n una manzana de tierra se cultivó el mejor café que compitió por la Taza de Excelencia 2015 que realizó el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé).
El inesperado ganador fue Eulogio Martínez, Don Yoyo, como todos lo conocen en la aldea del municipio de Las Flores en Santa Bárbara, quien lleva 30 años produciendo café.
Humildad, mucho conocimiento y amor por el café son las cualidades que distinguen a don Eulogio Martínez.
La intensa dulzura, la acidez perfecta, el sabor a bayas y manzanas rojas que posee el café que cultiva don Yoyo, como lo llaman de cariño en la aldea donde vive, sedujo al jurado internacional que decidió darle una calificación de 91.19% y otorgarle la máxima presea del concurso que organiza el Ihcafé.
Don Yoyo estaba seguro de la calidad de su café pero jamás imaginó que ganaría la competencia.
“Había participado en otras dos ocasiones pero nunca pasé de la ronda nacional, por eso cuándo anunciaron mi nombre me quedé como tres minutos sin poder hablar. No podía creer que había ganado.
Sentí una emoción y una locura imposible de describir, como cuando uno se va acasra con una muchacha.
Estoy agradecido con Dios por esta oportunidad, con los encargados del ingenio San Vicente que me animaron a participar y con el Ihcafé”, declaró el cafetalero.
Camino duro
Para este caficultor llegar a la cima no fue fácil. Con nostalgia recuerda que hace 30 años, para poder sobrevivir, ensillaba caballos, chapeaba fincas y trabajaba como cortador de café por una paga de 5 lempiras diarios.
“Aquí no había muchas oportunidades de empleo; hacía de todo para ganarme la vida. Yo era un jornalero que vivía de chambitas. Trabajaba de 4 de la mañana a 8 de la noche por cinco lempiras diarios”, declaró.
La perseverancia que caracteriza a don Yoyo, lo motivó a convertir el patio de su casa en una improvisada finca; comenzó sembrado 1,000 árboles de café.
El poco dinero que ganaba en las diversas tareas que realizaba lo invirtió en el mantenimiento de las plantas.
No pasó mucho tiempo para que su sacrificio se viera recompensado; en la primera cosecha de la pequeña finca logró sacar una buena producción. “Tuve suerte, logré sacar 12 quintales de café.
Ese año (1985) el quintal se pagó muy bien y me dejó un buen dinero; con eso puede invertir en comprar otro pedazo de finca, y así fui creciendo.
Hasta el día de hoy que junto a mi esposa y mis siete hijos, que también se dedican a la cultivar café, tenemos 18 manzanas en producción”, dijo.
Las características exóticas del grano especial que cultiva don Yoyo no han pasado desapercibidas; hace cuatro años que el representante de una tostadora de Noruega le está comprado la cosecha.
“Yo me siento orgulloso de ser un productor de café santabarbarense y primero Dios de aquí para allá vamos a tratar de incentivar a otros productores de café; tengo 20 años de estar en la caficultura y por ahora solo poseo una manzana en producción”, relató Martínez.
Consideró que la calidad de su grano, cultivado a una altura de mil 380 metros sobre el nivel del mar, obedece a que no utiliza químicos, mantiene limpia la zona y usa un fertilizante a base de pulpa de café.
“La fumigación afaceta al grano especial. Hay otras medidas que seguimos por recomendación de los compradores y del Ihacfé”, apuntó.
Su hijo, Roger Martínez, señala que siempre pensó que tenían posibilidades de ganar, pero se sorprendieron con el primer lugar.
“Me siento orgulloso porque soy su hijo y agardecemos el apoyo que recibimos de la exprotadora San Vicenete que son amigos y nos apoyaron”.
El jefe de laboratorio de la exportadora San Vicenet, Angel Paz, destacó que las propiedades del aromático de la finca Los Yoyos, es muy especial y diferente a las variedades que se cultivan en esa zona y por eso tiene gran aceptación en Europa y ahora es el ganador de la Taza de Excelencia 2015.
Desde 2004, el Ihacfé realiza esta competencia que consta de tres etapas, donde solamente los productores que logran una calificación de 85% acceden a galardones.
En la primera fase de preselección de la Taza de Excelencia de este año se involucraron 500 caficultores, cantidad que se redujo a 115 con la evaluación de jueces nacionales, quedando luego únicamente 54 lotes para la competencia internacional en la última etapa a cargo de un jurado de catadores procedentes de nueve países del mundo.
El nuevo campeón participará en la próxima subasta electrónica, que tendrá lugar el próximo 9 de junio.
En la subasta del año pasado se alcanzó un valor de 35 dólares con 20 centavos por libra de café.