Tegucigalpa, Honduras.
Ligada a ideas y conceptos de las ciudades verdes o sostenibles, la bioarquitectura se abre paso por su relación con el bienestar, la salud y el cambio del modelo de vida que está contaminando al planeta. Utiliza materiales que son ecológicos en la producción y construcción. “Es usar menos cemento y más tecnologías innovativas de construcción con sistemas prefabricados en seco. Maderas, aceros, materiales ecológicos, biocompuestos. Materiales que se pueden sacar de la basura”, dijo a D&N el arquitecto italiano Fernando Recalde, profesor e investigador de la universidad de Florencia, Italia.
Y no es una nueva tendencia, dice. En Europa inició hace unos 30 años y en los Estados Unidos en los últimos 15. También es un tema de políticas. La Unión Europea, todos los estados europeos y China ya han tomado decisiones importantes.
Es hacer que la arquitectura sirva a la gente para vivir con mayor confort, con mejor calidad de vida, utilizando materiales ecológicos que tengan un bajo impacto de contaminación ambiental.
Concepto simple
Son procesos integrales que implican la participación de la comunidad (porque) esto no se hace sin la gente, dijo Recalde, quien vino a Honduras invitado por el Centro de Diseño y Arquitectura (CEDAC) para impartir un seminario en el que compartió su conocimiento sobre la tendencia de ciudades amigables con el ambiente y la bioarquitectura.
“Es bien simple. Yo quiero vivir bien. Quieres una casa normal o ecológica. Ecológica, sí, porque esa casa no va a tener un impacto en el medio ambiente, no va a seguir contaminando. Los temas técnicos están ahí, obviamente hay un conocimiento, una transferencia de tecnología que es necesaria, pero lo principal es que si tú haces una elección para una casa ecológica vas a ser más feliz, vas a vivir con mejor calidad de vida, mayor confort, que es cuando tu organismo no se pone en estrés por el calor, por el frío, por la lluvia o por el ruido”, explicó.
¿Cómo estamos Honduras?
En el país existen ejemplos de lo que se debe y de lo que no se debe hacer. Por ejemplo, edificios con pantallas de vidrio dirigidas hacia el sol y edificios en los que se debe utilizar siempre el aire acondicionado por su construcción son prácticas que deberíamos ir solucionando.
Pero también hay casos, destacó, por ejemplo, en San Pedro Sula, donde ya hay gestores de proyectos trabajando en cómo lograr edificaciones sostenibles y eficientes en climas severos, aplicando herramientas como los techos verdes, energías renovables y vidrios.
A nivel de edificios se puede mejorar temas de ventilación, pero a nivel de ciudad son estrategias de sostenibilidad, de buscar un equilibrio entre el desarrollo arquitectónico y el medio ambiente de manera integral.
“Se trata de la configuración en los procesos de construcción, de techos, de la ubicación de los edificios, el uso de materiales adecuados a los climas de las comunidades, espacios amplios e iluminados”.
Y aclaró que “no es que vamos a volver al uso del adobe o la manaca y que vamos a sacar el cemento y el bloque, No. Justamente es usarlo sosteniblemente. Si vamos a hacer un plaza o un parque, no es que la vamos a llenar de cemento, sino que combinar con materiales que llaman permeables, que le permitan al suelo respirar”. “La idea es cómo adaptamos las herramientas a nuestros medios, no es implementar nuevas tecnologías, sino de conciencia”, dijo Óscar Mencía, director de la carrera de arquitectura en CEDAC.
Ligada a ideas y conceptos de las ciudades verdes o sostenibles, la bioarquitectura se abre paso por su relación con el bienestar, la salud y el cambio del modelo de vida que está contaminando al planeta. Utiliza materiales que son ecológicos en la producción y construcción. “Es usar menos cemento y más tecnologías innovativas de construcción con sistemas prefabricados en seco. Maderas, aceros, materiales ecológicos, biocompuestos. Materiales que se pueden sacar de la basura”, dijo a D&N el arquitecto italiano Fernando Recalde, profesor e investigador de la universidad de Florencia, Italia.
Y no es una nueva tendencia, dice. En Europa inició hace unos 30 años y en los Estados Unidos en los últimos 15. También es un tema de políticas. La Unión Europea, todos los estados europeos y China ya han tomado decisiones importantes.
Es hacer que la arquitectura sirva a la gente para vivir con mayor confort, con mejor calidad de vida, utilizando materiales ecológicos que tengan un bajo impacto de contaminación ambiental.
Concepto simple
Son procesos integrales que implican la participación de la comunidad (porque) esto no se hace sin la gente, dijo Recalde, quien vino a Honduras invitado por el Centro de Diseño y Arquitectura (CEDAC) para impartir un seminario en el que compartió su conocimiento sobre la tendencia de ciudades amigables con el ambiente y la bioarquitectura.
“Es bien simple. Yo quiero vivir bien. Quieres una casa normal o ecológica. Ecológica, sí, porque esa casa no va a tener un impacto en el medio ambiente, no va a seguir contaminando. Los temas técnicos están ahí, obviamente hay un conocimiento, una transferencia de tecnología que es necesaria, pero lo principal es que si tú haces una elección para una casa ecológica vas a ser más feliz, vas a vivir con mejor calidad de vida, mayor confort, que es cuando tu organismo no se pone en estrés por el calor, por el frío, por la lluvia o por el ruido”, explicó.
¿Cómo estamos Honduras?
En el país existen ejemplos de lo que se debe y de lo que no se debe hacer. Por ejemplo, edificios con pantallas de vidrio dirigidas hacia el sol y edificios en los que se debe utilizar siempre el aire acondicionado por su construcción son prácticas que deberíamos ir solucionando.
Pero también hay casos, destacó, por ejemplo, en San Pedro Sula, donde ya hay gestores de proyectos trabajando en cómo lograr edificaciones sostenibles y eficientes en climas severos, aplicando herramientas como los techos verdes, energías renovables y vidrios.
A nivel de edificios se puede mejorar temas de ventilación, pero a nivel de ciudad son estrategias de sostenibilidad, de buscar un equilibrio entre el desarrollo arquitectónico y el medio ambiente de manera integral.
“Se trata de la configuración en los procesos de construcción, de techos, de la ubicación de los edificios, el uso de materiales adecuados a los climas de las comunidades, espacios amplios e iluminados”.
Y aclaró que “no es que vamos a volver al uso del adobe o la manaca y que vamos a sacar el cemento y el bloque, No. Justamente es usarlo sosteniblemente. Si vamos a hacer un plaza o un parque, no es que la vamos a llenar de cemento, sino que combinar con materiales que llaman permeables, que le permitan al suelo respirar”. “La idea es cómo adaptamos las herramientas a nuestros medios, no es implementar nuevas tecnologías, sino de conciencia”, dijo Óscar Mencía, director de la carrera de arquitectura en CEDAC.