La sala, que rechaza la atenuante de embriaguez que planteó la defensa, concluye que se ha acreditado que Alves, haciendo “uso de su mayor fuerza”, cogió “bruscamente” a la víctima, la tiró al suelo y, evitando que se pudiera mover, la violó, “pese a que la denunciante decía que no, que se quería ir”.