San Pedro Sula, Honduras.
Según la tradición de la marmota Phil, todavía quedan cinco semanas de invierno en Estados Unidos. Las bajas temperaturas se ensañan con algunos empleos que, en su mayor parte, son ocupados por latinos.
“Hay varios sectores que a los inmigrantes les interesa y están siendo afectados por los cambios estacionales”, explica el sociólogo Ricardo Puerta.
Así es el caso de José Alberto Ayala, un hondureño de 27 años que ha vivido los últimos tres en Cary, Carolina del Norte. Desde noviembre pasado no encontraba oportunidad de empleo como cortador de césped o trabajos físicos similares. “ La verdad que sí la vimos difícil”, refiere sobre la situación que le tocó vivir con su mujer e hijo de casi un año.
“Hay gente que dice que la vida acá es fácil, porque nunca han venido y piensan que en EUA todo es maravilla, pero no es así. Para todos los que somos latinos es más complicado por el racismo y en especial para los que somos indocumentados y sin permiso para trabajar”, manifiesta. Hace menos de un mes comenzó a trabajar por su cuenta instalando aires acondicionados, pero las temperaturas de once grados centígrados no parecen dar las condiciones para que el negocio crezca.
“Acá no se puede pedir gustos, hay que hacer lo que se pueda”, agrega. De acuerdo con Ayala, gana entre 9 y $10 la hora, mientras que alguien en condición de ciudadano o con el permiso correspondiente percibe hasta $15.
Para el año pasado, las tormentas de invierno dejaron a EUA pérdidas de $2,500 millones en pérdidas asegurables, según el Instituto de Información de Seguros. Esas cifras convirtieron a 2014 en el cuarto año más costoso en este ámbito.
Según la tradición de la marmota Phil, todavía quedan cinco semanas de invierno en Estados Unidos. Las bajas temperaturas se ensañan con algunos empleos que, en su mayor parte, son ocupados por latinos.
“Hay varios sectores que a los inmigrantes les interesa y están siendo afectados por los cambios estacionales”, explica el sociólogo Ricardo Puerta.
Así es el caso de José Alberto Ayala, un hondureño de 27 años que ha vivido los últimos tres en Cary, Carolina del Norte. Desde noviembre pasado no encontraba oportunidad de empleo como cortador de césped o trabajos físicos similares. “ La verdad que sí la vimos difícil”, refiere sobre la situación que le tocó vivir con su mujer e hijo de casi un año.
“Hay gente que dice que la vida acá es fácil, porque nunca han venido y piensan que en EUA todo es maravilla, pero no es así. Para todos los que somos latinos es más complicado por el racismo y en especial para los que somos indocumentados y sin permiso para trabajar”, manifiesta. Hace menos de un mes comenzó a trabajar por su cuenta instalando aires acondicionados, pero las temperaturas de once grados centígrados no parecen dar las condiciones para que el negocio crezca.
“Acá no se puede pedir gustos, hay que hacer lo que se pueda”, agrega. De acuerdo con Ayala, gana entre 9 y $10 la hora, mientras que alguien en condición de ciudadano o con el permiso correspondiente percibe hasta $15.
Para el año pasado, las tormentas de invierno dejaron a EUA pérdidas de $2,500 millones en pérdidas asegurables, según el Instituto de Información de Seguros. Esas cifras convirtieron a 2014 en el cuarto año más costoso en este ámbito.