Ciudad de México.
La bioserie de Luis Miguel llegó ayer a su final, al menos en su primera temporada, sin revelar el paradero de Marcela Basteri, el gran misterio de la vida del 'Sol de México' que mantuvo en vilo a los fanáticos durante trece episodios.
El último capítulo, 'no me puedes dejar así', centró buena parte de la trama en los últimos pasos de Marcela antes de su desaparición tras reunirse con Luis Rey en Madrid en 1986, mientras Luis Miguel se presentaba por primera vez en el prestigioso festival de Viña del Mar en Chile.
Años más tarde, el padre del cantante contrae una enfermedad de 'mala fama', VIH según medios mexicanos, y es hospitalizado de urgencia. Luis Miguel interrumpe su gira en Sudamérica para viajar a Madrid y exigirle a su también ex manager que le revela la verdad sobre el paradero de su madre.
Luis Miguel le ruega a su agonizante padre que le diga lo que ocurrió con Marcela aquella última vez que se vieron en Madrid, sin embargo, este le responde con un simple 'tú ya sabes dónde está'.
Luis Rey muere llevándose a la tumba el secreto sobre el destino de Marcela y el cantante abandona la habitación del hospital enfurecido.
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Afuera es consolado por su máganer, Hugo López, quien le dice que 'no todo está perdido' y le entrega un sobre con la investigación de la agencia israelí Mossad, que contiene 'la verdad' sobre la desaparición de Marcela abriendo la trama para una segunda temporada.
Sin embargo, los fanáticos que esperaron por tres meses conocer los detalles sobre el paradero de la madre del cantante expresaron su indignación en redes sociales por el inesperado final.
El capítulo 13 también reveló detalles sobre la relación del cantante con su hija, Michelle Salas, a quien conoció gracias a la insistencia de su entonces pareja, Isabella Camil (Erika).
La producción de Netflix y Telemundo oxigenó la carrera del cantante mexicano, convirtiéndose en un éxito que ha traspasado las fronteras mexicanas y que ha cosechado una nueva generación de fans para Luis Miguel.
