Hace 20 años, Mayra González quiso que sus padres le compraran un auto. La respuesta fue: “Trabaja para comprarlo”. Cinco años después consiguió un empleo de vendedora de autos y ahora es la presidenta y directora general de Nissan Mexicana y una de las CEO más importantes en Latinoamérica.
Hoy, Mayra González es conocida como la mujer más importante en la industria automotriz de México luego de que Nissan global anunciara su nombramiento como CEO en México en mayo anterior, por ello se convirtió en la primera mexicana de la firma en ser asignada a la presidencia de la compañía japonesa en un país.
Egresada de la Universidad Tecnológica de México en 1998, González recuerda su primer puesto como vendedora de autos.
“Lo recuerdo tan bien. Fue un 2 de abril de 2001 que entré a través de la alianza con Renault, pero antes de eso yo vendía autos en una agencia automotriz”.
La joven presidenta de 39 años de edad dice que la elección para llevarla al puesto de mayor responsabilidad en Nissan Mexicana fue por sus resultados laborales.
Al momento de convertirse en la primera mujer integrante del comité operativo de la empresa en México, también fue responsable de la elaboración del primer proyecto de la red de distribución local, que significó un aumento de más de 26 mil unidades adicionales vendidas durante el año fiscal 2012.
Tras un paso por la sede de la armadora en Estados Unidos, en Nashville, donde ocupó el cargo de directora estratégica de Redes de Distribución y Satisfacción al Cliente para todo el continente, regresó a México, primero como vicepresidenta de Ventas y, posteriormente, de Ventas, Marketing y Desarrollo de Distribuidores.
De ahí solo era cuestión de tiempo dar el salto hasta el puesto de mayor importancia de la armadora en el país.
En el último año calendario de Nissan Mexicana, la empresa colocó 353 mil vehículos; en materia de producción, entre las cuatro plantas de la armadora en México se estima que superará el millón de unidades fabricadas para los mercados nacional y extranjero.
Además, apoyó el desarrollo y sustento de redes de distribución para países como Australia, China e India.
Negocios sin género
González destaca al equipo de la armadora como una de las claves que la han llevado a consolidarse como líder en ventas en México durante más de 80 meses consecutivos (su meta es llegar a 100 meses) y a lograr una participación de mercado de 25.7%, la mayor entre todas las operaciones de Nissan a nivel global.
Aparte de una estrategia empresarial, el nombramiento de Mayra González es una decisión de empoderamiento de la mujer en una industria masculina.
Aseguró estar dispuesta a continuar con el crecimiento de Nissan Mexicana y que para llegar hasta donde está es necesario romper con paradigmas: “Es una industria de hombres, mas no exclusiva”.
Sobre todo, dijo tener “una gran responsabilidad como mujer, como presidenta y como ejecutiva, es aportarle al talento mexicano. Dar a entender que se puede y que se puede llegar”.
Para ella, lo fundamental es que las mujeres quieran aspirar a puestos directivos y que las empresas creen la oportunidad.
“Esto no es un club, es una industria, y si las empresas fueran suficientemente listas se darían cuenta del potencial económico y social que supone incluir a las mujeres en los negocios.
La responsabilidad número uno de esta empresa es desarrollar más líderes, independientemente de los números que la corporación espera que entregues.
La mujer debe entrar ahí a competir, a competir”, recalca. “A mí nunca me enseñaron que por ser mujer podía estar en una industria u otra”, agrega.
La CEO no olvida el comienzo de su carrera, cuando tenía que manejar 20 horas hasta Ciudad Juárez para reunirse con los distribuidores.
“El problema no era manejar, el reto era que el dueño de la distribuidora me tomara en serio. Eso fue hace 20 años y ya buscaba la forma de cómo tenía que llegar, con información, preparación y estrategias.
Si tú le dices algo que le ayude en su negocio, te va a escuchar. En México, lamentablemente, aún encontramos esa parte de timidez o de no conocimiento de las habilidades.
Eso empieza desde casa, las mujeres, como madres, tenemos la obligación de hacerles saber a nuestros hijos que no hay límites. A mí me lo enseñaron en casa y me lo creí”.
Desde que llegó al área comercial, ella siempre supo que quería ser directora o vicepresidenta y trabajó en conseguir las cosas que necesitaba tener para llegar a este puesto.
“Ese es el gran error que cometemos, decimos ‘a ver si la empresa’... No, la empresa tiene su plan, tú tienes que tener el tuyo. Eso es lo que cuesta trabajo a veces, tienes que saber a dónde quieres llegar para poder marcarte el camino.” Madre de una pequeñita siente la obligación de predicar con el ejemplo.
“El ejemplo arrastra... si ella ve que su mamá aparte de hacer hotcakes puede hacer muchas otras cosas y puede desarrollarse en muchos ambientes, para ella va a ser natural.”
Moviéndose en un ambiente tradicionalmente de hombres, ella asegura tener gasolina en las venas, y eso le ha permitido desarrollarse en esta industria.
“Lo maravilloso de las ventas es que como son números, no hay margen de error. Eso ayuda a limpiar los clichés. A la gente le cuesta entender que alguien pueda tener talento, que sea mujer y que lo haga bien.”
Pero cree que siempre va a ganar quien tenga más confianza, mejor autoestima y se atreva. “El mundo del automovilismo sigue siendo de hombres, pero con un toque distinto, no necesariamente femenino, sino más objetivo.
Son pocas mujeres, pero es un tema de negocios, y las que deciden las compras somos las mujeres”. Además de todo lo que ha estudiado, Mayra es maestra en Protocolo Profesional: “En los negocios no hay género, nunca espero una puerta abierta, un lugar... eso es un tema social que no existe en el mundo empresarial.
Yo siempre les digo a mis chicos que yo soy una más del equipo, no espero consideraciones especiales por ser mujer”.
Y así es como enfrenta las responsabilidades del día a día: “El manejo del estrés es un tema de actitud y de cómo manejes tu vida. El balance no existe, no hay fórmulas, tú tienes que decidir que sí vas a hacer y qué no.”