06/09/2024
12:39 AM

'Solo los que vivimos en Chamelecón podemos dar fe de lo que pasa”: padre Luis Estévez

El sacerdote dice que los pobladores están tan acostumbrados a las malas noticias que les cuesta creer cuando escuchan buenas. Asegura que la paz de no oír tiros ni saber de muertes es una realidad.

San Pedro Sula, Honduras.

El padre Luis Estévez es el párroco de la iglesia Santísima Trinidad, en Chamelecón. El sacerdote ha hecho un arduo trabajo en la zona y conoce de cerca los problemas del sector.

Está consciente de que la situación comienza a cambiar, pero todavía hay miedo en los pobladores. Revela que celebró su última misa en la colonia Palmira ante apenas siete adultos y cinco niños. Confiesa que valora y cree en el trabajo de la Policía Militar y demás entidades, pero se necesita hacer más, principalmente generar fuentes de empleo y fortalecer programas sociales.

Lea: Chamelecón lleva 43 días sin muertos ni balaceras, dice Presidente de Honduras

-¿Considera que la situación empieza a cambiar en Chamelecón?

Sí. Creo que hemos notado un cambio desde hace varios meses en nuestro sector Chamelecón. Sobre todo en ver cómo ha bajado la violencia en este sector y vivir libres del derramamiento de sangre durante varios meses.

-¿Qué factores han influido para empezar a cambiar el sector?

Creo que los factores han sido el trabajo que se ha hecho con la comunidad, las Iglesias, las organizaciones no gubernamentales, Usaid, Funadeh, patronatos, la Policía Nacional y la Militar. Me gustaría resaltar la voluntad de los implicados directos en el asunto de la violencia.

-¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia Católica?

Como Iglesia Católica hemos hecho un trabajo desde varios años en este sector. Podría mencionar programas a favor de la vida, como los jardines de madres maestras y campañas en defensa de la vida. Asimismo, la conciencia sobre el valor del respeto a la vida que vamos infundiendo en todos nuestros actos de celebración en Chamelecón. Las últimas actividades fueron la maratón Yo corro por la vida y un campeonato de fútbol rápido con jóvenes de la iglesia. Finalmente, la presencia de la iglesia en los trabajos con las fuerzas vivas y organizaciones presentes en el sector.

-¿La presencia de los militares ha llevado tranquilidad a la zona?

Pienso que ver la presencia militar le ha dado confianza a la población, pero sigue la incertidumbre de si esto será temporal o habrá vigilancia permanente. Pero se siente que ha generado más seguridad en la población.

-¿Qué falta para lograr la paz en Chamelecón?

Apenas hemos llegado al comienzo del trabajo para lograr la paz. En el sector es necesario aunar esfuerzos sin divisiones de clase política y religiosa o pensamientos diferentes para trabajar todos unidos por una misma causa.

Soy de las personas que piensan que la total paz y el desarrollo de Chamelecón no se van a lograr si el Gobierno no sigue invirtiendo más en una educación eficaz en valores y enseñanza, en crear programas de desarrollo, fuentes de trabajo para muchos jóvenes que viven sin hacer nada aquí y en mejorar la calidad de vida y de salud.

-¿Es real el cambio que se está experimentando en la zona?

El cambio en cuanto a mayor seguridad y algunas obras de mejoramiento vial sí es notable, pero aún queda mucho que hacer.

-¿Está regresando la gente a sus casas, como dicen?

El regreso a las casas es un proceso muy lento. El martes pasado tuve eucaristía en la colonia Palmira y de las cinco familias que se fueron de la iglesia, todavía no ha regresado ninguna. La capilla está prácticamente vacía. Celebré la misa con siete adultos y cinco niños. La gente todavía tiene temor de regresar a sus casas por represalias contra sus miembros.

-¿Usted cree que están abriendo más negocios o es falso?

Respecto a los negocios se mantienen los mismos que he visto. Puedo hablar de lo que observo y no he visto muchos negocios nuevos. Sí quizá algunos, pero en zonas más neutrales.

-Esa estadística de 43 días sin crímenes en Chamelecón es increíble para muchos. ¿Usted qué piensa?

Solo los que vivimos aquí en Chamelecón podemos dar fe de ello y pienso que la paz y la tranquilidad de no oír sobre muertes aquí en nuestros barrios son verdaderas. Eduardo, un joven de uno de los barrios, comentó en Facebook: “Estamos tan acostumbrados a las malas noticias que cuando escuchamos las buenas nos cuesta creer”. Y creo que tiene razón. Por cultura observamos siempre lo malo, pero no lo bueno.

-¿Qué pasó en Chamelecón, que se convirtió en uno de los sectores más violentos?

Tengo alrededor de cinco años de habitar acá. He vivido de todo, incluso no me he salvado de la delincuencia porque recién llegado también fui asaltado y casi me matan, pero gracias a Dios sigo bien. La mayor razón de la delincuencia fue la pérdida de valores en las familias y en los jóvenes. También la desintegración familiar, ya que muchas madres solteras o abuelas tienen que dejar a sus hijos solos por conseguirles un alimento y todo esto ha permitido que se metan en la delincuencia. Y he sentido poco interés de las autoridades del pasado en corregir esta problemática. A Chamelecón casi lo han tenido en el olvido, pero esperamos que eso sea parte de la historia.

-Además de la presencia de los militares, ¿que puede hacer el Gobierno para lograr la paz en Chamelecón?

La presencia de militares es una respuesta inmediata, pero faltan muchos programas de prevención para los niños y jóvenes. Podría mencionar programas de aprendizaje de oficios, cuidar más la educación pública, que cada vez se ve más deficiente, crear programas de desarrollo y empleo, pequeñas empresas para madres solteras; en fin, estos podrían ser algunos de los programas a mediano y largo plazo.

-Compártanos cuál es el pensamiento de los pobladores.

A los pobladores los he visto con mucho optimismo y esperanza de que las cosas pueden ser mejores.

-¿Cuándo se empezaron a ver cambios en el sector?

Siempre he dicho que desde los últimos ocho meses se ha notado el cambio en Chamelecón y esperamos que sea permanente.

-¿Cuál es su mensaje a las autoridades?

Para las autoridades agradecerles por el trabajo, pero decirles que esto apenas es el inicio.

Queda mucho que hacer en Chamelecón. He escuchado que el lema de la campaña de gobierno es “Vida mejor” y aquí en Chamelecón todavía muchos desean una vida mejor.

Mejores calles y servicios públicos, mejores casas, mejores empleos, mejores centros de recreación para los jóvenes y niños; en fin, decirle que no se olviden de que en Chamelecón viven 130,000 sampedranos.

-A la población ¿qué le dice?

Solo hay agradecimiento a todos por la voluntad de cooperar de muchos jóvenes que están en ideologías diferentes para hacer de Chamelecón un barrio seguro y en paz.

El principio de todo es el respeto a la vida, aunque no compartamos otros pensamientos ni maneras de pensar, respetémonos los unos a los otros y la historia será otra.