San Pedro Sula, Honduras.
El descalabro financiero que dejó la administración de Porfirio Lobo Sosa y las reformas fiscales y del sector eléctrico avaladas por el Gobierno de Juan Orlando Hernández fueron el contra y a favor dentro de las observaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), plasmadas en la Evaluación del Directorio Ejecutivo, originada de la Consulta del Artículo IV Honduras correspondiente al año 2013, que se realizó entre marzo y abril pasado.
El FMI alentó también a las autoridades hondureñas a continuar con la reforma del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS); pero emitió una serie de sugerencias encaminadas a mejorar los ingresos.
Entre estas figuran el fortalecimiento de las finanzas públicas, mantener el impulso de las reformas y promover un crecimiento económico sostenible e incluyente.
“Se requieren mayores esfuerzos para salvaguardar la sostenibilidad fiscal y crear márgenes de maniobra”, dice el FMI en un comunicado.
Lo anterior hace alusión a que, si bien las autoridades estiman un ajuste significativo en los próximos años, los niveles de la deuda “continuarían creciendo en el mediano plazo en ausencia de medidas adicionales”.
Dentro de esas medidas, el organismo consideró que “hay margen para racionalizar aún más el gasto público mediante la reducción de la masa salarial y las transferencias a los gobiernos locales, para crear espacio para gasto social y de infraestructura prioritarios”.
“Para limitar aún más el impacto negativo del sector eléctrico en el presupuesto, la reducción de pérdidas por distribución y un ajuste gradual de las tarifas (de energía eléctrica) siguen siendo prioridades de política”, añade. Entre otras observaciones figuran también, por tercera ocasión, “las debilidades en el marco actual de asociaciones público-privadas” que “también deberían ser abordadas, incluidas las derivadas de la posibilidad de emitir garantías públicas para la deuda contraída por empresas privadas involucradas en tales asociaciones”.
Reformas no son suficientes
Para Hugo Noé Pino, economista para Honduras del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) y docente-investigador de Unitec, el FMI no muestra más que la difícil situación económica que Honduras atraviesa, producto de un política fiscal irresponsable que se ha seguido en los últimos años y las debilidades estructurales, así como la fuerte dependencia al ciclo económico externo.
“Aunque el FMI se muestra satisfecho por las reformas tributarias hasta ahora realizadas, señala que no son suficientes. Esto implica que el próximo acuerdo con el FMI, de concretarse, incluirá si no más impuestos, ajustes a tarifas de servicios públicos y otras medidas que afectarán a la mayoría de la población.
También el gasto público se constituirá en un tema importante en esta discusión y de los compromisos que el Gobierno decida adoptar será la parte más dura de la negociación”, indica Noé Pino.
Otro aspecto que no se desprende del comunicado, sino del proceso general de discusión, “es que cualquier acuerdo con el FMI sería efectivo a partir del próximo año porque las negociaciones se terminarían hasta el segundo semestre del año”, agrega el economista.
Mayor flexibilidad cambiaria
“Los directores tomaron nota de la evaluación del personal técnico del FMI de que el lempira se encuentra un tanto sobrevaluado, y estuvieron de acuerdo en que una mayor flexibilidad cambiaria dentro del actual régimen fortalecería la posición externa y aliviaría los costos del ajuste fiscal.
En el mediano plazo, las autoridades también podrían considerar un régimen más flexible, como parte de la modernización del marco monetario. Los directores recibieron con satisfacción la recapitalización en curso del Banco Central”, expone el organismo internacional.
Dentro de ese contexto, el economista Raúl Reina indica que se continúa con la creencia de que las reservas internacionales y el ingreso del Gobierno se protegen depreciando el valor del lempira con relación al dólar.
“Es más de lo mismo que siempre receta el Fondo: devaluación y mayores ingresos fiscales para el Gobierno”, señala.
Según Reina, se dejan de lado las principales causas del descalabro económico hondureño, que desde su punto de vista son: el bajo crecimiento del PIB, el monto y calidad de presupuesto del Estado, y el crecimiento poblacional, que ha superado la capacidad instalada de las instituciones.
Hugo Noé Pino dice que está en desacuerdo con algunas lecturas del comunicado, en el sentido que la recomendación llama por una devaluación acelerada. “Lo que señala es que se debe flexibilizar dentro del actual régimen, es decir, mantener la subasta.
El directorio señala que el año pasado se manejó con mucha discrecionalidad, desde mi punto de vista por razones políticas de año electoral.
La flexibilidad se puede entender como porcentajes entre 3% y 5% que no tendrían efectos tan dañinos como una devaluación acelerada.
En el futuro se habla de considerar un sistema más flexible; pero esto siempre ha estado en todos los comunicados porque es un credo del FMI”, concluye Pino.
El descalabro financiero que dejó la administración de Porfirio Lobo Sosa y las reformas fiscales y del sector eléctrico avaladas por el Gobierno de Juan Orlando Hernández fueron el contra y a favor dentro de las observaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), plasmadas en la Evaluación del Directorio Ejecutivo, originada de la Consulta del Artículo IV Honduras correspondiente al año 2013, que se realizó entre marzo y abril pasado.
El FMI alentó también a las autoridades hondureñas a continuar con la reforma del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS); pero emitió una serie de sugerencias encaminadas a mejorar los ingresos.
Entre estas figuran el fortalecimiento de las finanzas públicas, mantener el impulso de las reformas y promover un crecimiento económico sostenible e incluyente.
“Se requieren mayores esfuerzos para salvaguardar la sostenibilidad fiscal y crear márgenes de maniobra”, dice el FMI en un comunicado.
Lo anterior hace alusión a que, si bien las autoridades estiman un ajuste significativo en los próximos años, los niveles de la deuda “continuarían creciendo en el mediano plazo en ausencia de medidas adicionales”.
Dentro de esas medidas, el organismo consideró que “hay margen para racionalizar aún más el gasto público mediante la reducción de la masa salarial y las transferencias a los gobiernos locales, para crear espacio para gasto social y de infraestructura prioritarios”.
“Para limitar aún más el impacto negativo del sector eléctrico en el presupuesto, la reducción de pérdidas por distribución y un ajuste gradual de las tarifas (de energía eléctrica) siguen siendo prioridades de política”, añade. Entre otras observaciones figuran también, por tercera ocasión, “las debilidades en el marco actual de asociaciones público-privadas” que “también deberían ser abordadas, incluidas las derivadas de la posibilidad de emitir garantías públicas para la deuda contraída por empresas privadas involucradas en tales asociaciones”.
Reformas no son suficientes
Para Hugo Noé Pino, economista para Honduras del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) y docente-investigador de Unitec, el FMI no muestra más que la difícil situación económica que Honduras atraviesa, producto de un política fiscal irresponsable que se ha seguido en los últimos años y las debilidades estructurales, así como la fuerte dependencia al ciclo económico externo.
“Aunque el FMI se muestra satisfecho por las reformas tributarias hasta ahora realizadas, señala que no son suficientes. Esto implica que el próximo acuerdo con el FMI, de concretarse, incluirá si no más impuestos, ajustes a tarifas de servicios públicos y otras medidas que afectarán a la mayoría de la población.
También el gasto público se constituirá en un tema importante en esta discusión y de los compromisos que el Gobierno decida adoptar será la parte más dura de la negociación”, indica Noé Pino.
Otro aspecto que no se desprende del comunicado, sino del proceso general de discusión, “es que cualquier acuerdo con el FMI sería efectivo a partir del próximo año porque las negociaciones se terminarían hasta el segundo semestre del año”, agrega el economista.
Mayor flexibilidad cambiaria
“Los directores tomaron nota de la evaluación del personal técnico del FMI de que el lempira se encuentra un tanto sobrevaluado, y estuvieron de acuerdo en que una mayor flexibilidad cambiaria dentro del actual régimen fortalecería la posición externa y aliviaría los costos del ajuste fiscal.
En el mediano plazo, las autoridades también podrían considerar un régimen más flexible, como parte de la modernización del marco monetario. Los directores recibieron con satisfacción la recapitalización en curso del Banco Central”, expone el organismo internacional.
Dentro de ese contexto, el economista Raúl Reina indica que se continúa con la creencia de que las reservas internacionales y el ingreso del Gobierno se protegen depreciando el valor del lempira con relación al dólar.
“Es más de lo mismo que siempre receta el Fondo: devaluación y mayores ingresos fiscales para el Gobierno”, señala.
Según Reina, se dejan de lado las principales causas del descalabro económico hondureño, que desde su punto de vista son: el bajo crecimiento del PIB, el monto y calidad de presupuesto del Estado, y el crecimiento poblacional, que ha superado la capacidad instalada de las instituciones.
Hugo Noé Pino dice que está en desacuerdo con algunas lecturas del comunicado, en el sentido que la recomendación llama por una devaluación acelerada. “Lo que señala es que se debe flexibilizar dentro del actual régimen, es decir, mantener la subasta.
El directorio señala que el año pasado se manejó con mucha discrecionalidad, desde mi punto de vista por razones políticas de año electoral.
La flexibilidad se puede entender como porcentajes entre 3% y 5% que no tendrían efectos tan dañinos como una devaluación acelerada.
En el futuro se habla de considerar un sistema más flexible; pero esto siempre ha estado en todos los comunicados porque es un credo del FMI”, concluye Pino.