Nueva York, Estados Unidos
Cuando el director general de Tesla, Elon Musk, dijo hace poco que “los fosos son débiles” durante la última conferencia telefónica de la empresa, estaba retando a Warren Buffett, el presidente de Berkshire Hathaway, quien usa la palabra “fosos” para describir las barreras a la imitación que mantienen a raya la competencia. “Si tu única defensa en contra de los ejércitos invasores es un foso, no durarás mucho”, continuó Musk.
“Lo que importa es el ritmo de la innovación, que es el factor determinante y fundamental de la competitividad”. En respuesta, Buffett defendió la idea de los fosos en la reunión de accionistas de Berkshire Hathaway, lo que dio pie a tuits satíricos por parte de Musk. No hay nada nuevo en este debate, excepto quizá los tuits. Aunque sea entretenido mirar a estos dos millonarios discutir en público, sus perspectivas diferentes son expresiones casi perfectas de las dos ideas estratégicas más influyentes de los últimos 50 años. La noción de Buffett de los fosos que evitan la competencia es casi tan vieja como el campo estratégico mismo. Gran parte del trabajo pionero en esa disciplina tenía que ver con identificar qué industrias y qué posiciones dentro de ellas les daban a las empresas una ventaja al hacerlas difíciles de imitar.
Para la década de 1990, las “capacidades dinámicas” eran un enfoque común dentro de la estrategia. Esa idea, tal como la describe Pankaj Ghemawat en su historia de ese campo, es que las capacidades de una empresa, y no solo sus activos, pueden constituir una ventaja sostenible.
Esto parece describir la concepción que tiene Musk de la estrategia: que la fortaleza de Tesla reside en su capacidad de innovar, más que en sus activos o en algún nicho particular en el mercado automovilístico. No es probable que alguno de los dos bandos en este debate pueda demostrar que tiene la razón dentro de poco. Sin embargo, incluso en industrias dinámicas e impulsadas por la tecnología, como las redes sociales, los fosos siguen siendo una fuerza poderosa. Consideremos la competencia entre Facebook y Snap.
Esta última argumenta que sus capacidades -su habilidad de entregar productos nuevos e innovadores- le daban una ventaja sobre su rival más grande. Hasta ahora, la escala de Facebook y los efectos en la red, un foso moderno, parecen constituir la mejor apuesta. Los negocios no son los únicos que sopesan el valor de los fosos para entregar ganancias estables. La declaración más polémica de Musk fue: “Decir que te gustan los ‘fosos’ es solo una manera bonita de decir que te gustan los oligopolios”.
Quienes se encargan de las políticas están comenzando a preocuparse de las exageradas ganancias generadas por un pequeño número de empresas estrella, y muchos de ellos están de acuerdo con Musk en que esas ganancias se deben a que no existe competencia. Una cantidad considerable de analistas han sugerido dividir Facebook, por ejemplo, o por lo menos limitar su capacidad de absorber a competidores más pequeños.