Luego del traslado de los 755 reos de la MS-13 y la 18 a El Pozo, autoridades policiales y del Ministerio Público comenzaron a inspeccionar los dos módulos del presidio sampedrano con el objetivo de encontrar armas, droga y cadáveres enterrados.
Hasta la tarde de ayer, las autoridades no habían logrado detectar ninguno de los tres supuestos. Sin embargo, no descartan las probabilidades de hallarlos en las próximas semanas.
Luis Suazo, secretario técnico del Gabinete de Seguridad y Defensa, dijo ayer que el gobierno considera “la demolición de los edificios si fuera necesario” para profundizar en las investigaciones.
LA PRENSA ingresó ayer al presidio de San Pedro Sula para conocer las condiciones en las cuales quedaron los dos módulos que ocupaban los reos que forman parte de las maras 18 y MS-13.
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Periodistas de LA PRENSA que ingresaron ayer al presidio observaron que en dos puntos distantes del interior del módulo de la 18 había dos agujeros en la tierra.
El equipo constató, además, que algunos muebles presentaban aberturas producto de la inspección, y otros tenían las gavetas abiertas con la ropa revuelta en ciertos cuartos. Elementos de las Fuerzas Armadas permanecen en el interior de ambos módulos para custodiar los objetos personales que los reos habían comprado con dinero obtenido mediante la extorsión y otros delitos perpetrados en las principales ciudades del país.
Los objetos personales estaban diseminados sobre las camas y en el suelo de los cuartos.
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En los alrededores de la terraza, donde los miembros de la 18 montaban guardia para observar lo que sucedía en las calles aledañas, había sacos de arena, ropa tendida y otros objetos tirados en el suelo.
Estos sacos eran parte de una trinchera que los mareros habían instalado como una medida de prevención ante cualquier ataque con armas de fuego procedente del interior o del exterior del presidio. En uno de los cuartos de la mara 18 había un puro habano Cohiba, tenis deportivos y perfumes de marca.
Este módulo también constaba de un área recreativa con luces de discoteca. En otra zona había una mesa de futbolito y una de billar.
Al igual que en el módulo de la 18, en el de la MS-13, ayer reinaba la desolación y mostraba todos los lujos con los cuales vivían los miembros de esta organización criminal.
Los reos de la MS-13 del presidio de San Pedro Sula estaban mejor armados que sus compinches encarcelados en la Penitenciaría Nacional de Támara.
En los muebles de los cuartos de estos reos se encontraban prendas de vestir y zapatos deportivos de varias marcas reconocidas y costosas.
Algunos custodios penitenciarios consultados ayer por LA PRENSA dijeron que, ahora que no están los 755 mareros, “hay tranquilidad” en el presidio y se sienten menos amenazados.
Con la movilización de los mareros, el presidio, que hasta la semana pasada tenía 3,241 privados de libertad, se veía menos hacinado.