25/12/2024
07:36 PM

Whirlpool está lista para entrar en un ciclo de crecimiento positivo

El dólar fuerte ha perjudicado al fabricante de electrodomésticos, pero este se beneficiará de sus oportunas adquisiciones y los recortes de costos.

Desde Boston hasta Beijing, las máquinas de Whirlpool lavan la ropa y los platos del mundo. La amplitud de su gama de productos y su red de fabricación y distribución la han convertido en un líder mundial de los electrodomésticos.

Ese éxito, sin embargo, la ha vuelto vulnerable a la inestabilidad internacional y la agitación en los mercados a miles de kilómetros de su sede principal en Michigan puede hundir sus acciones.

Este año, las acciones de Whirlpool han retrocedido casi 14%. La apreciación del dólar y la caída de la economía y la moneda brasileñas han sido particularmente dolorosas.

Al anunciar sus resultados del tercer trimestre, la compañía redujo sus previsiones de ganancias para este año de entre US$12 y US$13 por acción a entre US$12 y US$12,50.

En el trimestre más reciente, el impacto del tipo de cambio redujo los ingresos en más de 10%. La debilidad del real y la caída de la demanda en Brasil eliminarán US$0,50 de la ganancia por acción de 2015, según estima la empresa.

Los inversionistas, sin embargo, pueden estar exagerando. Brasil representa cerca de 15% de los ingresos de Whirlpool y su importancia debería disminuir a medida que aumenten las ventas en Europa y Asia, donde la empresa realizó adquisiciones significativas.

Se espera que en el futuro cercano las ganancias crezcan a un promedio anual de 17% y, por ende, Whirlpool debería alcanzar una utilidad de US$15 por acción en los próximos 18 meses y un múltiplo de ganancias de por lo menos 13 veces una vez que las dudas sobre la economía global se disipen.

Las acciones de la firma, que han rondado US$165 en jornadas recientes, podrían ascender a US$200. Si se suma una rentabilidad por dividendo de 2,3%, los inversionistas podrían ver un retorno total de casi 30%.

“Los problemas en Brasil probablemente están superados en 80%, lo que ya se refleja en el precio de la acción. Las adquisiciones de Whirlpool en Europa y China son transformadores”, dice John Harloe, gestor de portafolio de Barrow, Hanley, Mewhinney & Strauss, que ha tenido acciones de la compañía por cerca de siete años.

La expansión del sector de electrodomésticos viene perdiendo fuerza en Brasil, según datos de la firma Euromonitor International. Después de crecer 34,8% entre 2010 y 2015, se prevé que las ventas en unidades crezcan sólo 13,15 entre 2015 y 2020.

La expansión proyectada para la línea blanca en ese período es de 4,2%, frente a 23,15 entre 2010 y 2015.
Whirlpool, con sede en Benton Harbor, Michigan, fue fundada en 1911. Vende lavadoras, secadoras,
hornos, refrigeradores y electrodomésticos de cocina bajo más de una docena de marcas como Maytag, KitchenAid y Consul. Alrededor de la mitad de sus ventas provienen de América del Norte.

La compañía tiene una cuota de mercado dominante en el segmento de electrodomésticos de EE.UU. (39%)
y una tajada de 10,9 % en todo el mundo, según IBISWorld.

El año pasado, Whirlpool registró una ganancia de US$650 millones y facturó US$19.900 millones. Este año, la compañía proyecta una ganancia neta de US$851 millones, con ingresos en torno a los US$21.200 millones.

Los analistas vaticinan un salto de 19% en la ganancia por acción en 2016. Las adquisiciones, en particular la de Maytag en 2006, han impulsado el crecimiento. “La gestión transformó un fabricante de equipos de bajo margen sin marca y dependiente de la cadena estadounidense de tiendas por departamentos Sears en el líder mundial en
electrodomésticos de marca”, dice Robert Wetenhall, analista de RBC Capital Markets.

Whirlpool tiene antecedentes notables de mejorar sus ganancias aun con alzas moderadas en las ventas. Entre 2008 y 2014, sus ingresos crecieron 5%, pero las ganancias aumentaron 55% ya que la empresa redujo capacidad y costos.

W hirlpool puede replicar ese éxito en los próximos años. La compañía compró el año pasado el fabricante italiano de electrodomésticos Indesit por US$1.400 millones, con lo cual duplicó su capacidad en Europa, y prevé reducir US$350 millones en gastos para 2017.

Whirlpool se ha fijado como meta márgenes de al menos 7% en Europa, Medio Oriente y África en 2018, frente al 3% de 2014. Harloe, el gestor de fondos, dice que la adquisición de Indesit saca a Whirlpool “de una posición mediocre en Europa y la catapulta al primer puesto, o cerca, en todos los países [europeos]”, asegura.

El fabricante también ha ampliado su penetración en China, donde podría cosechar grandes beneficios. El año pasado, compró una participación mayoritaria en la firma china de electrodomésticos Hefei Sanyo, ampliando su red de distribución en el país de 3.000 puntos de venta a 30.000.

Whirlpool apunta a obtener márgenes de 8% en ese negocio en 2018, frente a 3% el año pasado. Asia representa 6% de las ventas de Whirlpool, una cifra que más que se duplicó en el tercer trimestre frente a igual lapso del año
previo.

Samsung y LG han ganado terreno en los últimos años en América del Norte y los inversionistas temen que los gigantes coreanos vendan sus productos a precio de costo para ganar cuota de mercado.

En el tercer trimestre, las ventas norteamericanas de Whirlpool crecieron menos que las del mercado general de electrodomésticos, un problema pasajero que el fabricante atribuyó en parte a los retrasos en llevar los productos a las salas de ventas.

“Creemos en ganar participación de mercado, no en comprar cuota de mercado”, dijo el presidente ejecutivo,
Jeff Fettig, ante una consulta durante la conferencia telefónica en la que se divulgaron los resultados del tercer trimestre.

Fettig no estuvo disponible para hacer comentarios para este artículo. Las ventas en América del Norte se beneficiarán una vez que la construcción de viviendas en EE.UU., hoy 25% por debajo de los niveles normales, regrese a sus niveles previos. Históricamente, Whirlpool ha podido aumentar precios y volumen a la par de la expansión del mercado inmobiliario.

Avi Salzman es editor sénior del semanario Barron’s