San Pedro Sula, Honduras
Desde 2014 hasta 2016, los gobiernos de Guatemala, El Salvador y Honduras tuvieron que revestirse de paciencia, suplicar y convencer a la administración de Barack Obama para que aprobara y comenzara a hacer efectivo el Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte que implica una ayuda de $750 millones.
Con esa suma que desembolsará (por partes) en los próximos años, Washington asume que los gobiernos de las tres naciones deben crear oportunidades de trabajo y combatir la violencia que obliga a familias enteras a emigrar por temor a morir a balazos.
Entre 2010 y 2016, la violencia se tornó un tsunami que llevó al cementerio a, por lo menos, 100 mil personas (del triángulo). Estas víctimas pagaron la factura del pujante mercado clandestino de la droga arraigado dentro de las ciudades estadounidenses.
Pero, ahora, esa cantidad de dinero es insignificante, representa tan solo el 0.000000019% (menos del 1%) de los $40 mil millones que deberá gastar la administración de Donald Trump en la construcción del muro en la frontera con México.
Proyecto
El muro de Trump sería la primera barrera física que dividiría una frontera en el continente
|
El proyecto medieval de Trump tiene como objetivo evitar el ingreso de hombres y mujeres que huyen de la violencia (del Triángulo Norte y México) desatada, indiscutiblemente, por el narcotráfico en coautoría con las pandillas, cuyos esquemas delictivos llegaron a mediados de los noventa a la región procedentes de Los Ángeles y Chicago.
Semanas atrás, mientras Trump insistía en la construcción del muro, los gobiernos del Triángulo celebraban la liberación de fondos que Estados Unidos realizó dentro del Plan de la Alianza: $125 millones para Honduras, $97,9 millones para El Salvador y $209 millones que Guatemala espera.
Vallas metálicas construidas en Dunes y Tecate (California) y en Nogales (Arizona) delimitan, desde la década de 1990, la frontera entre México y Estados Unidos. AFP
|
Trump se ha empecinado en el proyecto del muro con la intención de evitar el ingreso de indocumentados, pero jamás ha reconocido que el consumo descomunal de cocaína, marihuana y heroína en su país atiza la violencia en el Triángulo Norte.
Estadísticas del Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas (Nida) indican que en 2013 unos 24.6 millones de estadounidenses mayores de 12 años (el 9.4% de la población) consumían drogas. Un porcentaje superior al observado en 2002 (8.3%).
Para abastecer a ese ejército de consumidores, que representan un grave problema para la salud pública norteamericana, los carteles, organizados desde Colombia hasta Nueva York, utilizan a Guatemala, El Salvador y Honduras como sitios de tránsito y bodegas de la droga.
Represa
Con el dinero que gastará Trump, construirían una represa como la de Itaipú. Les costó $36 mil millones a Brasil y Paraguay
|
Pese a que el fenómeno de la migración está enmarañado en esos problemas de carácter social, que requieren soluciones diferentes, Trump tendrá que gastar entre $27 mil millones y $40 mil millones si quiere construir 1,000 millas de pared, de acuerdo con estimaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, Massachusetts Institute of Technology).
Las cifras del proyecto, publicadas por la MIT Technology Review magazine (www.technologyreview.com), revelan que 1,000 millas (1,609 kilómetros) de hormigón reforzado con acero costarían $43 mil 400 millones, si tiene una altura de 60 pies y 14 pies bajo tierra para evitar los túneles.
La frontera sur de EUA tiene 3,142 kilómetros de longitud, más de 1,000 kilómetros (entre California, Arizona y Nuevo México) ya tienen una valla, algunos tramos son de barras de metal (28 pies de altura) y otros de diferentes materiales.
El MIT explica que “en la parte donde Trump prevé un muro, ya hay 653 millas de esgrima, algunas diseñadas para detener los coches, otras para detener a los peatones, dependiendo del modo más probable de cruce en cada sección. La construcción de estas vallas ha costado $2,300 millones desde 2006”.
Desde el punto de vista del MIT, no es factible la construcción del muro, considerando que el gasto es excesivo comparado con los objetivos que se plantea la nueva administración.
“Trump podría decir que valdría la pena el costo, puesto que los cruces fronterizos están fuera de control. Sin embargo, debido a varios factores, incluyendo mejoras en la economía mexicana y aumentos en el personal de la Patrulla Fronteriza, menos personas están haciendo el intento” de cruzar la frontera.
Para argumentar que no es necesario el muro, el MIT cita como antecedente que “los oficiales capturaron 331.000 personas cruzando la frontera mexicana en el año fiscal 2015, menos de una quinta parte del número en el 2000”.
Desde la óptica de los ingenieros civiles de los países del Triángulo, el muro no rendirá los frutos esperados por Trump, puesto que la emigración continuará indistintamente de los obstáculos.
“Ese es un proyecto muy caro y no controlará la emigración ilegal. Esto afectará a Estados Unidos”, dijo Gaspar Obando, presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH).
Con el dinero que Trump gastará en el muro, Centroamérica, zona emisora de indocumentados, podría construir 25 nuevas ciudades.
|
Obando cree que EUA debería ayudar más a los países de Centroamérica para “desarrollar las condiciones de vida de la población” y, de este modo, “sí mermaría” los flujos migratorios.
Con el dinero que Trump gastará en el muro, Centroamérica, zona emisora de indocumentados, podría construir 25 nuevas ciudades, cada una con 100 edificios lujosos de 30 pisos, considerando los precios de materiales y mano de obra de Honduras.
“Y con tan solo una parte de ese dinero, podrían mejorar los sistemas de alcantarillado y de agua en los tres países. Con esto bajaríamos los costos de salud y mejoraríamos la educación. Así evitarían la emigración”, dijo Juan Guillermo Umaña Granados, presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos Salvadoreños (ASIA), en entrevista con LA PRENSA.
Umaña Granados considera que ese muro “apocalíptico” no frenará la emigración y “solo servirá para dividir aún más a los países y marcar la diferencia entre EUA y los vecinos pobres”.
El capricho de Trump le costará a EUA el equivalente a seis deudas externas públicas de Honduras ($6,120 millones).
Con el muro, a la vez, surge la pregunta, desde el punto de vista de Murphy Paiz, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de San Carlos de Guatemala, si Trump considerará necesario mantener en vigencia el Plan para la Prosperidad.
“Plan para la Prosperidad significa una inversión de EUA para el desarrollo de infraestructura y con esto ya está condicionado a que nuestros países adopten cambios, entre los cuales, supongo, nos comprometen a controlar la migración”, dijo Paiz, presidente del Colegio de Ingenieros de Guatemala, a LA PRENSA.
|