El receso o recreo es una parte importante de los días escolares de los niños, que puede preparar a los estudiantes para el éxito una vez vuelvan al aula, sugiere un estudio reciente.
Pero muchas escuelas están reduciendo el receso, o no ofrecen un receso de calidad. Esto podría tener unas consecuencias negativas no intencionadas, advirtieron los investigadores, de la Universidad de Stanford.
'El receso normalmente no se considera como parte del ambiente escolar, y con frecuencia se ve afectado por los periodos fiscales difíciles, pero nuestra investigación muestra que el receso puede ser un factor contribuyente crítico a un clima escolar positivo en las escuelas primarias de bajos ingresos', señaló en un comunicado de prensa de la Stanford la coautora del estudio, Milbrey McLaughlin, directora fundadora del Centro John W. Gardner de la universidad.
Cuando se planifica bien, el receso puede mejorar la asistencia y el rendimiento académico, mostró la investigación.
También puede ayudar a los niños a tener amigos, a aprender a resolver los conflictos y a obtener una perspectiva más positiva sobre el aprendizaje, en particular entre los que están en escuelas de bajos ingresos, anotaron los autores del estudio.
El receso de alta calidad también puede controlar el acoso escolar entre los estudiantes, según los investigadores.
'Observamos cómo una experiencia de receso positiva puede beneficiar el ambiente en el aula en las escuelas primarias de bajos ingresos, a través de una mejora en las habilidades de resolución de conflicto y del sentimiento de trabajo en equipo de los estudiantes', apuntó McLaughlin.
Para examinar los efectos que el receso tiene sobre los estudiantes, los investigadores analizaron información sobre seis escuelas de primaria de bajos ingresos que han implementado un programa basado en el receso para fomentar un ambiente seguro, saludable e inclusivo, creado por una organización sin fines de lucro.
Se enviaron a esas escuelas unos entrenadores capacitados a tiempo completo para mejorar sus programas de receso, establecer juegos organizados con normas, ofrecer herramientas de resolución de conflictos, fomentar un lenguaje positivo y asegurar que ningún estudiante fuera excluido.Todas las escuelas tenían dos periodos de receso al día.
Se entrevistó a los entrenadores, maestros y al director de cada escuela. Los investigadores también condujeron grupos focales de estudiantes y observaron los periodos de receso.
Compararon sus hallazgos con otras escuelas que tenían una variedad de programas de receso, que iban de malos a muy buenos.
El estudio reveló que los programas buenos de receso utilizan la supervisión y la orientación de adultos. Pueden surgir conflictos cuando los niños no se ponen de acuerdo sobre los juegos y las normas.
La investigación mostró que el 89 por ciento de los maestros encuestados observaron una mejora en la organización del receso una vez los entrenadores llegaron a ofrecer su respaldo.
'Es un ambiente más estructurado y divertido. Estaban jugando fútbol, mientras que antes no se podía estar seguro a qué jugaban', comentó un maestro del estudio.
Las mejoras en el receso también parecieron conducir a un ambiente más positivo. Casi la mitad de los maestros encuestados dijeron que los estudiantes comenzaron a ofrecerse más respaldo mutuo, y que utilizaban un mejor lenguaje.
'Hay mucho más compañerismo entre los niños', respondió otro maestro en la encuesta. 'Dicen ’buen trabajo, buen intento’, en lugar de ’ja, ja, perdiste’'.
Los programas de receso de alta calidad también fomentan un ambiente que ayuda a prevenir los conflictos y el acoso escolar, mostró el estudio. Las mejoras en el receso tuvieron varios efectos positivos sobre los estudiantes, como:
Los niños iniciaban juegos con más frecuencia Los estudiantes se sentían mejor y más seguros, en general En particular, las chicas se involucraron mucho más 'Este análisis apunta a un nuevo marco para la forma en que el receso de alta calidad puede contribuir positivamente al ambiente escolar', escribieron los autores del estudio.
La importancia del juego o el receso para los niños ya es reconocida por la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, que considera ese periodo del día escolar como esencial para el bienestar de los niños.
La Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics) también ha establecido una serie de directrices para ayudar a las escuelas a desarrollar unos programas positivos de receso.
Los investigadores de la Stanford advirtieron que muchas escuelas no cumplen actualmente con esos estándares, y han reducido o eliminado del todo los programas de receso. Y sin una supervisión adecuada, apuntó McLaughlin, el receso puede terminar convirtiéndose en un periodo en que los niños se sienten poco seguros, tanto física como emocionalmente.