Santa Bárbara, Honduras.
Hace menos de un año no había algo capaz de despertar el orgullo de ser productor en la aldea Las Flores, del municipio de Las Vegas, en Santa Bárbara.
Entre unas 20 casas se encuentra el hogar de los Martínez, cuyo patriarca, don Eulogio, cosecha el café que conquistó la Taza de Excelencia 2015.
Luego de haber sido un jornalero que cuidaba terrenos ajenos, el padre de ocho hijos -cinco hombres y tres mujeres- comenzó a dedicarse de lleno a la caficultura y ahora carga en sus espaldas una experiencia de tres décadas.
“Me siento muy orgulloso de representar a mi país con la producción de cafés especiales”, comenta con alegría el productor, un ejemplo de #sacalobueno.
En su finca “Los Yoyos” se cultivan las variedades borbón, paca, catuaí, Ihcafé-90 y lempira, pero es la parainema la que tiene mayor tolerancia a la roya.
Cada mañana se levanta a las 4:00 am, en especial ahora que son tiempos de corte que terminarán hasta abril próximo. La vista hacia el Lago de Yojoa y la altura de 1,300 metros sobre el nivel del mar se combinan a la perfección para cosechar las cerezas más rojas posibles.
La revancha
“ Las puertas están abiertas para volver a entrar a la competencia. Sería un propósito y una meta ser doble campeón porque no se ha dado en ninguna parte del mundo, según el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé)”, cuenta Martínez sobre sus posibilidades de inscribirse a la edición de la Taza de Excelencia de este año. En 2015, el lote de café participante obtuvo una calificación de 91.19% sobre 100% y un precio de $23.30 por libra en la subasta electrónica.
“Estoy feliz porque mi padre ha sido el campeón. Hacer todos los días este trabajo es un éxito y cada día tratamos de mejorar todavía más”, relata Olmán Martínez, uno de los hijos de Don Eulogio.
El joven, de 26 años, ambiciona en que el café que cosecha cada mañana conquiste de nuevo a los jueces. Para largo plazo aspira a ser un gran productor por cuenta propia.
“Muchos jóvenes se dedican a lo más fácil porque ven la agricultura como una actividad costosa, pero al final es bonito y de esto se obtienen grandes éxitos. Mi padre comenzó luchando hasta que se coronó campeón”, concluye.
Hace menos de un año no había algo capaz de despertar el orgullo de ser productor en la aldea Las Flores, del municipio de Las Vegas, en Santa Bárbara.
Entre unas 20 casas se encuentra el hogar de los Martínez, cuyo patriarca, don Eulogio, cosecha el café que conquistó la Taza de Excelencia 2015.
Luego de haber sido un jornalero que cuidaba terrenos ajenos, el padre de ocho hijos -cinco hombres y tres mujeres- comenzó a dedicarse de lleno a la caficultura y ahora carga en sus espaldas una experiencia de tres décadas.
“Me siento muy orgulloso de representar a mi país con la producción de cafés especiales”, comenta con alegría el productor, un ejemplo de #sacalobueno.
Don Eulogio Martínez en la secadora de granos de café. Se levanta a las 4:00 am a supervisar su finca.
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Cada mañana se levanta a las 4:00 am, en especial ahora que son tiempos de corte que terminarán hasta abril próximo. La vista hacia el Lago de Yojoa y la altura de 1,300 metros sobre el nivel del mar se combinan a la perfección para cosechar las cerezas más rojas posibles.
Una decena de personas trabajan en la época de corte en su finca de una manzana de tamaño.
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“ Las puertas están abiertas para volver a entrar a la competencia. Sería un propósito y una meta ser doble campeón porque no se ha dado en ninguna parte del mundo, según el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé)”, cuenta Martínez sobre sus posibilidades de inscribirse a la edición de la Taza de Excelencia de este año. En 2015, el lote de café participante obtuvo una calificación de 91.19% sobre 100% y un precio de $23.30 por libra en la subasta electrónica.
“Estoy feliz porque mi padre ha sido el campeón. Hacer todos los días este trabajo es un éxito y cada día tratamos de mejorar todavía más”, relata Olmán Martínez, uno de los hijos de Don Eulogio.
El joven, de 26 años, ambiciona en que el café que cosecha cada mañana conquiste de nuevo a los jueces. Para largo plazo aspira a ser un gran productor por cuenta propia.
“Muchos jóvenes se dedican a lo más fácil porque ven la agricultura como una actividad costosa, pero al final es bonito y de esto se obtienen grandes éxitos. Mi padre comenzó luchando hasta que se coronó campeón”, concluye.
Por ahora trabaja por obtener su segundo trofeo como triunfador de la Taza de Excelencia.
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