La educación temprana, especialmente la infantil, es 'decisiva' para prevenir el fracaso escolar y modera las desigualdades sociales de origen de los alumnos, mientras que la enseñanza obligatoria española no modifica el impacto de las desventajas por pertenecer a hogares menos desfavorecidos.
España ha cultivado un sistema educativo homogéneo relativamente, pero de baja calidad en comparación con otros países desarrollados, según las conclusiones del estudio 'Aprendizaje y ciclo vital. La desigualdad de oportunidades desde la educación preescolar hasta la edad adulta', de la Obra Social 'la Caixa'.
'Según nuestros resultados, invertir en las etapas iniciales, fundamentalmente preescolar, pero también primaria, haría que estas desigualdades pudieran mitigarse desde edades muy tempranas y esto redundaría en igualdad de oportunidades', explica a Efe la socióloga Leire Salazar, coordinadora del informe.
También son autores los sociólogos Héctor Cebolla y Jonas Radl, todos de la UNED.
Indican que la educación infantil 'influye directamente' en los resultados futuros de los niños en competencias básicas, sea cual sea su origen, y los hijos de las familias desfavorecidas son los que más se benefician de una formación preescolar de calidad.
El efecto positivo de asistir un año más a la educación infantil para los hijos de padres con un nivel educativo bajo (secundaria obligatoria) 'multiplica por dos' los beneficios que reciben los niños de familias con formación universitaria.
Esto es 'clave' para prevenir el fracaso escolar en edades posteriores y para 'mitigar' la desigualdad de oportunidades educativas.
Sin embargo, el sistema educativo español de primaria y secundaria 'no modifica' el impacto de las ventajas o desventajas de origen de los alumnos por pertenecer a hogares más o menos favorecidos social y económicamente, según el estudio, presentado hoy.
Tradicionalmente, en España se ha atribuido mucha importancia al fracaso escolar de secundaria.
'Pero esa fase ya es demasiado tardía, hay que intervenir en las etapas iniciales porque son las que más potencial igualador tienen', subraya Salazar.
Esta igualdad, advierte, no tiene que ser a costa de la calidad, sino aspirar a resultados medios más iguales y más parecidos y mejores entre todos estudiantes.
'La educación infantil y primaria española tienen mucho margen de mejora para generar resultados más igualitarios', ha añadido en este sentido.
Sobre la crisis, los analistas concluyen que su efecto es mayor para los hijos de padres con menos recursos materiales o educativos y para los estudiantes de rendimiento intermedio que para los de familias adineradas, estudiantes brillantes y rezagados.
Si la Universidad presenta menos diferencias de origen social es porque el fracaso escolar 'bloquea a los estudiantes de rendimiento peor'. Entre éstos, una proporción muy elevada pertenece a los de hogares con menos recursos.
En general, puede decirse que el impacto de la educación de los padres sobre los resultados educativos de los hijos es visible a lo largo de toda la vida, aunque alcanza el nivel máximo en la primaria.
El estudio se basa en datos primarios de pruebas internacionales de alumnos como PIRLS y PISA, la de competencias de adultos PIAAC y evaluaciones del Ministerio de Educación.
EFE