San Pedro Sula, Honduras.
Miles de hondureños participaron en las vigilias pascuales celebrando el paso de la muerte a la vida de Jesús.
La feligresía participó con devoción en la noche pascual, donde la tradición manda leer nueve lecturas en vez de las dos o tres habituales.
Se celebraron antes de las eucaristías, bautismos y confirmaciones. “Luz de Cristo. Demos gracias a Dios”, repitieron los presentes en la procesión adonde encendieron las velas. En las iglesias se encendió el cirio pascual.
Desde el cardenal, obispos y sacerdotes de Honduras, todos desearon la paz del Señor resucitado y la alegría que nace de la fe en Él y “la esperanza que no se marchita porque la vida venció a la muerte con la resurrección”.
En la homilía de la misa de resurrección, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez clamó para que Honduras resucite del crimen, violencia y corrupción.
“Esta Semana Santa se ha vivido con fervor y todos hemos sido testigos de cómo miles de personas se han acercado al Señor, aun los que solo vieron pasar una procesión, eso no les deja indiferente, se les eleva el corazón, se piensa que hay algo más y no terminamos en una tumba fría, que vamos camino a un vida verdadera”, manifestó el cardenal.
“Nosotros hemos resucitado con Cristo y debemos buscar los bienes de arriba y no los de la tierra”, resaltó.
Rodríguez aseguró que no se puede “seguir simplemente revolviendo lo mismo en nuestro país, no podemos seguir en el crimen, en la violencia y la corrupción, si hemos resucitado con Cristo, tenemos que buscar otros tipos de bienes que no son los que se quedan aquí, porque el que entra en la vida eterna no se llevará nada”.
La finalidad de Dios es la fidelidad de la vida, y ser fiel es fruto de la gracia de Dios, dijo el purpurado en la homilía.
“Tenemos que corresponder al amor de Dios que murió en una cruz por salvarnos, nosotros qué vamos a hacer, si hemos resucitado con Jesucristo tenemos que vivir una vida diferente”.
El cardenal recordó que “hay muchos conflictos personales que tenemos porque se nos olvida que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios que es nuestra fuerza y móvil en la vida. Si hemos muerto con Cristo, resucitemos también a una vida nueva”.
Monseñor Garachana
En la homilía de la vigilia pascual el obispo Ángel Garachana recordó que en la cruz de Jesús se manifiesta la injusticia, la corrupción y el pecado. “Si parece que en la muerte de Jesús terminaban todas las esperanzas, la resurrección es la muestra de la misericordia”. Garachana recalcó que la última palabra no fue de la injusticia de Jesús ni de los poderes que le condenaron, la última palabra la dio Dios y “nos dice que Jesús tenía razón porque nos está llamando a la fe”.
“Cristo resucitado hizo saltar en pedazos la muerte, el pecado y la injusticia, por eso nosotros debemos volver a nuestro trabajo cotidiano para anunciar la resurrección de Jesús”.
Reiteró que la última palabra no es el poder de la muerte, del pecado, del egoísmo, de la corrupción, de la exclusión, del aplastamiento de los pobres, la última palabra es la del Dios de la Vida, de la misericordia, de la esperanza; y la tarea es volver para anunciar en los lugares de oscuridad la luz y en los pozos del hundimiento de la exclusión humana anunciar el Señor resucitado.
Miles de hondureños participaron en las vigilias pascuales celebrando el paso de la muerte a la vida de Jesús.
La feligresía participó con devoción en la noche pascual, donde la tradición manda leer nueve lecturas en vez de las dos o tres habituales.
Se celebraron antes de las eucaristías, bautismos y confirmaciones. “Luz de Cristo. Demos gracias a Dios”, repitieron los presentes en la procesión adonde encendieron las velas. En las iglesias se encendió el cirio pascual.
Desde el cardenal, obispos y sacerdotes de Honduras, todos desearon la paz del Señor resucitado y la alegría que nace de la fe en Él y “la esperanza que no se marchita porque la vida venció a la muerte con la resurrección”.
En la homilía de la misa de resurrección, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez clamó para que Honduras resucite del crimen, violencia y corrupción.
En San Pedro Sula, monseñor Ángel Garachana celebró bautismos y confirmaciones en la noche de la vigilia pascual en la catedral San Pedro Apóstol.
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“Nosotros hemos resucitado con Cristo y debemos buscar los bienes de arriba y no los de la tierra”, resaltó.
Rodríguez aseguró que no se puede “seguir simplemente revolviendo lo mismo en nuestro país, no podemos seguir en el crimen, en la violencia y la corrupción, si hemos resucitado con Cristo, tenemos que buscar otros tipos de bienes que no son los que se quedan aquí, porque el que entra en la vida eterna no se llevará nada”.
La finalidad de Dios es la fidelidad de la vida, y ser fiel es fruto de la gracia de Dios, dijo el purpurado en la homilía.
La devoción de los hondureños se presenció en cada una de las actividades religiosas del triduo pascual que culminó ayer con la misa de resurrección celebrada en todas las iglesias del país.
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El cardenal recordó que “hay muchos conflictos personales que tenemos porque se nos olvida que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios que es nuestra fuerza y móvil en la vida. Si hemos muerto con Cristo, resucitemos también a una vida nueva”.
Monseñor Garachana
En la homilía de la vigilia pascual el obispo Ángel Garachana recordó que en la cruz de Jesús se manifiesta la injusticia, la corrupción y el pecado. “Si parece que en la muerte de Jesús terminaban todas las esperanzas, la resurrección es la muestra de la misericordia”. Garachana recalcó que la última palabra no fue de la injusticia de Jesús ni de los poderes que le condenaron, la última palabra la dio Dios y “nos dice que Jesús tenía razón porque nos está llamando a la fe”.
En la capital se realizaron las famosas “carreritas de los santos”.
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Reiteró que la última palabra no es el poder de la muerte, del pecado, del egoísmo, de la corrupción, de la exclusión, del aplastamiento de los pobres, la última palabra es la del Dios de la Vida, de la misericordia, de la esperanza; y la tarea es volver para anunciar en los lugares de oscuridad la luz y en los pozos del hundimiento de la exclusión humana anunciar el Señor resucitado.