Un análisis del presupuesto 2016, realizado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), concluye que en Honduras la política fiscal no mejora el presente ni construye el futuro.
En el documento se destaca el enorme peso del servicio de la deuda pública, dado que representa una asignación de 32 mil millones de lempiras, equivalentes al 40% de los ingresos tributarios y cerca del 7% del PIB.
En los últimos tres años la Administración Central ha pagado en concepto de servicio de la deuda pública cerca de 80 mil millones, y se ha endeudado en una cantidad similar, lo que significa que se ha contratado deuda para pagar deuda.
En este sentido, el Icefi señala que el Gobierno hondureño carece de una estrategia clara que le permita disminuir el peso de esta deuda y que las únicas gestiones realizadas hasta ahora son las posposiciones de pagos.
El Instituto rescata la importancia de elevar los recursos del Estado para financiar la producción de bienes y servicios públicos. Sin embargo, con el aumento de la carga tributaria, que el próximo año alcanzará el 17% del PIB (alrededor de 80,000 millones de lempiras), el Instituto distingue dos elementos en particular.
Primero, que la meta de ingresos es ambiciosa, tomando en cuenta las moderadas perspectivas económicas e inflacionarias.
Por otro lado, y con un enfoque más estructural, la recaudación continúa basándose principalmente en impuestos indirectos los cuales representan un 70% de los ingresos tributarios.
Esta estructura impositiva es regresiva y contraria a principios de equidad horizontal (quien tiene más paga más) y vertical (a igual ingreso igual impuesto).
Otro elemento que genera regresividad y opacidad al sistema tributario lo constituye el mantenimiento de exoneraciones fiscales.
Gasto elevado
El Icefi destaca la fuerte desproporción entre el gasto en defensa y seguridad y los recursos asignados a la política social.
En efecto, el gasto de las secretarías de Defensa y Seguridad aumenta el próximo año en 25% y 58%, respectivamente.
En contraste, las secretarías de Salud y Educación solo aumentan 11% y 9%, respectivamente. A estas asignaciones se suma un bajo nivel de inversión pública en infraestructura, con un magro 1.2% del PIB.
Las inversiones en la niñez y adolescencia, pasará de representar 8.6% del PIB en 2013 a 7.7% en 2016.
En términos del PIB, no sería esta la primera vez que la inversión pública en niñez y adolescencia (IPNA) se reduzca en aproximadamente un 1% del PIB, pues esto ya sucedió en 2011, con los consecuentes impactos en el bienestar de este grupo.
El Icefi considera positiva la propuesta de reducir el déficit fiscal, del 3.8% del PIB prevista para 2015 a 3.0% del PIB en 2016, pero considera preocupante tanto la asignación de los recursos escasos como el crecimiento de la deuda pública (30 mil millones de lempiras adicionales para 2016), en particular la contratación de deuda externa en condiciones de mercado.
El Icefi también expresa preocupación por la reducción sustancial de los niveles de concesionalidad de los préstamos externos de 51.5% en 2010 a 27.4% en 2014.