San Pedro Sula, Honduras.
Desde 2013, los efectos del cambio climático han provocado pérdidas en la producción del sector agrícola, inestabilidad en los períodos de cosecha y hambruna en muchos municipios del país.
Los esfuerzos para reducir su impacto en el sector productivo del país representan un gasto grande para el Estado, afirmó Jorge Hernández Alcerro, ministro coordinador general de Gobierno.
El funcionario explicó a LA PRENSA, que solo este año se destinó al plan “Seguridad alimentaria, nutrición y resiliencia en el corredor seco” más de L821.7 millones (33 millones de euros), para desarrollar proyectos que ayuden a contrarrestar los efectos de la sequía en los municipios más vulnerables, y para garantizar el abastecimiento de alimentos a las familias de los municipios que sufren hambruna, por esta causa.
El 10% del total de los recursos, 74.7 millones de lempiras (3 millones de euros) proceden del Gobierno central; el restante 80% lo aporta la Unión Europea.
“Este apoyo presupuestario sectorial de Europa por 30 millones de euros, es parte del Programa Indicativo Plurianual entre el Gobierno de Honduras y la Unión Europea”, refirió Alcerro.
Agregó que la primera fase del proyecto comprende la construcción de cosechas de agua en las zonas donde más afecta la sequía. “Hasta el momento se han identificado 48 puntos, de los cuales 15 están aprobados y en construcción, 9 están en negociación; 24 pendientes de revisión”, refirió.
En cuanto a la partida para la emergencia de la plaga de gorgojo, esta asciende a 391.3 millones de lempiras, indicó.
Efectos persisten
Luis Donaire, experto en temas agrícolas, dijo que los fenómenos climáticos que azotan fuertemente al país desde hace tres años y medio “siguen preocupando al sector agrícola hondureño”.
Detalló que durante el 2015, más de 203 municipios, de 13 departamentos reportaron daños dramáticos en los cultivos, como consecuencia de la extrema sequía, lo que puso en posición de riesgo a unas 180,000 familias, sobre todo en el corredor seco.
Los productores de maíz registraron pérdidas de cultivos del 50% y en arroz del 30%.
Mientras que el sector ganadero tuvo descenso del 30% en la producción de leche y carne.
Desde 2013, los efectos del cambio climático han provocado pérdidas en la producción del sector agrícola, inestabilidad en los períodos de cosecha y hambruna en muchos municipios del país.
Los esfuerzos para reducir su impacto en el sector productivo del país representan un gasto grande para el Estado, afirmó Jorge Hernández Alcerro, ministro coordinador general de Gobierno.
El funcionario explicó a LA PRENSA, que solo este año se destinó al plan “Seguridad alimentaria, nutrición y resiliencia en el corredor seco” más de L821.7 millones (33 millones de euros), para desarrollar proyectos que ayuden a contrarrestar los efectos de la sequía en los municipios más vulnerables, y para garantizar el abastecimiento de alimentos a las familias de los municipios que sufren hambruna, por esta causa.
El 10% del total de los recursos, 74.7 millones de lempiras (3 millones de euros) proceden del Gobierno central; el restante 80% lo aporta la Unión Europea.
“Este apoyo presupuestario sectorial de Europa por 30 millones de euros, es parte del Programa Indicativo Plurianual entre el Gobierno de Honduras y la Unión Europea”, refirió Alcerro.
Agregó que la primera fase del proyecto comprende la construcción de cosechas de agua en las zonas donde más afecta la sequía. “Hasta el momento se han identificado 48 puntos, de los cuales 15 están aprobados y en construcción, 9 están en negociación; 24 pendientes de revisión”, refirió.
En cuanto a la partida para la emergencia de la plaga de gorgojo, esta asciende a 391.3 millones de lempiras, indicó.
Efectos persisten
Luis Donaire, experto en temas agrícolas, dijo que los fenómenos climáticos que azotan fuertemente al país desde hace tres años y medio “siguen preocupando al sector agrícola hondureño”.
Detalló que durante el 2015, más de 203 municipios, de 13 departamentos reportaron daños dramáticos en los cultivos, como consecuencia de la extrema sequía, lo que puso en posición de riesgo a unas 180,000 familias, sobre todo en el corredor seco.
Los productores de maíz registraron pérdidas de cultivos del 50% y en arroz del 30%.
Mientras que el sector ganadero tuvo descenso del 30% en la producción de leche y carne.