La escasez y altos costos de la tierra están obligando a Tegucigalpa a crecer hacia el sector sur. En esa zona se levantan proyectos habitacionales, centros comerciales y locales industriales que marcan la nueva ruta del desarrollo de la capital hondureña.
Y es que hacia esa zona de la ciudad hay bastante terreno donde expandirse y los costos de la tierra son más accesibles.
Según los constructores, los costos se reducen entre 30 y 50%, en comparación con otros sectores de la ciudad.
Además tienen una ventaja adicional y fundamental: una mayor disponibilidad de fuentes de agua, según los especialistas.
Es así que una vara de tierra en zonas como las colonias Palmira, Las Minitas, el bulevar Morazán hasta las inmediaciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) cuesta entre los 300 y 350 dólares en promedio (6,500 a 7,600 lempiras), frente a los 150 a 200 dólares que cuesta en el sector sur (Los Hidalgos, por ejemplo).
Ricardo Gallopp, presidente de la compañía constructora Urbanisa, dijo a D&N que estas son las razones por las que hoy en día “sale más barato” vivir en aquel sector de la ciudad.
La compañía ejecuta dos de los más grandes proyectos habitacionales para la clase media construidos en la última década en la zona sur de la capital.
Tegucigalpa más caro que SPS
La construcción de viviendas es más onerosa en Tegucigalpa que en San Pedro Sula. José Luis Moncada, director administrativo del grupo Alianza, uno de los grupos desarrolladores de proyectos habitacionales y comerciales en la capital, dijo que la escasez y altos costos de la tierra son dos de los factores que encarecen la vivienda en Tegucigalpa.
En la capital la tierra es más cara porque la tendencia es a que se sature el centro, en tanto en San Pedro Sula la gente no tiene problemas de tomar una vivienda en la periferia porque las vías de comunicación son mejores.
Además, en el norte hay más tierra disponible que en Tegucigalpa, por lo que allá la tierra es más barata. La característica topográfica de Tegucigalpa es un segundo aspecto que marca los costos de la construcción.
El terreno quebrado eleva los precios. Debido a las características del terreno en Tegucigalpa hay construcciones
que requieren de hasta un 10 y 15% en muros y cimentaciones, inversiones que no se hacen en San Pedro Sula, con una topografía plana.
Los altos precios de la tierra, la topografía y las malas vías de comunicación han impulsado la construcción de condominios en Tegucigalpa. Estas edificaciones en su gran mayoría están destinadas a familias de clase alta.
Hay condominios en los cuales los precios de los apartamentos van de 130,000 dólares y más. “Cuando usted compra un apartamento no solamente está comprando un espacio físico donde va a vivir. Está comprando los pasillos, las gradas de emergencia, los sistemas de bombeo, los ascensores, los parqueos, seguridad, un montón de factores”, dijo Moncada.
Construcciones verticales
Moncada ve ineludible el que la construcción en Honduras se encamine hacia las edificaciones verticales. “A eso vamos a llegar, ya estamos en eso, lo que pasa es que no se ha hecho para vivienda popular”, dijo.
Hasta ahora es una oferta disponible, en baja escala, para la clase alta por sus altos costos. Son proyectos
destinados a la clase A o clase B y ese es el precio de acuerdo a la ubicación geográfica.
Moncada considera que por un tema de tipo cultural hasta ahora este tipo de proyectos no se ha utilizado para la vivienda social.
“Es un tema nuevo, novedoso, que la gente tiene que asimilar”. El comisionado presidencial para la Vivienda Social, Felícito Avila, informó que la construcción de este tipo de edificaciones estaba en la agenda del Gobierno anterior y faltaba llegar a un acuerdo con los desarrolladores.
Reconoció que como uno de los problemas es el alto costo de la tierra “entonces se están previendo construcciones
verticales, las que además contribuirían al ahorro de agua, energía y seguridad”.
Con estas soluciones habitacionales se busca enfrentar el déficit habitacional que afecta a casi un millón de familias sin techo propio a nivel nacional.
Este tipo de construcciones se pueden ejecutar en zonas más céntricas de la ciudad y comercializar a precios más accesibles. “Esa es la tendencia que viene ahora. Edificios de 4 a 10 y hasta 20 pisos para la gente social, entre 600,000 y un millón de lempiras”, Ricardo Gallopp.
“Ese es el mercado más grande que el Gobierno busca resolver precisamente porque donde se ha visto la mayor necesidad es en ese estrato de personas que ganan entre 1 y 3 salarios mínimos”.