La diabetes podría afectar al crecimiento cerebral de los niños

La diabetes tipo 1 puede ocurrir a cualquier edad, pero se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes

  • 27 dic 2014

Estados Unidos

El azúcar alto en sangre podría ralentizar el crecimiento cerebral en los niños pequeños que sufren de diabetes tipo 1, indica un estudio reciente.

La investigación incluyó a niños de 4 a 9 años de edad que se sometieron a escáneres cerebrales y a pruebas para evaluar sus capacidades mentales, además de una monitorización continua de los niveles de azúcar en sangre.

En comparación con los niños sin diabetes, los cerebros de los que sufrían de la enfermedad tuvieron un crecimiento general y regional más lento de la materia gris y de la materia blanca. Esas diferencias se asociaron con unos niveles de azúcar en sangre más altos y más variables, según el estudio. Pero los investigadores no hallaron ninguna diferencia significativa en las habilidades de pensamiento y memoria de los niños (la 'cognición').

'Nuestros resultados muestran la vulnerabilidad de los cerebros jóvenes en desarrollo a los niveles anómalamente elevados de glucosa [azúcar en sangre], incluso cuando la duración de la diabetes ha sido relativamente breve', comentó en un comunicado de prensa de la Clínica Pediátrica Nemours la autora líder, la doctora Nelly Mauras, jefa de la división de endocrinología, diabetes y metabolismo de la clínica, en Jacksonville, Florida.

Sorprendentemente, las pruebas cognitivas siguieron siendo normales, pero hay que estudiar más si los cambios observados influirán sobre la función cerebral en última instancia', planteó Mauras.

'A medida que se desarrollen unas mejores tecnologías, esperamos determinar si las diferencias observadas con las imágenes cerebrales pueden mejorar el control de la glucosa', añadió.

Los resultados fueron publicados en la edición de diciembre de la revista Diabetes.

'Es la cosa de la que se preocupan los padres cuando se trata de un niño con una enfermedad crónica', dijo en el comunicado de prensa la coautora del estudio, la doctora Karen Winer, endocrinóloga pediátrica del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos.

'¿Cómo afecta a su cerebro? La buena noticia es que hay algunas soluciones viables que llegarán pronto de las cuales los padres deben estar conscientes', apuntó.

La asociación observada en el estudio no prueba una relación causal.