San Pedro Sula, Honduras.
Más de L720 millones serán destinados a programas para prevenir la roya, aumentar la áreas cultivadas y mejorar el rendimiento de las fincas de café, declaró en una entrevista exclusiva para LA PRENSA Francisco Evelio Castillo Argueta, jefe nacional de extensión cafetalera del Instituto Hondureño de Café (Ihcafé).
Castillo opina que la sequía es la siguiente amenaza contra los cafetales, por lo que recomiendan a los productores sembrar en zonas altas, emplear variedades más resistentes y adoptar sistemas de riego para evitar pérdidas por esta causa.
-¿Están preparados si ocurre un nuevo brote de roya?
Sí. Hemos tomado todas las precauciones necesarias. Llevamos meses dando asistencia técnica y capacitando a los productores sobre el manejo que deben dar a sus cultivos; creemos que este año los daños por esta enfermedad serán mínimos, por lo que esperamos una buena producción del aromático.
-¿Cuál es la señal de alerta de que el hongo está presente en los cultivo?
Los cafetaleros no deben esperar que aparezcan los primeros síntomas de roya en sus cultivos para comenzar a cuidarlos. Eso debe ser un proceso permanente porque cuando ya aparece la enfermedad es difícil controlarla. Recomendamos aplicar fungicidas desde antes.
-¿Qué porcentaje del cultivo de la cosecha 2014-15 podría ser afectado por la roya?
Proyectamos que el hongo dañará el 7.5% de la fincas, un 22.5% menos que en la cosecha 2012-13. Tenemos la enfermedad controlada y estamos preparados para combatir cualquier nuevo brote.
-¿Cuántas personas tiene el Ihcafé trabajando en la prevención de daños por plagas y sequía?
Más de 200 técnicos laboran en los programas de inducción de buenas prácticas, prevención e investigación dirigidos al sector cafetalero.
-¿Qué presupuesto tienen para desarrollar los programas de prevención?
El Gobierno ofreció L150 millones para renovar fincas y combatir la roya, pero estamos aún en el proceso de reglamentación, pues hay que cumplir algunos requisitos para que el dinero sea liberado; de esto dependerá la rapidez con que se ponga a disposición de los productores este dinero.
El Ihcafé ha invertido en el último año y medio L75 millones en programas de prevención contra la roya. También se habilitaron L500 millones para financiamientos mediante un fideicomiso que otorgan dos instituciones bancarias para que los productores puedan resembrar las fincas donde sufrieron pérdidas grandes.
En total, L725 millones están disponibles para combatir la roya y aumentar la producción nacional. Las organizaciones cafetaleras trabajan para que estos fondos lleguen inmediatamente y los préstamos sean otorgados a quienes realmente los necesitan.
-¿Cuáles son las metas que proyectan alcanzar con la inyección de estos fondos al sector?
La idea es levantar las fincas dañadas y crecer en área cultivada, pero de una forma más ordenada y con plantas resistentes a la roya y otras enfermedades; apuntamos a que los cafetaleros se tecnifiquen. Ya tuvimos una experiencia con el programa de apoyo al pequeño productor. Este consistía en darles insumos y que pagaran al final de la cosecha; logramos que en las zonas donde se trabajaba de manera poco convencional y que tenían un rendimiento de producción de 8 quintales por manzana cosecharan 30 quintales por manzana. Creemos que si seguimos todas las indicaciones, dentro de unos pocos años podríamos alcanzar una producción de 10 millones de quintales.
-¿Cuál es el costo del correcto mantenimiento de las fincas?
Alrededor de L30,000 por manzana. Se debe invertir para dar mantenimiento; en algunos lugares puede ser más, dependiendo de la mano de obra, que podría incrementarse.
-¿Por qué avanzó tan rápido la roya en la cosecha 2012-13, que no pudo controlarse?
Tres factores incidieron en las pérdidas grandes reportadas ese año: la falta de precipitaciones en ese momento, los bajos precios del café y la mutación que presentó la roya, para la cual no teníamos insumos suficientemente capaces de controlar la enfermedad.
Estuvimos en Guatemala, donde hicieron un estudio sobre la roya; ahí detallaba que la raza dos, que siempre ha estado presente en Honduras, se mutó o cambió el número de cromosomas, dando como resultando una raza más agresiva.
Solo se salvaron los cultivos que contaban con plantas de variedades Lempira e Ihcafé-90 porque tienen genes que sirven como sellador y evitan que el hongo penetre en la hoja. La edad de las plantas incidió mucho en el nivel de afectación, pues la mayoría de los cultivos estaban viejos y mal nutridos.
-¿La sequía afectará los cultivos de café del país?
Sí. Brasil es un ejemplo de los daños que la falta de lluvia puede ocasionar; ahí se perdieron más de 10 millones de quintales por la sequía. Afortunadamente estamos en el trópico y el efecto no ha sido tan grande aquí, pero si continúa prologándose el verano, podrían reportarse daños devastadores porque estamos en la etapa más crítica: la maduración del cultivo. Por eso, la planta necesita aire, sol y lluvia para el proceso de fotosíntesis y que el grano se madure correctamente.
-¿Cuáles son los efectos negativos de la sequía hasta el momento?
El ciclo de la cosecha se adelantará y durará poco; en algunas zonas cafetaleras, el grano se madurará al mismo tiempo; generalmente, la cosecha comenzaba los últimos días de octubre, pero hay sitios donde ya se está cortando grano.
-¿Se puede minimizar el impacto de los fenómenos naturales?
Sí. Una de las recomendaciones más importantes es saber regular la sombra de las fincas. Se debe monitorear cuánto va a durar el verano para tener un plan de acción. Antes se cortaba el 80% los árboles que estaban en los cafetales para que las plantas recibieran sol, pero la recomendación de este año es, si el verano es muy largo, cortar solo 30% y dejar los demás árboles de pie para proteger los cafetales durante el tiempo de sequía y mantener la humedad en el suelo.
Otro factor determinante para minimizar el impacto de los fenómenos naturales es emplear sistemas de riego por goteo, incluso en las superficies que no son planas, ya que el problema de Brasil es que, aunque tenga sistemas de riego, las fuentes de agua también se secaron. Debemos aprovechar que tenemos mucho recurso líquido, pero hay que construir sitios de almacenamiento para utilizarlos cuando el verano se prolonga.
Más de L720 millones serán destinados a programas para prevenir la roya, aumentar la áreas cultivadas y mejorar el rendimiento de las fincas de café, declaró en una entrevista exclusiva para LA PRENSA Francisco Evelio Castillo Argueta, jefe nacional de extensión cafetalera del Instituto Hondureño de Café (Ihcafé).
Castillo opina que la sequía es la siguiente amenaza contra los cafetales, por lo que recomiendan a los productores sembrar en zonas altas, emplear variedades más resistentes y adoptar sistemas de riego para evitar pérdidas por esta causa.
-¿Están preparados si ocurre un nuevo brote de roya?
Sí. Hemos tomado todas las precauciones necesarias. Llevamos meses dando asistencia técnica y capacitando a los productores sobre el manejo que deben dar a sus cultivos; creemos que este año los daños por esta enfermedad serán mínimos, por lo que esperamos una buena producción del aromático.
-¿Cuál es la señal de alerta de que el hongo está presente en los cultivo?
Los cafetaleros no deben esperar que aparezcan los primeros síntomas de roya en sus cultivos para comenzar a cuidarlos. Eso debe ser un proceso permanente porque cuando ya aparece la enfermedad es difícil controlarla. Recomendamos aplicar fungicidas desde antes.
-¿Qué porcentaje del cultivo de la cosecha 2014-15 podría ser afectado por la roya?
Proyectamos que el hongo dañará el 7.5% de la fincas, un 22.5% menos que en la cosecha 2012-13. Tenemos la enfermedad controlada y estamos preparados para combatir cualquier nuevo brote.
-¿Cuántas personas tiene el Ihcafé trabajando en la prevención de daños por plagas y sequía?
Más de 200 técnicos laboran en los programas de inducción de buenas prácticas, prevención e investigación dirigidos al sector cafetalero.
-¿Qué presupuesto tienen para desarrollar los programas de prevención?
El Gobierno ofreció L150 millones para renovar fincas y combatir la roya, pero estamos aún en el proceso de reglamentación, pues hay que cumplir algunos requisitos para que el dinero sea liberado; de esto dependerá la rapidez con que se ponga a disposición de los productores este dinero.
El Ihcafé ha invertido en el último año y medio L75 millones en programas de prevención contra la roya. También se habilitaron L500 millones para financiamientos mediante un fideicomiso que otorgan dos instituciones bancarias para que los productores puedan resembrar las fincas donde sufrieron pérdidas grandes.
En total, L725 millones están disponibles para combatir la roya y aumentar la producción nacional. Las organizaciones cafetaleras trabajan para que estos fondos lleguen inmediatamente y los préstamos sean otorgados a quienes realmente los necesitan.
-¿Cuáles son las metas que proyectan alcanzar con la inyección de estos fondos al sector?
La idea es levantar las fincas dañadas y crecer en área cultivada, pero de una forma más ordenada y con plantas resistentes a la roya y otras enfermedades; apuntamos a que los cafetaleros se tecnifiquen. Ya tuvimos una experiencia con el programa de apoyo al pequeño productor. Este consistía en darles insumos y que pagaran al final de la cosecha; logramos que en las zonas donde se trabajaba de manera poco convencional y que tenían un rendimiento de producción de 8 quintales por manzana cosecharan 30 quintales por manzana. Creemos que si seguimos todas las indicaciones, dentro de unos pocos años podríamos alcanzar una producción de 10 millones de quintales.
-¿Cuál es el costo del correcto mantenimiento de las fincas?
Alrededor de L30,000 por manzana. Se debe invertir para dar mantenimiento; en algunos lugares puede ser más, dependiendo de la mano de obra, que podría incrementarse.
-¿Por qué avanzó tan rápido la roya en la cosecha 2012-13, que no pudo controlarse?
Tres factores incidieron en las pérdidas grandes reportadas ese año: la falta de precipitaciones en ese momento, los bajos precios del café y la mutación que presentó la roya, para la cual no teníamos insumos suficientemente capaces de controlar la enfermedad.
Estuvimos en Guatemala, donde hicieron un estudio sobre la roya; ahí detallaba que la raza dos, que siempre ha estado presente en Honduras, se mutó o cambió el número de cromosomas, dando como resultando una raza más agresiva.
Solo se salvaron los cultivos que contaban con plantas de variedades Lempira e Ihcafé-90 porque tienen genes que sirven como sellador y evitan que el hongo penetre en la hoja. La edad de las plantas incidió mucho en el nivel de afectación, pues la mayoría de los cultivos estaban viejos y mal nutridos.
-¿La sequía afectará los cultivos de café del país?
Sí. Brasil es un ejemplo de los daños que la falta de lluvia puede ocasionar; ahí se perdieron más de 10 millones de quintales por la sequía. Afortunadamente estamos en el trópico y el efecto no ha sido tan grande aquí, pero si continúa prologándose el verano, podrían reportarse daños devastadores porque estamos en la etapa más crítica: la maduración del cultivo. Por eso, la planta necesita aire, sol y lluvia para el proceso de fotosíntesis y que el grano se madure correctamente.
-¿Cuáles son los efectos negativos de la sequía hasta el momento?
El ciclo de la cosecha se adelantará y durará poco; en algunas zonas cafetaleras, el grano se madurará al mismo tiempo; generalmente, la cosecha comenzaba los últimos días de octubre, pero hay sitios donde ya se está cortando grano.
-¿Se puede minimizar el impacto de los fenómenos naturales?
Sí. Una de las recomendaciones más importantes es saber regular la sombra de las fincas. Se debe monitorear cuánto va a durar el verano para tener un plan de acción. Antes se cortaba el 80% los árboles que estaban en los cafetales para que las plantas recibieran sol, pero la recomendación de este año es, si el verano es muy largo, cortar solo 30% y dejar los demás árboles de pie para proteger los cafetales durante el tiempo de sequía y mantener la humedad en el suelo.
Otro factor determinante para minimizar el impacto de los fenómenos naturales es emplear sistemas de riego por goteo, incluso en las superficies que no son planas, ya que el problema de Brasil es que, aunque tenga sistemas de riego, las fuentes de agua también se secaron. Debemos aprovechar que tenemos mucho recurso líquido, pero hay que construir sitios de almacenamiento para utilizarlos cuando el verano se prolonga.