Managua, Nicaragua.
Centroamérica tomó las primeras medidas para reducir el impacto de la sequía que ha causado la muerte de miles de reses y dañado parte de la producción agrícola, sobre todo de maíz y frijoles, básicos en la alimentación de sus habitantes.
Para paliar el desabastecimiento, algunos Gobiernos anunciaron que importarán maíz de Estados Unidos y México y frijoles de Etiopía y Colombia.
En Nicaragua, la sequía afectó a 10 departamentos del Pacífico en los que prácticamente no hubo siembra de granos básicos durante el primer ciclo agrícola, que va de mayo a agosto, según la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (Unag).
Hay 2,500 reses muertas por desnutrición y 700,000 están en estado crítico por falta de agua y pastos.
El Gobierno nicaragüense aprobó un fondo de 300,000 dólares para llevar alimentos a los bovinos, mientras la Unag busca facilitar al ganado alimentos alternativos como cáscaras de maní, arroz y otros granos.
Cosechas perdidas
En Honduras, la sequía devastó 70% de los cultivos de maíz, 45% de frijoles y afectó gravemente a 72,000 familias de 66 municipios que fueron declarados en emergencia, informó la estatal Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
El Gobierno hondureño entregó esta semana ayudas alimenticias a las primeras 26,827 familias perjudicadas por la sequía.
El Salvador perdió el 10% de la cosecha de maíz y ocho de sus departamentos han sido afectados, según fuentes oficiales.
El gobierno anunció que destinará 15 millones de dólares para distribuir semillas a los agricultores de subsistencia.
En Guatemala se estima que 4% de la producción de maíz se dañará por la sequía que perjudica a ocho departamentos y 120,000 familias.
En Costa Rica, el Ministerio de Agricultura y Ganadería declaró emergencia en la provincia noroccidental de Guanacaste, donde hay una pérdida de 16 millones de dólares en la agricultura y 8 millones en la ganadería.
La sequía golpea a la región del Pacífico de Centroamérica, conocida como “el corredor seco” -que se extiende desde la provincia de Guanacaste en el noroeste de Costa Rica hasta la franja del litoral pacífico de Guatemala-, en la que viven más de 10 millones de personas, según un estudio de 2013 elaborado por la FAO y la Fundación Acción contra el Hambre.
Algunos expertos atribuyen la sequía a la deforestación.
Un estudio publicado por la FAO en 2011 sobre la situación de los bosques en el mundo indica que en Centroamérica la deforestación aumentó de 54,000 a 74,000 hectáreas anuales en las últimas dos décadas.
La FAO añade que la sequía en Centroamérica está vinculada generalmente al fenómeno de El Niño, que ha golpeado al menos 10 veces a la región en los últimos 60 años.
Según el presidente nicaragüense Daniel Ortega, la sequía este año “se va a manifestar con mayor fuerza”.
En Nicaragua, la escasez de agua ha dejado los campos marchitos, ha exacerbado el calor, matado o debilitado a miles de reses, desabastecido de agua y encarecido la comida en muchas comunidades que intentan sobrevivir a la crisis.
Nicaragua tiene la economía agrícola más vulnerable de la región centroamericana y es una de las más afectadas por la sequía, que este año abarcó a 100 de los 153 municipios.
“La situación es sumamente crítica”, afirmó Álvaro Fiallos, presidente de la Unag. AFP