Estados Unidos
Las personas solitarias y aisladas podrían tener un riesgo más alto de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV), informan unos investigadores.
El aislamiento social aumentó ese riesgo en más o menos un 30%, ejerciendo el mismo nivel de influencia sobre la salud cardiaca que factores de riesgo como la ansiedad y el estrés laboral, encontró la revisión británica.
'Abordar la soledad y el aislamiento social podría tener un rol importante en la prevención de dos de las principales causas de mala salud y mortalidad en todo el mundo', planteó la investigadora líder, Nicole Valtorta, investigadora del departamento de ciencias de la salud de la Universidad de York.
'Damos por sentado factores de riesgo como la obesidad y la inactividad física, pero aun no lo hacemos con el aislamiento social y la soledad', lamentó. 'Los datos de nuestro estudio respaldan que nos lo tomemos en serio'.
Pero este análisis no pudo probar que la soledad y el aislamiento social provocaran los problemas cardiacos o los ACV, solo que existía una asociación, añadió.
'Pero si ponemos los hallazgos del estudio en contexto, lo que encontramos es comparable en tamaño con el efecto de otros factores de riesgo psicosociales, como la ansiedad y la presión laboral. Los esfuerzos de prevención de la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular podrían beneficiarse al tomar en cuenta el aislamiento social y la soledad', señaló Valtorta.
El informe aparece en la edición en línea del 19 de abril de la revista Heart.
En el estudio, Valtorta y sus colaboradores analizaron datos de 23 estudios ya publicados que, en total, incluyeron a más de 180,000 adultos, de los cuales más de 4,600 sufrieron ataques cardiacos, angina o murieron, y más de 3,000 sufrieron ACV.
Los datos agrupados mostraron que la soledad y el aislamiento social se asociaban con un aumento del 29% en el riesgo de ataque cardiaco o angina, y un aumento del 32% en el riesgo de ACV.
La soledad se había vinculado en investigaciones anteriores con un sistema inmunitario más débil, hipertensión y muerte prematura, explicaron los investigadores.
Esos hallazgos sugieren que la soledad y el aislamiento social deben tomarse en serio en toda la medicina, desde la educación médica hasta las directrices y la atención sanitaria, enfatizó Julianne Holt-Lunstad, una profesora asociada de psicología y neurociencia de la Universidad de Brigham Young que fue coautora de un editorial que acompañó al estudio en la revista.
Lograr que las personas solitarias y aisladas interactúen con los demás no es una tarea fácil, reconoció.
Conectar a las personas a través de internet, en Facebook y otros medios sociales, podría parecer buena idea, dijo Holt-Lunstad.
'Pero algunas investigaciones iniciales sugieren que quizá no tenga los mismos beneficios que el contacto personal real, aunque es demasiado pronto para saberlo', comentó.
Existen evidencias firmes de que tener un contacto regular con relaciones positivas y de respaldo resulta beneficioso. La calidad de la relación es importante, dijo Holt-Lunstad. 'Sacar tiempo para fomentar y nutrir las relaciones existentes es un buen comienzo', aconsejó.
Los sentimientos de soledad también pueden tener una influencia directa sobre procesos fisiológicos que son relevantes para la salud, y para el corazón en específico, señaló Holt-Lunstad.
'Por ejemplo, pueden aumentar la presión arterial y la inflamación. A su vez, esto puede aumentar el riesgo de aterosclerosis [un endurecimiento de las arterias] y de ataque cardiaco', advirtió.
Estar socialmente conectado también puede influir de forma indirecta sobre la salud al fomentar unas conductas saludables y un mejor cumplimiento del tratamiento médico, como tomarse las medicinas y acudir a las citas, planteó Holt-Lunstad.
'Dado que el efecto de las conexiones sociales sobre el riesgo de enfermedad cardiaca y el ACV y muerte es equivalente a, y en muchos casos supera al, de otros factores como el tabaquismo leve, la obesidad, la hipertensión y la calidad del aire, debemos comenzar a tomarnos la conexión social seriamente para nuestra salud', enfatizó.
Las personas solitarias y aisladas podrían tener un riesgo más alto de enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular (ACV), informan unos investigadores.
El aislamiento social aumentó ese riesgo en más o menos un 30%, ejerciendo el mismo nivel de influencia sobre la salud cardiaca que factores de riesgo como la ansiedad y el estrés laboral, encontró la revisión británica.
'Abordar la soledad y el aislamiento social podría tener un rol importante en la prevención de dos de las principales causas de mala salud y mortalidad en todo el mundo', planteó la investigadora líder, Nicole Valtorta, investigadora del departamento de ciencias de la salud de la Universidad de York.
'Damos por sentado factores de riesgo como la obesidad y la inactividad física, pero aun no lo hacemos con el aislamiento social y la soledad', lamentó. 'Los datos de nuestro estudio respaldan que nos lo tomemos en serio'.
Pero este análisis no pudo probar que la soledad y el aislamiento social provocaran los problemas cardiacos o los ACV, solo que existía una asociación, añadió.
'Pero si ponemos los hallazgos del estudio en contexto, lo que encontramos es comparable en tamaño con el efecto de otros factores de riesgo psicosociales, como la ansiedad y la presión laboral. Los esfuerzos de prevención de la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular podrían beneficiarse al tomar en cuenta el aislamiento social y la soledad', señaló Valtorta.
El informe aparece en la edición en línea del 19 de abril de la revista Heart.
En el estudio, Valtorta y sus colaboradores analizaron datos de 23 estudios ya publicados que, en total, incluyeron a más de 180,000 adultos, de los cuales más de 4,600 sufrieron ataques cardiacos, angina o murieron, y más de 3,000 sufrieron ACV.
Los datos agrupados mostraron que la soledad y el aislamiento social se asociaban con un aumento del 29% en el riesgo de ataque cardiaco o angina, y un aumento del 32% en el riesgo de ACV.
La soledad se había vinculado en investigaciones anteriores con un sistema inmunitario más débil, hipertensión y muerte prematura, explicaron los investigadores.
Esos hallazgos sugieren que la soledad y el aislamiento social deben tomarse en serio en toda la medicina, desde la educación médica hasta las directrices y la atención sanitaria, enfatizó Julianne Holt-Lunstad, una profesora asociada de psicología y neurociencia de la Universidad de Brigham Young que fue coautora de un editorial que acompañó al estudio en la revista.
Lograr que las personas solitarias y aisladas interactúen con los demás no es una tarea fácil, reconoció.
Conectar a las personas a través de internet, en Facebook y otros medios sociales, podría parecer buena idea, dijo Holt-Lunstad.
'Pero algunas investigaciones iniciales sugieren que quizá no tenga los mismos beneficios que el contacto personal real, aunque es demasiado pronto para saberlo', comentó.
Existen evidencias firmes de que tener un contacto regular con relaciones positivas y de respaldo resulta beneficioso. La calidad de la relación es importante, dijo Holt-Lunstad. 'Sacar tiempo para fomentar y nutrir las relaciones existentes es un buen comienzo', aconsejó.
Los sentimientos de soledad también pueden tener una influencia directa sobre procesos fisiológicos que son relevantes para la salud, y para el corazón en específico, señaló Holt-Lunstad.
'Por ejemplo, pueden aumentar la presión arterial y la inflamación. A su vez, esto puede aumentar el riesgo de aterosclerosis [un endurecimiento de las arterias] y de ataque cardiaco', advirtió.
Estar socialmente conectado también puede influir de forma indirecta sobre la salud al fomentar unas conductas saludables y un mejor cumplimiento del tratamiento médico, como tomarse las medicinas y acudir a las citas, planteó Holt-Lunstad.
'Dado que el efecto de las conexiones sociales sobre el riesgo de enfermedad cardiaca y el ACV y muerte es equivalente a, y en muchos casos supera al, de otros factores como el tabaquismo leve, la obesidad, la hipertensión y la calidad del aire, debemos comenzar a tomarnos la conexión social seriamente para nuestra salud', enfatizó.