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Los grandes exportadores de café ahora son grandes consumidores

  • 04 agosto 2014 /

El consumo de café en los países exportadores del grano está al alza, lo que ha apuntalado los precios globales.

Nueva York, Estados Unidos.

Los mayores productores de café del mundo se están convir­tiendo en sus principales consu­midores, un giro que está apun­talando los precios de la infusión desde São Paulo hasta San Fran­cisco.

El consumo de café crece a un paso desenfrenado en Bra­sil, Vietnam y Colombia, que en combinación producen 60% de los granos del mundo. Se prevé que las compras de café envasa­do en Brasil asciendan a 1,03 mi­llones de toneladas al año, supe­rando a Estados Unidos como el principal consumidor de café del mundo por primera vez desde al menos 1999, según los datos de la firma de investigación de merca­do Euromonitor International.

A medida que los ingresos aumentan, los consumidores dejan de lado bebidas más bara­tas, como el té, y exigen granos de mayor calidad, a menudo las mismas variedades usadas por las grandes tostadoras en EE.UU. y Europa.

El Departamento de Agricul­tura de EE.UU. estima que la de­manda global alcanzará este año un nivel récord. Por su parte, la Organización Internacional del Café, una organización del gre­mio con sede en Londres, espera que el consumo crezca el doble de rápido en los países exportadores frente a los que importan, como Italia y EE.UU.

Los cultivadores de café están teniendo problemas para satisfa­cer la demanda tanto doméstica como internacional y el precio de los contratos a futuro se ha dispa­rado cerca de 75% este año, dicen analistas.

La cosecha de este año tam­bién ha sido golpeada por la roya, el hongo que ha perjudicado plan­tas en América Central, y por una sequía en Brasil. Empresas tosta­doras de talla mundial como Star­bucks Corp. y J.M. Smucker Co., que comercializa la marca Fol­gers, han elevado sus precios.

Los futuros de arábica cayeron 1% a US$1,9050 la libra en la bolsa de futuros ICE de EE.UU. El jueves pasado, los precios alcanzaron un máximo de dos meses y medio al llegar a US$1,9505 la libra, lue­go de que las proyecciones sobre la cosecha en Brasil se volvieran más pesimistas.

Los países productores “es­tán ofreciendo mejor café a su gente”, dice Steven C. Topik, profesor de historia de América Latina en la Universidad de Cali­fornia, en Irvine, quien estudia la historia del café y otras materias primas. “Ahora, los residentes locales ganan lo suficiente para comprarlo”.

Un alza en los ingresos les per­mite a los consumidores en los países productores como Viet­nam, que tiene su propia cultura del café, consumir más. Las ven­tas de café fresco e instantáneo en paquete se han más que duplicado en el país asiático en la última dé­cada, de acuerdo a Euromonitor.

La cultura cafetera de Brasil data del siglo XVIII. Muchos bra­sileños se refieren al desayuno como café de la mañana o cafe da manhã. Pero en años recientes, la demanda por unos granos mejo­res ha subido de la mano de los mayores ingresos, dicen cultiva­dores y dueños de cafeterías.

“Mi negocio está creciendo muy rápido”, señala Isabela Rapo­seiras, dueña de Coffee Lab, una cafetería en São Paulo donde una taza hecha con granos brasileños puede llegar a costar US$5,50. “Muestra cómo la buena calidad se está convirtiendo en un hábito, y la gente no va a volver a una taza de café mala”, insiste. Las ventas de su cafetería se han casi triplica­do en el último año, añade.

El cambio hacia los granos de mayor calidad está reconfigu­rando los patrones del comercio global del café. Durante la última década, los cultivos del grano en Brasil han crecido 61%, pero sus exportaciones se han incremen­tado 34%, con el resto yendo al mercado doméstico.

Hace cinco años, Minasul, una cooperativa de 5.000 caficultores en el sur de Brasil, vendía 20% de su café a compradores brasile­ños. Hoy en día, vende entre 30% y 35% al mercado local, dice Mar­cos Mendes Reis, su director co­mercial.

La cooperativa solo vende gra­nos arábica, la variedad de sabor leve que es usada por tostadoras como Starbucks e illycaffè SpA.

Los importadores de granos brasileños dicen que están pa­gando precios más altos porque tienen que competir con los com­pradores brasileños.

“Cada vez que el mercado in­terno se queda corto en la calidad que exige, veo que suben los pre­cios”, señala Christian Wolthers, presidente de Wolthers Douqué, importador de café de Fort Lau­derdale, Florida, que compra café a cultivadores brasileños.

Compañías como Starbucks y Nestlé SA cortejan a la crecien­te clase media en estos países. El mes pasado, Starbucks abrió su primer local en Colombia, en el moderno Parque de la 93, en el norte de Bogotá, donde dijo que servirá exclusivamente café colombiano. La empresa planea abrir 50 locales en el país andino en los próximos cinco años.

Los colombianos comprarán un récord de 72.500 toneladas de café al año, según los datos de Euromonitor.
Por el momento, buena parte de la demanda entre los consu­midores de países caficultores se centra en los granos de baja cali­dad, lo que limita el impacto so­bre los precios en los países de­sarrollados.

Pero gestores de locales donde se vende café como Raposeiras es­tán dispuestos a cambiar esto. La empresaria ha trabajado con cul­tivadores para mejorar la calidad y en su local, ofrece talleres sobre cómo preparar y mezclar café.
En las pequeñas ciudades de Perú también están apareciendo cafés que apuntan a vender una bebida de mejor calidad. En este país también se siembran granos que compran Starbucks y otras tostadoras.

Durante el último año, Café Q’ulto, una cafetería que lleva un año abierta en la ciudad de Tingo María pasó de usar unas 24 libras de café al mes a 175 libras al mes para hacer bebidas como capuchi­nos y espressos, según su gerente Julián Aucca Echarre.

“El poder adquisitivo ha au­mentado en Perú. La gente se está volviendo más sofisticada”. dice Aucca Echarre.