Las empresas que esperan utilizar vehículos aéreos no tripulados para entregar paquetes a domicilio enfrentan dificultades técnicas tales como la duración de la batería y el clima, que son como mínimo tan preocupantes para ellas como los límites regulatorios propuestos por el gobierno de Estados Unidos.
Firmas minoristas y de envíos de paquetes, como Amazon.com Inc., Alibaba Group Holding Ltd. y Deutsche Post DHL AG., han estado entre los partidarios más entusiastas de esta tecnología, en la que vislumbran el potencial para transformar sus negocios.
La semana pasada, Amazon recibió la aprobación de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. (FAA, por sus siglas en inglés) para probar sus drones al aire libre. El martes, el gigante del comercio en línea reveló que la autorización ya resultaba irrelevante en el momento en que llegó: la compañía había dejado de experimentar con el drone que la FAA aprobó y trabajaba en diseños más avanzados fuera del país.
Sin embargo, los obstáculos técnicos, entre ellos la corta duración de las baterías y la poca confiabilidad de los datos de localización, sugieren que podrían pasar años antes de que ejércitos de drones reemplacen a las furgonetas de FedEx Corp. y United Parcel Service Inc. El uso de esta tecnología también enfrenta desafíos como el mal tiempo, las aves agresivas y las personas con afición al tiro al blanco.
Los drones para distribución domiciliaria de paquetes “son absolutamente viables, pero todavía hay que superar muchos problemas técnicos”, dice Nicholas Roy, profesor de robótica del Instituto Tecnológico de Massachusetts y ex jefe del proyecto de entregas con drones de Google Inc. “Todavía estamos en la fase de prototipo”.
Las dos principales compañías estadounidenses del rubro tampoco creen que estos drones vayan a volar pronto. FedEx y UPS consideran que falta mucho para que esta tecnología esté lista para el mercado. “Hay múltiples razones por las cuales los drones no son una tecnología de entrega factible en este momento”, señaló el mes pasado UPS.
El reto más apremiante, según los expertos, es la batería. Al igual que lo que ocurre con las computadoras portátiles, los teléfonos inteligentes y los autos eléctricos, los fabricantes de drones buscan almacenar cada vez más energía en baterías cada vez más pequeñas. El problema es especialmente grave para los drones: cuanto más grande el paquete a llevar, mayor la energía necesaria para el vuelo.
Amazon quiere que sus drones puedan cargar paquetes de poco más de 2 kilos en viajes de más de 30 kilómetros, ida y vuelta. Este rendimiento es casi imposible de lograr con el prototipo de ocho rotores que Amazon presentó a fines de 2013, dice Raffaello D’Andrea, profesor de robótica de la universidad de ingeniería ETH Zurich y coinventor de los robots que ayudan a ordenar los depósitos de Amazon.
Una alternativa es el prototipo que Google dio a conocer en agosto pasado: un drone híbrido con hélices y alas, que despega como un helicóptero y se desliza como un avión, lo que le permite aumentar su radio de vuelo. El problema con este diseño es que es menos resistente al viento y menos ágil y confiable que un helicóptero no tripulado. De hecho, este mes Google descartó el diseño inicial porque era muy difícil de controlar.
Amazon ha desarrollado casi una docena de aeronaves como parte de su proyecto Prime Air. “Estamos probando una gama de capacidades de vuelo”, dijo en un comunicado Gur Kimchi, vicepresidente de Amazon Prime Air. “No vamos a lanzar Prime Air hasta que no podamos garantizar que las operaciones sean seguras”.
Un reto aún más difícil, aseguran los expertos, es que los drones puedan hacer sus entregas sin incidentes, algo muy difícil de lograr en el 100% de los casos. Para ser comercialmente viables, estas aeronaves deben ser no sólo baratas sino también excepcionalmente confiables, de manera de aprobar el examen de los reguladores y del público.
“Van a hacer faltan mejoras muy grandes en cómo se diseñan y fabrican estos vehículos para que los drones pasen de ser un hobby de fin de semana en un parque a un servicio de entregas de 24 horas al día, siete días a la semana, sobre nuestras autopistas”, señala Roy.
Otro punto es cómo dejar un paquete en su destino final. Algunas empresas han ensayado aterrizar en la puerta del destinatario, mientras que otros han tratado de bajar los paquetes por medio de un cable. Pero los datos del GPS (Sistema de Posicionamiento Global) pueden ser lo suficientemente inexactos como para que el paquete aterrice en una puerta equivocada o en una piscina.
Una persona familiarizada con la estrategia de Amazon dijo que para simplificar la entrega, sus drones podrían dejar los paquetes en un depósito, al que los clientes accederían a través de un código.
Para garantizar la autonomía de vuelo, los drones deben tener sensores y un software que permitan trazar un mapa tridimensional del entorno y navegarlo durante su trayecto. Esta tecnología no está lista todavía, aunque un puñado de compañías, incluyendo los fabricantes de chips Intel Corp. y Qualcomm Inc., afirman que están cada vez más cerca de lograrla. Aun cuando se superaran estas limitaciones técnicas, los organismos de regulación podrían prohibir el uso de drones para estos fines. En febrero, la FAA propuso reglas que exigirían que cada drone sea monitoreado por un piloto humano, limitarían los vuelos a distancias visibles del piloto e impedirían volar por encima de transeúntes. La agencia indicó que las nuevas normas, que se espera estén listas el próximo año, tampoco permitirían que los drones transporten una “carga externa”.
La FAA dijo que podría llegar a permitir vuelos más allá del campo visual de un operador humano si las empresas demostraran tener una tecnología confiable para evitar colisiones en el aire. No está claro si la agencia consideraría la posibilidad de autorizar las operaciones con drones autónomos a gran escala supervisados por unas pocas personas, tal como planean las empresas.
Pese a estos inconvenientes, las empresas no detienen su marcha. Amazon y Google trabajan en drones capaces de entregar paquetes pequeños en menos de 30 minutos. Una aeronave no tripulada de DHL ha enviado medicinas a una isla en el Mar del Norte, y el mes pasado Alibaba, el gigante chino de comercio electrónico, entregó té con drones. “Esta tecnología es un reto, pero es totalmente factible”, dijo el presidente ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, el año pasado.
D’Andrea predice que la tecnología para entregas con drones a gran escala podría estar lista en unos cinco años. “La gente subestima las dificultades técnicas (...) ven videos en YouTube y piensan ‘esto es genial’. ¿Por qué no me están entregando así mi pizza?”, dice el experto. “Se necesita tiempo y esfuerzo para hacer algo que el público no tenga que pensar dos veces”.