Mientras la política migratoria de Estados Unidos se endurece, sus vecinos no se quedan atrás. México está alcanzando números históricos en deportaciones de hondureños.
El embajador de Honduras en el país azteca, Alden Rivera Montes, contó en exclusiva a LA PRENSA la situación que se vive allá ante las medidas del presidente estadounidense Donald Trump y los proyectos que se están desarrollando desde la misión consular que dirige.
México vive una situación de relativa tensión interna en cuanto a sus relaciones con Estados Unidos. Hay un ambiente de preocupación que se ha derivado en un sentimiento de unidad nacional y un resurgimiento patriótico.
Más que preocupación lo que existe es una indignación generalizada por las pretensiones de que México pague por su construcción. Estos anuncios se interpretan por los ciudadanos comunes como un mensaje con alto contenido racial.
Siento que sus prioridades gravitan en dos grandes temas: la protección de los más de 11 millones de mexicanos que habitan en EUA y la relación comercial. Por esto han fijado líneas de acción en el diálogo bilateral que sostienen.
El 80% de las exportaciones mexicanas tienen como destino el mercado de Estados Unidos, que representa ingresos en el orden de los 300 mil millones de dólares y la generación de millones de puestos de trabajo. El flujo anual de remesas supera los 25 mil millones de dólares.
Esto lo enfrentarán a corto plazo por las medidas impuestas por EUA que se prevé, crearán una población migrante flotante que se estacionará primero, en los estados fronterizos entre México y EUA, y luego, probablemente, se movilicen hacia lo interno de la república mexicana.
Aquí es donde adquiere protagonismo. Nuestras naciones deberán procurar el inicio de un diálogo con México y EUA con el fin supremo de salvaguardar los derechos humanos, la integridad física y emocional de nacionales que tomen la decisión de iniciar un flujo migratorio.
En la enorme vulnerabilidad de los hondureños que cruzan este territorio. Esto los expone a ser víctimas de secuestro, extorsión, asalto, violación, trata de personas, reclutamiento por bandas de crimen organizado y, en algunos casos, a morir en el tren o en un acto violento.
Son muchos hondureños detenidos por tránsito irregular. Los movilizan a estaciones migratorias y ahí trabajamos arduamente. De las 75,000 personas retornadas en 2016, unos 60,000 se fueron desde estas estaciones, lo que dimensiona la intensidad de las actividades que se realizan desde esta misión diplomática y consular.
Estamos por concluir la reestructuración de la Red
Consular adecuándola a la realidad del fenómeno migratorio en condición de tránsito, entre otros proyectos.
Como un instrumento para atacar el origen del problema migratorio: pobreza, ausencia de oportunidades, inseguridad y falta de educación. Es un programa sólidamente estructurado.
La embajada en Ciudad de México y consulados en Tapachula, Tenosique, Veracruz, Acayucan, San Luis Potosí y Saltillo. En junio abriremos en Puebla y Monterrey.