San Pedro Sula, Honduras
Los reclusos de las dos organizaciones más sanguinarias de Honduras, la MS-13 y la 18, han dado instrucciones a sus miembros para que se apoderen de zonas aledañas del centro penal que será abierto en la aldea La Acequia, Naco, Santa Bárbara.
El año pasado, después de recibir instrucciones de reclusos del Centro Penal de San Pedro Sula, miembros de ambas maras se han radicado en la zona y buscan granjearse la simpatía de los habitantes que ya se muestran atemorizados.
Periodistas de LA PRENSA constataron que en la aldea La Acequia, a menos de un kilómetro del nuevo presidio, opera, por lo menos, una clica (célula delictiva) de la mara 18.
2,500
Presos, la capacidad original. El diseño original de esta cárcel, de seis módulos, indicaba que tendría capacidad para albergar a 2,500 reclusos y sería de mediana seguridad. A diferencia de El Pozo, esta cárcel ha sido construida con contenedores metálicos
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Los individuos de esta organización, de acuerdo con algunos habitantes de toda la zona, comenzaron a llegar el año anterior cuando se enteraron que el Instituto Nacional Penitenciario abriría la nueva cárcel a más tardar en 2018.
Igualmente, desde el año pasado, miembros de la mara MS-13 cuentan con una pequeña estructura en la aldea Santa Elena, situada a un kilómetro de esta cárcel que está en su etapa final de construcción.
“Los mareros están aquí desde el año pasado, ya le dieron para abajo (lo mataron) a uno que se llamaba Elder, en La Acequia, estos entierran las armas aquí cerca”, dijo un habitante de la zona consultado por periodistas de LA PRENSA.
Dado a que las autoridades penitenciarias no han anunciado cuándo entrará en operaciones la nueva cárcel y no han informado públicamente sobre quiénes serán los reclusos que ocuparán las celdas, las dos maras preparan el terreno para asistir a los “homies” que, según ellos, pudieran ser trasladados.
4,650
Presos, la capacidad actual. Con el rediseño que incluye el techado de los seis módulos, la población penitenciaria que albergará la cárcel será superior. Es probable que solo uno de los seis módulos sea de máxima seguridad
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Inicio
En 2013, se comenzó a construir la cárcel de La Acequia, una iniciativa ciudadana liderada por monseñor Rómulo Emiliani.
En ese entonces, el comité proconstrucción estimaba que todo el complejo costaría más de L400 millones.
En mayo de 2004 murieron 107 reclusos por quemaduras y asfixia durante un incendio suscitado en la celda 19 en el presidio de San Pedro Sula.
A raíz de este macabro suceso, un grupo de ciudadanos promovió durante una década la construcción de una granja penal que en los últimos cuatro años ha experimentado retrasos a causa de un diseño inapropiado.
Actualmente, el Instituto Nacional Penitenciario, con fondos del Gobierno, busca transformar esta cárcel en un complejo carcelario que opere bajo los parámetros de la Asociación Americana de Prisiones (ACA).
La cárcel de La Acequia, localizada a un kilómetro de la carretera que conecta a San Pedro Sula con Santa Rosa de Copán, está incrustada en un terreno de 35 manzanas, cuyo perímetro está cercado por una valla de dos metros de altura aproximadamente.
En caso de que los mareros de la MS-13 o de la 18 pretendieran llegar cerca de las celdas, tendrían que cruzar esa barrera, luego, una segunda valla, caminar por una zona muerta y saltar el muro de bloques.
Difícilmente lo lograrían porque toda la cárcel será vigilada desde cinco torreones.
Además de radicarse en La Acequia y Santa Elena, miembros de ambas maras también han llegado a otras aldeas cercanas donde hay escasa vigilancia policial, de acuerdo con habitantes de este sector.