El boxeador hondureño Merin Jesús Salazar, descalificado de los Juegos Panamericanos el pasado lunes por dopaje, calificó como “la prueba más dura que he tenido en mi carrera como boxeador” su suspensión en Toronto 2015.
La Organización Deportiva Panamericana (Odepa) dio de baja al boxeador catracho tras dar positivo de la sustancia furosemida, algo que Salazar describe como “una equivocación que me ha dolido mucho porque estaba bien preparado para llevarme esa medalla”, expresó acongojado.
Salazar agregó que “tengo que dar el pecho y no rendirme. Soy un soñador y debo luchar por lo que quiero”, además de reconocer que ha tenido el apoyo moral de las autoridades del Comité Olímpico Hondureño (COH).
También añadió que “voy a seguir boxeando. El castigo tiene que pasar, esto no me va a detener”.
El deportista señaló que espera que la sanción sea leve y afirma que “tomé las pastillas pensando que eran las mías y no me di cuenta que eran las de mi entrenador”.
El pugilista -que debía pelear en la semifinal con el puertorriqueño José García el martes pasado- cerró diciendo: “Lo que más amo es boxear, pero creo en Dios, él tiene un propósito para mí”.