impulso y poca tolerancia a la frustración. Hay más jóvenes que han llegado con intenciones suicidas, pero no podemos afirmar que estén relacionados con ese juego que es algo nuevo”, aclaró América Chirinos, psiquiatra y directora del Hospital Mario Mendoza de Tegucigalpa.
Chirinos explicó que, además de los adolescentes que llegan por intenciones suicidas, asisten otros con heridas en los brazos y piernas.
“Algunos de ellos han sido inducidos desde redes sociales, pero no sabemos si han participado en estos juegos. Es importante hacer una investigación para evitar que los menores se conviertan en víctimas”, advirtió Chirinos.
Igualmente, el Hospital Psiquiátrico San Juan de Dios de San Pedro Sula ha registrado un aumento en el número de pacientes menores de edad con estas características.
“En el hospital vemos que hay más jóvenes con estos problemas. No podemos decir que la causa es este juego. Si el juego existe, es una amenaza porque los adolescentes con depresión son más vulnerables”, dijo Martha Zelaya, psiquiatra general del San Juan de Dios.
En Honduras, debido a una serie de factores, algunos de tipo social, centenares de jóvenes han mostrado conductas suicidas y comportamientos orientados a autolesionarse.
Según estadísticas del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), entre 2008 y 2015 se suicidaron en Honduras 315 personas menores de edad. Murieron intoxicados, por ahorcamientos o con armas de fuego.
De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association o APA), en cualquier sociedad, “la posibilidad de una conducta suicida existe durante el tiempo que duran los episodios de depresión mayor”.
'Los padres de familia deben vigilar la presencia de sus hijos en las redes sociales', dijo Pedronel González, Psicólogo clínico y de pareja.
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El psicólogo hondureño Pedronel Gónzalez explicó que en Honduras, antes de que surgiera ese juego Ballena Azul, “muchos jóvenes han manifestado intenciones suicidas. La cuestión del suicidio no es nada nuevo en Honduras”.
Gonzalez está convencido de que en el país existe una alta población juvenil con predisposición que puede ser víctimas de individuos que desde las redes y desde diferentes partes del mundo promueven el suicidio mediante juegos como Ballena Azul.
El año anterior, González realizó una investigación en algunos colegios de educación bilingüe (para su tesis doctoral sobre autolesiones en adolescentes) y llegó a la conclusión que existe una población expuesta.
“La investigación involucró a 437 estudiantes menores de edad. De ese grupo, 140 dijeron que habían tenido pensamiento de autolesionarse sin deseo suicida, 120 dijeron que habían tenido conducta de autolesionarse (se hirieron) sin deseos de matarse”, explicó.
Durante la investigación, González encontró que “de un grupo de 40 jóvenes, 34 habían tenido riesgo suicida en el pasado”.
Los jóvenes que se autolesionan o presentan comportamiento suicidas sufren una serie de trastornos que solo son identificados por profesionales de la Psicología y Psiquiatría, entre ellos el trastorno obsesivo compulsivo (Toc), trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Heridas en brazos El jugador debe cortarse con un cuchillo escribiendo “f57” en el brazo. Luego debe enviar la foto al administrador del grupo de Facebook o de WhatsApp.
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Las psiquiatras Chirinos, del Mario Mendoza, y Zelaya, del San Juan de Dios, les recomiendan a los padres de familia mantenerse a la expectativa de las conductas de los hijos para evitar que se conviertan en blanco de los promotores de juegos mortales.
Indistintamente de la existencia de estos juegos, González plantea que, “como medida preventiva, los niños y adolescentes deben ser evaluados mentalmente para descartar trastornos mentales asociados con el suicidio”.
“Hay que tener en cuenta cinco claves para tener familias sanas y felices: aprecio recíproco, tiempo de calidad, buenas pautas de comunicación, solidaridad, estilo de vida espiritual, manejo de conflictos”, dijo.
Durante esta semana, autoridades de España, Francia, Rumanía, Colombia, Brasil, Chile y Ecuador han alertado a la ciudadanía para denunciar sitios en Internet que promuevan la práctica de este juego.