Tegucigalpa, Honduras.
La serie de sobornos que ejecutó la Constructora Norberto Odebrecht (CNO) en Latinoamérica ha traído a colación un contrato que firmó esta compañía con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), bajo la administración de Rixi Moncada en 2009.
Luego de la publicación de LA PRENSA sobre las posibles implicaciones de exfuncionarios hondureños en este escándalo de corrupción, la Fiscalía General de la República inició una investigación de oficio para conocer los alcances de este caso por despertar sospechas.
“En la actualidad no hay ninguna investigación en curso que tenga que ver con este caso, sin embargo, la Fiscalía especial contra la Corrupción ha iniciado un proceso de oficio sobre el contrato de la Enee y Odebrecht”, informó el vocero del Ministerio Público, Yuri Mora.
LA PRENSA informó ayer que la Enee firmó un contrato con Odebrecht en enero de 2009 para llevar a cabo el proyecto de las represas hidroeléctricas Los Llanitos y Jicatuyo en Santa Bárbara, ambos de 290 megavatios de capacidad instalada a un costo de 800 millones de dólares.
Sin ejecución
Las dos partes firmantes del contrato, la Constructora Norberto Odebrecht y la Enee, nunca ejecutaron el contrato; no obstante, los gobiernos de Roberto Micheletti y Porfirio Lobo Sosa le realizaron modificaciones al documento.
El actual Gobierno de Juan Orlando Hernández tiene intenciones de desarrollar el proyecto a través de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público Privada (Coalianza).
No había recursos
“Ese contrato nunca prosperó. Hicimos una ampliación porque no se había publicado en La Gaceta. Esta compañía quería que Honduras pagara y no había recursos. Era un contrato de concesión porque Honduras tenía que pagar como 100 millones de dólares. Nunca se pudo conseguir los fondos y hasta ahí llegó la historia mientras yo estuve”, explicó el exgerente de la Enee, Roberto Martínez Lozano.
Por su parte, Rixi Moncada, quien firmó el contrato con Odebrecht, confirmó que lo hicieron en conjunto con el gobierno de Luis Inacio Da Silva, expresidente de Brasil, por medio de un préstamo con el Banco de Desarrollo de Brasil.
“La suscripción se hizo de manera pública y Odebrecht, a través de su representante, dijo que Honduras era el único país que no le había pedido nada para firmarlo.
Sobornos
Hubo un grupo económico que estuvo interesado en hacer a un lado el contrato”, indicó Moncada.
En diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos, después de conocer las confesiones de ejecutivos de Odebrecht, dio a conocer públicamente que esa compañía brasileña pagó, entre 2010 y 2014, millonarios sobornos a funcionarios de gobiernos de varios países de América Latina y África.
Según Estados Unidos, Odebrecht corrompió a funcionarios de Brasil, Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Monzambique, Panamá y Venezuela para que la privilegiaran con la concesión de proyectos de infraestructura.
En la lista del Departamento de Justicia no figura Honduras.
El año anterior, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil, que era la institución que financiaría la construcción de las represas Los Llanitos y Jicatuyo, suspendió los préstamos para desarrollar obras en Guatemala, Argentina, Venezuela, Cuba, República Dominicana y Honduras.
A pesar de que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social tomó esa decisión y pese a que el contrato nunca apareció publicado en La Gaceta para que los hondureños se enteraran de las condiciones en las cuales le concedieron el proyecto a Odebrecht, la Fiscalía no había iniciado una investigación.
Ayer, a raíz de la publicación de Diario LA PRENSA, la Fiscalía anunció que comenzará a investigar.
Habitantes
Mientras las autoridades inician el proceso investigativo, en Gualjoco, una aldea de unos 7,000 habitantes del municipio de Santa Bárbara, no tienen ni la menor idea de que la compañía Odebrehct, ahora envuelta en un escándalo hemisférico de corrupción, les construiría, en teoría, la represa a unos cinco kilómetros, en el río Ulúa.
Si Odebrehct hubiera logrado construir la represa, en este momento, aguas abajo de la confluencia de los ríos Jicatuyo y Ulúa, habría una cortina de concreto que le daría forma a un embalse que cubriría un área de 65 kilómetros cuadrados.
“Desde que soy alcalde, nadie me ha informado nada de la construcción. Antes, en el gobierno de Porfirio Lobo, vinieron a visitarnos los del Gobierno para informarnos sobre las áreas afectadas, pero desde entonces no hemos vuelto a saber nada”, dijo Juan Alvarado, alcalde de Santa Bárbara.
En Gualjoco y en las otras aldeas vecinas (Inguaya, La Isla y Loma Larga) los habitantes escucharon, a través de los medios de comunicación, que el Gobierno desarrollaría ese proyecto que ha estado en agenda en las últimas tres décadas.
“Yo tengo cuatro años de ser el presidente del patronato de Gualjoco y nunca me llamaron a mí o a otra persona de las juntas de agua de esta aldea para hablarnos de esa represa. Para nosotros, ese es un proyecto fantasma, nunca existió o ya se murió”, dijo José Rubén Chinchilla, presidente del patronato de Gualjoco.
Los habitantes de esta aldea, como Chinchilla, son del criterio que la construcción de la represa ofrecería ventajas y desventajas porque, por un lado, afectaría el valle de Tencoa, y por otro, mejoraría las condiciones económicas de la zona.
“Al construir la represa habría más movimiento de dinero, pero pasaríamos preocupados porque tendríamos cerca un embalse”, dijo Enrique Guzmán, propietario de una pulpería en el centro de Gualjoco.
A unos cinco kilómetros de Santa Bárbara, igualmente en el río Ulúa, abajo de la confluencia del río Grande de Otoro, según el contrato, Odebrehct construirá el otro proyecto hidroeléctrico, la represa de Los Llanitos.
En este punto, habría un embalse unos 20 kilómetros cuadrados. En ambos lugares, no hay nada.
La serie de sobornos que ejecutó la Constructora Norberto Odebrecht (CNO) en Latinoamérica ha traído a colación un contrato que firmó esta compañía con la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee), bajo la administración de Rixi Moncada en 2009.
Luego de la publicación de LA PRENSA sobre las posibles implicaciones de exfuncionarios hondureños en este escándalo de corrupción, la Fiscalía General de la República inició una investigación de oficio para conocer los alcances de este caso por despertar sospechas.
“En la actualidad no hay ninguna investigación en curso que tenga que ver con este caso, sin embargo, la Fiscalía especial contra la Corrupción ha iniciado un proceso de oficio sobre el contrato de la Enee y Odebrecht”, informó el vocero del Ministerio Público, Yuri Mora.
LA PRENSA informó ayer que la Enee firmó un contrato con Odebrecht en enero de 2009 para llevar a cabo el proyecto de las represas hidroeléctricas Los Llanitos y Jicatuyo en Santa Bárbara, ambos de 290 megavatios de capacidad instalada a un costo de 800 millones de dólares.
Los habitantes de aldeas de Santa Bárbara han esperado por más de dos décadas el desarrollo de la represa de Jicatuyo, pero de concretarse, exigen que el gobierno indemnice.
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Las dos partes firmantes del contrato, la Constructora Norberto Odebrecht y la Enee, nunca ejecutaron el contrato; no obstante, los gobiernos de Roberto Micheletti y Porfirio Lobo Sosa le realizaron modificaciones al documento.
Investigación
Transparencia Internacional monitorea la investigación de este caso en Honduras
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No había recursos
“Ese contrato nunca prosperó. Hicimos una ampliación porque no se había publicado en La Gaceta. Esta compañía quería que Honduras pagara y no había recursos. Era un contrato de concesión porque Honduras tenía que pagar como 100 millones de dólares. Nunca se pudo conseguir los fondos y hasta ahí llegó la historia mientras yo estuve”, explicó el exgerente de la Enee, Roberto Martínez Lozano.
Por su parte, Rixi Moncada, quien firmó el contrato con Odebrecht, confirmó que lo hicieron en conjunto con el gobierno de Luis Inacio Da Silva, expresidente de Brasil, por medio de un préstamo con el Banco de Desarrollo de Brasil.
“La suscripción se hizo de manera pública y Odebrecht, a través de su representante, dijo que Honduras era el único país que no le había pedido nada para firmarlo.
Puntos clave
1. Firmaron el contrato, pero no lo publicaron
En enero de 2009, durante la administración de Manuel Zelaya Rosales, la Enee firmó el contrato con CNO dentro del esquema BOT (Build, Operate and Transfer, Construcción, Operación y Transferencia) identificado como “No. 054-2010”
2. Le realizaron cuatro modificaciones
Los gobiernos de Roberto Micheletti y Porfirio Lobo Sosa modificaron cuatro veces el contrato con el fin de mantener el vínculo con CNO, mientras conseguían el financiamiento
3. Gerente se reunió en Panamá con CNO
De acuerdo con el Acta “No. JD-1098-2012”, Emil Hawitt Medrano, en su condición de gerente general de la Enee, “sostuvo reuniones con los ejecutivos de la empresa Constructora Norberto Odebrecht (CON), los días 6, 7 y 8 de marzo de 2012 en la ciudad Panamá”
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Hubo un grupo económico que estuvo interesado en hacer a un lado el contrato”, indicó Moncada.
En diciembre de 2016, el Departamento de Justicia de Estados Unidos, después de conocer las confesiones de ejecutivos de Odebrecht, dio a conocer públicamente que esa compañía brasileña pagó, entre 2010 y 2014, millonarios sobornos a funcionarios de gobiernos de varios países de América Latina y África.
Según Estados Unidos, Odebrecht corrompió a funcionarios de Brasil, Angola, Argentina, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Monzambique, Panamá y Venezuela para que la privilegiaran con la concesión de proyectos de infraestructura.
En la lista del Departamento de Justicia no figura Honduras.
El año anterior, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social de Brasil, que era la institución que financiaría la construcción de las represas Los Llanitos y Jicatuyo, suspendió los préstamos para desarrollar obras en Guatemala, Argentina, Venezuela, Cuba, República Dominicana y Honduras.
A pesar de que el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social tomó esa decisión y pese a que el contrato nunca apareció publicado en La Gaceta para que los hondureños se enteraran de las condiciones en las cuales le concedieron el proyecto a Odebrecht, la Fiscalía no había iniciado una investigación.
Ayer, a raíz de la publicación de Diario LA PRENSA, la Fiscalía anunció que comenzará a investigar.
Habitantes
Mientras las autoridades inician el proceso investigativo, en Gualjoco, una aldea de unos 7,000 habitantes del municipio de Santa Bárbara, no tienen ni la menor idea de que la compañía Odebrehct, ahora envuelta en un escándalo hemisférico de corrupción, les construiría, en teoría, la represa a unos cinco kilómetros, en el río Ulúa.
Si Odebrehct hubiera logrado construir la represa, en este momento, aguas abajo de la confluencia de los ríos Jicatuyo y Ulúa, habría una cortina de concreto que le daría forma a un embalse que cubriría un área de 65 kilómetros cuadrados.
“Desde que soy alcalde, nadie me ha informado nada de la construcción. Antes, en el gobierno de Porfirio Lobo, vinieron a visitarnos los del Gobierno para informarnos sobre las áreas afectadas, pero desde entonces no hemos vuelto a saber nada”, dijo Juan Alvarado, alcalde de Santa Bárbara.
En Gualjoco y en las otras aldeas vecinas (Inguaya, La Isla y Loma Larga) los habitantes escucharon, a través de los medios de comunicación, que el Gobierno desarrollaría ese proyecto que ha estado en agenda en las últimas tres décadas.
Archivos de la Enee donde plantean modificaciones al contrato con Odebrecht.
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Los habitantes de esta aldea, como Chinchilla, son del criterio que la construcción de la represa ofrecería ventajas y desventajas porque, por un lado, afectaría el valle de Tencoa, y por otro, mejoraría las condiciones económicas de la zona.
“Al construir la represa habría más movimiento de dinero, pero pasaríamos preocupados porque tendríamos cerca un embalse”, dijo Enrique Guzmán, propietario de una pulpería en el centro de Gualjoco.
A unos cinco kilómetros de Santa Bárbara, igualmente en el río Ulúa, abajo de la confluencia del río Grande de Otoro, según el contrato, Odebrehct construirá el otro proyecto hidroeléctrico, la represa de Los Llanitos.
En este punto, habría un embalse unos 20 kilómetros cuadrados. En ambos lugares, no hay nada.