Nueva York, Estados Unidos.
Mientras crece el riesgo de que el ébola se propague a otros países, Estados Unidos ha hecho un llamado para que otros gobiernos envíen personal de salud a África Occidental, donde hay miles de vidas en peligro. Pocos han respondido al pedido, aunque un país en particular lo ha hecho con vigor: Cuba.
Durante las tres semanas desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, envió el primer contingente de casi 4.000 soldados a África Occidental, la lucha por contener el ébola ha creado aliados inesperados. Quizás ninguno sea tan extraño como los médicos cubanos que aúnan esfuerzos con el ejército de EE.UU. para combatir la fatal enfermedad.
China, India y Rusia, que aspiran a convertirse en potencias mundiales, han hecho muchos negocios en África, pero sus aportes a la lucha contra la epidemia han sido, hasta ahora, muy pequeños. Y países con sistemas de salud que se cuentan entre los más avanzados del mundo han llegado demasiado tarde a la crisis, indicaron líderes de los países afectados por el ébola.
La semana pasada, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió al menos un aumento de 20 veces en la ayuda.
Por su parte, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, dijo la semana pasada que “la respuesta internacional ha sido lenta”. La mandataria pidió más personal médico, en declaraciones realizadas en Monrovia y transmitidas a una conferencia del Banco Mundial sobre la enfermedad en Washington.
Cuba envió 165 trabajadores de la salud a Sierra Leona. La cifra es desproporcionadamente alta para una isla de 11 millones de habitantes. El personal cubano se suma a equipos en África Occidental de varios países que son auspiciados por organizaciones de ayuda. Médicos Sin Fronteras afirma que tiene unos 250 trabajadores internacionales en la región y casi 3.000 que laboran en la epidemia del ébola en total.
Cuba juega desde hace tiempo un papel importante en África, con el envío de tropas para ayudar en la expulsión de los militares sudafricanos de Angola y entrenar guerrillas que se sumaron a la lucha armada de Nelson Mandela contra el apartheid. A comienzos de los años 60, el Che Guevara viajó para intentar fomentar una revolución en el este de la recién independizada República Democrática del Congo, sólo para encontrarse lado a lado con hombres que luego consideró más interesados en el saqueo que en el socialismo global.
“No podemos liberar solos un país que no quiere luchar”, le contestó en una carta desanimada al líder cubano Fidel Castro.
En cambio, el médico argentino sugirió que Cuba enviara otra cosa: doctores. Desde entonces, Cuba ha despachado decenas de miles de trabajadores de la salud a otros países. Después de los terremotos de 2005 y 2010 en Pakistán y Haití, La Habana envió cientos de trabajadores médicos, indicó Jorge Delgado Bustillo, director de la Brigada Médica cubana en Sierra Leona.
Los 165 trabajadores de la salud en Sierra Leona representan, en comparación, una respuesta cauta. “Trabajamos con malaria, cólera, dengue, situaciones de desastres, inundaciones en Venezuela, inundaciones en Guatemala, inundaciones en Belice”, dijo Bustillo. “¿Pero ébola? Es la primera vez para los cubanos”.
El miércoles pasado, la bandera cubana ocupaba una pared entera en un salón de conferencias en Freetown, donde los médicos esperaban que el gobierno de Sierra Leona les diera la bienvenida oficial. Un funcionario australiano de la Organización Mundial de la Salud responsable de capacitarlos los observaba preocupado, al ver sus muestras de afecto, como palmadas en la espalda o apretones de manos. Funcionarios de salud pública advierten que el ébola puede contagiarse por contacto, ya que el virus es transmitido a través de fluidos corporales como la transpiración.
En la lucha contra el virus, EE.UU. es el mayor país donante, con el compromiso de enviar unos 4.000 soldados y casi US$400 millones en otro tipo de ayuda. Más de 2.600 voluntarios se han inscrito en un sitio web del gobierno para un posible despliegue.
El mayor socio comercial de África, China, ha indicado que brindaría US$1 millón en efectivo más US$2 millones en alimentos y especialistas por país a Liberia, Sierra Leona y Guinea. El gigante asiático también enviará 170 trabajadores médicos a Liberia, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
India hace poco prometió contribuir US$12,5 millones, aunque no aportará personal médico. Brasil contribuyó con unos US$413.000. Rusia, Japón, Sudáfrica y otros países africanos, así como Francia y el Reino Unido han contribuido en mayor o menor grado.
No obstante, la situación requiere de mayor ayuda. Sólo Liberia necesita unos 10.000 trabajadores de la salud cualificados, y una cantidad similar se necesita en Sierra Leona, según el gobierno de EE.UU. Hasta ahora, la mayor brigada médica individual en Sierra Leona es la cubana. “Cuba es el único país que conozco que está respondiendo con recursos humanos en términos de médicos y enfermeras”, dijo Nkosazana Dlamini-Zuma, presidenta del directorio de la Unión Africana.
No será suficiente, sostuvo Abdulai Baratay, vocero del gobierno de Sierra Leona. Algunos gobiernos, incluido el de China, se quejan de que simplemente no tienen la experiencia suficiente con el ébola.
Este es el vacío que está llenando Cuba. Mientras que consultores de EE.UU. se alojan en un hotel de lujo, los 165 trabajadores médicos cubanos comparten habitaciones triples en uno de los hoteles más económicos de Freetown. Los inodoros del hotel están rotos y las moscas vuelan alrededor de manteles manchados donde los cubanos comen en turnos. “No es Sierra Leona la que nos necesita”, dijo Yosvany Vera, un médico de 36 años mientras comía un plato de arroz. “El mundo nos necesita”.
Mientras crece el riesgo de que el ébola se propague a otros países, Estados Unidos ha hecho un llamado para que otros gobiernos envíen personal de salud a África Occidental, donde hay miles de vidas en peligro. Pocos han respondido al pedido, aunque un país en particular lo ha hecho con vigor: Cuba.
Durante las tres semanas desde que el presidente estadounidense, Barack Obama, envió el primer contingente de casi 4.000 soldados a África Occidental, la lucha por contener el ébola ha creado aliados inesperados. Quizás ninguno sea tan extraño como los médicos cubanos que aúnan esfuerzos con el ejército de EE.UU. para combatir la fatal enfermedad.
China, India y Rusia, que aspiran a convertirse en potencias mundiales, han hecho muchos negocios en África, pero sus aportes a la lucha contra la epidemia han sido, hasta ahora, muy pequeños. Y países con sistemas de salud que se cuentan entre los más avanzados del mundo han llegado demasiado tarde a la crisis, indicaron líderes de los países afectados por el ébola.
La semana pasada, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió al menos un aumento de 20 veces en la ayuda.
Por su parte, la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, dijo la semana pasada que “la respuesta internacional ha sido lenta”. La mandataria pidió más personal médico, en declaraciones realizadas en Monrovia y transmitidas a una conferencia del Banco Mundial sobre la enfermedad en Washington.
Cuba envió 165 trabajadores de la salud a Sierra Leona. La cifra es desproporcionadamente alta para una isla de 11 millones de habitantes. El personal cubano se suma a equipos en África Occidental de varios países que son auspiciados por organizaciones de ayuda. Médicos Sin Fronteras afirma que tiene unos 250 trabajadores internacionales en la región y casi 3.000 que laboran en la epidemia del ébola en total.
Cuba juega desde hace tiempo un papel importante en África, con el envío de tropas para ayudar en la expulsión de los militares sudafricanos de Angola y entrenar guerrillas que se sumaron a la lucha armada de Nelson Mandela contra el apartheid. A comienzos de los años 60, el Che Guevara viajó para intentar fomentar una revolución en el este de la recién independizada República Democrática del Congo, sólo para encontrarse lado a lado con hombres que luego consideró más interesados en el saqueo que en el socialismo global.
“No podemos liberar solos un país que no quiere luchar”, le contestó en una carta desanimada al líder cubano Fidel Castro.
En cambio, el médico argentino sugirió que Cuba enviara otra cosa: doctores. Desde entonces, Cuba ha despachado decenas de miles de trabajadores de la salud a otros países. Después de los terremotos de 2005 y 2010 en Pakistán y Haití, La Habana envió cientos de trabajadores médicos, indicó Jorge Delgado Bustillo, director de la Brigada Médica cubana en Sierra Leona.
Los 165 trabajadores de la salud en Sierra Leona representan, en comparación, una respuesta cauta. “Trabajamos con malaria, cólera, dengue, situaciones de desastres, inundaciones en Venezuela, inundaciones en Guatemala, inundaciones en Belice”, dijo Bustillo. “¿Pero ébola? Es la primera vez para los cubanos”.
El miércoles pasado, la bandera cubana ocupaba una pared entera en un salón de conferencias en Freetown, donde los médicos esperaban que el gobierno de Sierra Leona les diera la bienvenida oficial. Un funcionario australiano de la Organización Mundial de la Salud responsable de capacitarlos los observaba preocupado, al ver sus muestras de afecto, como palmadas en la espalda o apretones de manos. Funcionarios de salud pública advierten que el ébola puede contagiarse por contacto, ya que el virus es transmitido a través de fluidos corporales como la transpiración.
En la lucha contra el virus, EE.UU. es el mayor país donante, con el compromiso de enviar unos 4.000 soldados y casi US$400 millones en otro tipo de ayuda. Más de 2.600 voluntarios se han inscrito en un sitio web del gobierno para un posible despliegue.
El mayor socio comercial de África, China, ha indicado que brindaría US$1 millón en efectivo más US$2 millones en alimentos y especialistas por país a Liberia, Sierra Leona y Guinea. El gigante asiático también enviará 170 trabajadores médicos a Liberia, según la agencia de noticias estatal Xinhua.
India hace poco prometió contribuir US$12,5 millones, aunque no aportará personal médico. Brasil contribuyó con unos US$413.000. Rusia, Japón, Sudáfrica y otros países africanos, así como Francia y el Reino Unido han contribuido en mayor o menor grado.
No obstante, la situación requiere de mayor ayuda. Sólo Liberia necesita unos 10.000 trabajadores de la salud cualificados, y una cantidad similar se necesita en Sierra Leona, según el gobierno de EE.UU. Hasta ahora, la mayor brigada médica individual en Sierra Leona es la cubana. “Cuba es el único país que conozco que está respondiendo con recursos humanos en términos de médicos y enfermeras”, dijo Nkosazana Dlamini-Zuma, presidenta del directorio de la Unión Africana.
No será suficiente, sostuvo Abdulai Baratay, vocero del gobierno de Sierra Leona. Algunos gobiernos, incluido el de China, se quejan de que simplemente no tienen la experiencia suficiente con el ébola.
Este es el vacío que está llenando Cuba. Mientras que consultores de EE.UU. se alojan en un hotel de lujo, los 165 trabajadores médicos cubanos comparten habitaciones triples en uno de los hoteles más económicos de Freetown. Los inodoros del hotel están rotos y las moscas vuelan alrededor de manteles manchados donde los cubanos comen en turnos. “No es Sierra Leona la que nos necesita”, dijo Yosvany Vera, un médico de 36 años mientras comía un plato de arroz. “El mundo nos necesita”.