Más de 40% de las solicitudes de los préstamos de consumo son dirigidos a la consolidación de deudas de tarjetas de créditos o con el sector comercial, explica en una entrevista con LA PRENSA Miguel Navarro, gerente de negocios de la Organización de Desarrollo Empresarial Femenino (Odef).
Este tipo de financiamientos aumenta cada año en la cartera de créditos de las microfinancieras, ya que estas ofrecen tasas de interés más bajas y plazos más amplios, asegura el experto.
Los préstamos de consumo han tenido un incremento del 5% en los primeros tres meses de 2015 en relación con lo colocado en el mismo período en 2014.
En esta época del año hay muchos gastos que la gente necesita cubrir, principalmente en asuntos escolares y médicos. El aumento del costo de la vida ha provocado que más personas soliciten créditos para pagar gastos.
Hemos destinado un 10% del total de la cartera, lo que representa unos 100 millones de lempiras.
El año anterior destinamos para este tipo de préstamos 50 millones de lempiras, mucho menor a la cifra de este año. Por eso proyectamos que las solicitudes de préstamos al cierre de 2015 aumentarán un 50%.
Financiamos hasta 100 mil lempuras como máximo, pero el promedio de los créditos aprobados es de 18 mil. Todo depende de la necesidad y la capacidad de pago de los clientes.
Normalmente son los asalariados que ganan hasta cuatro salarios mínimos.
La mayor parte de las solicitudes son para la consolidación de deudas de tarjetas de crédito y con casas comerciales por compra de electrodomésticos.
Estimamos que alrededor del 40% de las solicitudes son para consolidar deudas. Este tipo de préstamos está creciendo mucho. Uno de los grandes problemas es que las personas no cotizan las tasas de interés que ofrecen las tarjetas de crédito, ni las casas comerciales con las que adquieren créditos.
Por la prisa eligen el lugar que menos requisitos exige, pero que posee las tasas más elevadas.
Sí. No se pueden bajar los requisitos o barreras para solicitar préstamos. Un sistema financiero que hace eso tiende a incrementar la colocación, pero también la morosidad o falta de pago. Hoy es fácil acceder a créditos, pero eso ha provocado que muchas personas caigan en la central de riesgo.
Porque ofrecemos tasas mucho más bajas y con plazos más amplios que la mayor parte de las grandes instituciones.
Hay ahorro, pero no como debería. El problema es que quienes ahorran son aquellos que tienen ingresos altos, cuando el hábito del ahorro debe ser más prioritario para las personas que ganan salarios bajos porque quien gana el salario mínimo, si se enferma, su presupuesto no le alcanza para gastos médicos y se ven obligados a pedir créditos.