El acoso escolar es una de las peores pesadillas que un niño puede sufrir. Los padres de familia también se ven afectados por esta situación.
Cuando el menor confiesa a sus progenitores que está siendo víctima de insultos y maltratos por parte de sus compañeros, la primera opción de los padres es cambiarlo de escuela. Sin embargo, de acuerdo con la opinión de la psicóloga Isis Cardona, cambiar de centro educativo al menor debería ser la última opción.
“Los padres primero tienen que identificar si el pequeño está sufriendo acoso y luego poner en alerta a los maestros y autoridades académicas para buscar una solución antes de que haya consecuencias graves”, explica Cardona.
La experta asegura que si en la escuela no hay una respuesta inmediata ni medidas de restricción por parte de las autoridades educativas entonces sí es necesario trasladar al pequeño a otro centro de estudios.
La especialista aconseja a los progenitores estar siempre pendientes de sus hijos y preguntarles cosas como “¿qué tal estuvo tu día?”, “¿cómo te va en la escuela?” o “¿te llevas bien con tus compañeros?”, a fin de que exista una relación de confianza entre ellos.
Busque ayuda
Por otro lado, Guadalupe Mejía, maestra y licenciada en Orientación, comenta que los niños que son víctimas de acoso escolar tienden a ser de carácter débil y que en cualquier lugar van a sufrir lo mismo.
Mejía enfatiza que el bullying es un problema serio que tienen que atender tanto los padres como los docentes.
“Hay que entrevistar a todas las personas involucradas y atacar el problema de raíz. Y además de buscar una solución en la escuela, hay que brindarle un tratamiento psicológico al pequeño y ayudarle a reforzar su autoestima”, concluye Mejía.
Claves
Isis Cardona explica que los padres deben hacerle saber a sus hijos que están para apoyarlos incondicionalmente en cualquier situación.
Hay que enseñarle al niño que no tiene que sufrir ningún tipo de maltrato de nadie. Esto incluye a compañeros, maestros y familiares. El menor tiene que reportar cualquier abuso.
Todo comienza en la familia. Es necesario educar a los niños para que tengan empatía, respeto y tolerancia por los demás.